sábado, 27 de noviembre de 2010

LA BAÑERA

"Me dispongo a entrar en la bañera, previamente la he llenado de palabras, vaciando en ella tres tomos del Espasa y un libro de Neruda. El peso de mi cuerpo al acomodarse entre los signos del lenguaje, rompe las palabras, que saltan en pedazos, en fragmentos, en letras. Cuando por fin termino de acomodarme, una cálida sensación envuelve mi cuerpo, como si estuviera rodeado de agua tibia. La doble uve me produce un grato cosquilleo al rascarme la corva y una variedad de estímulos lingüisticos introducen una novedosa relación entre mi cuerpo y el artificio de la escritura, que recomiendo experimentar a todo el mundo.

(...)

El espejo del techo reconstruye algunos fragmentos inconexos, trozos que han quedado aíslados, puestos del revés por las turbulencias del baño, o simples vocales separadas de su matríz, que han huído de su significado, como esa o oronda, plena de sensualidad en su rotunda curva.

Algunas palabras se conservan enteras, pese a la presión corporal ejercida sobre ellas y flotan en el caudal de la bañera reflejándose en el espejo. Decido leer su contenido mientras me baño, como quien toma una novela en las manos mientras se relaja en el agua tibia.

'Poniente, cerros, lejanos' son tres palabras de origen desconocido, que se mezclan con otras, igualmente enigmáticas, 'pedazo, sol, manos', cuyo significado intento descifrar, aunque abandono el propósito enseguida para librarme de la agresión de una a mayúscula que me está molestando en el esfínter.

En mi movimiento para librarme de la A, afloran en la superficie del flujo de palabras unas letras sueltas a las que, de momento, no encuentro significado alguno. R-A-R-B-M-E-M-E-R. Miro al espejo del techo y encuentro de repente la belleza sonora de una de las palabras que me resultan mas gratas al oído, remembrar, esa palabra
tan evocadora de mi lengua materna, tan semejante a la inglesa remember, y que, no se porqué, es para mi una de las mas hermosas que he oído nunca.

Me muevo hacia el lado izquierdo de la bañera y ese movimiento desplaza hasta el fondo la palabra evocada, dejando aflorar otras nuevas. 'Corre borrando estatuas',
'ancla entre dos montañas', expresiones todas incomprensibles para mi, aunque intuyo
que proceden del libro de Neruda vacíado.

Una palabra incompleta flota junto a mi axila, 'iedenbrück'. Intuyo que la doble uve que me rascaba la corva es la letra que la completaba, ahora perdida entre la masa de letras, fragmentos y palabras completas que llena la bañera, y supongo que procede del Espasa.

Noto que la temperatura del fluido del lenguaje en el que me estoy bañando, comienza a descender. Doy por concluído el baño. Abro la tapa de la bañera y un torrente espiral de signos lingüísticos se precipita por la o del desagüe.

Cuando me froto enérgicamente con la toalla para secarme, un montón de vocales y consonantes, pequeños fragamentos de palabras rotas, salen volando por el aire. Habré de esmerarme con el mocho, a mi mujer no le gusta ver rastros de mis raras
preferencias en materia de aseo, tirados por el suelo."

En fin. La Bañera.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM) 27-11-10.

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