sábado, 20 de noviembre de 2010

FELIZ AÑO NUEVO

Sigo con mi costumbre de felicitar a los usuarios el año nuevo en fechas extravagantes y aprovecho para hacerlo hoy, antes de que los cánticos navideños y el alumbrado festivo -este año disminuído en un cuarenta por ciento-- nos claven en el alma esa porción de terror ritual consumista que regresa cada año con la puntualidad del calendario.

Así pues, quedan todos avisados, ¡Felíz Año Nuevo!

Ayer comí con mis amigos libertarios. Me avergonzó que no me alcanzara para pagar en su integridad mi parte de la cuenta. Luego he refexionado. No me siento responsable de que coman como leones, beban como cosacos y hablen como revolucionarios. De todos modos, la próxima vez llevaré conmigo mayores reservas monetarias.

En la larga sobremesa, mis amigos, con una intensa experiencia militante anarco sindicalista, hicieron varias sugerencias para afrontar el nuevo año, que me parece oportuno divulgar.

Los pensionistas que no alcancen el fin de mes, pueden visitar Carrefour, Mercadona o el supermercado de su elección, llenar el carro de productos alimentarios --ingenios electrónicos, no-- y salir por la puerta olvidándose de pasar por caja, que eso no es un delito. Si alguien les incomoda por esa actitud, pueden alegar que ellos solo han tomado lo que es suyo. Conviene que lo hagan en grupo, para dar un énfasis reivindicativo a su acción.

El medio millón de familias que han sido expulsadas de sus viviendas por no hacer frente a su hipoteca, deberían volver a su casa, apoyados por los vecinos, dar una patada a la puerta, y quedarse de ocupas hasta que vengan tiempos mejores y puedan cumplir sus obligaciones hipotecarias. Esto tampoco es un delito. En todo caso, es una moratoria en el pago de sus obligaciones, declarada unilateralmente. Pancartas en la calle reivindicando esa moratoria apoyarían su acción.

Aquellos que aún conservan su vivienda, pero están en trance de perderla porque les falta una parte del dinero para pagar la cuota, deberían personarse en el banco acreedor y, mientras el cajero cuenta billetes, tomar, sin violencia, explicando sus motivos, solo los estrictamente necesarios para evitar que se produzca el lanzamiento de su vivienda.

Los cientos de miles de pensionistas que al parecer van a ver congelada su pensión, no deberían privarse de la calefacción, sobre todo si hace un invierno frío, tampoco deberían limitarse a no pagar el recibo, sino que pueden personarse en grupo a las puertas de las compañías energéticas para explicar sus razones.

Los bancos irlandeses que están recibiendo presiones para ser rescatados, deberían declararse en quiebra, imponer a los acreedores sus condiciones para hacer frente a la deuda, y que asuman los riesgos por su condición de prestamistas.

Igual recomendación se puede aplicar a los Gobiernos cuyas cajas están exhaustas. Moratorias y tipo cero para los intereses de los acreedores. Ya cobrarán cuando la situación mejore.

Se trata, ya lo habrán adivinado, de que se vaya todo a la mierda, de hundir el sistema y volver a empezar de cero desde sus restos. A ver si somos capaces de que los mercados funcionen asumiendo riesgos, además de beneficios, que la economía financiera se ponga al servicio de la productiva, la función empresarial lleve aparejado un tanto de responsabilidad social, la especulación destructora se castigue, en vez de premiarse, los políticos estén al servicio de los ciudadanos y los ciudadanos sean menos manipulables, mas responsables y exigentes, porque si nada se mueve, si todo sigue como está, el año nuevo no va a ser muy feliz para una parte crecientemente numerosa de la población.

Ya se ve que mis amigos son, mas que nada, utópicos, aunque comen como leones y beben como cosacos. Releer sus propuestas, sin embargo, le hace a uno pensar.

Pues nada, feliz año nuevo a todos.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM) 20-11-10.

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