UN PACTO DE ESTADO

El Conseller Cervera pide públicamente un pacto de Estado para salvar la Sanidad en Heliópolis. La Sanidad, en el ámbito de esta comunidad, es competencia de Cervera gracias a otro pacto fundacional que estableció el Estado de las Autonomías hace más de tres décadas.

El estado de cada sanidad autonómica tiene mucho que ver con el modo en el que cada autonomía ejerce sus competencias. Del grado de eficiencia o ineficiencia con el que se usen los recursos financieros, siempre escasos, depende en gran medida la viabilidad de los sistemas sanitarios, presionados por un aumento de la población atendida, pero atacados también, en este caso, por una política presupuestaria irresponsable.

La propuesta de Cervera tiene algo de irresponsabilidad infantil, de renuncia a los propios cometidos, evoca la reacción de un niño, 'mamá, tengo miedo' ante una amenaza
que se ve incapaz de afrontar solo.

La amenaza es cierta, la situación presupuestaria es precaria, pero resulta algo irónico que los mismos que aluden constantemente a la cabra expiatoria del gobierno de Zapatero para tapar sus vergüenzas, acudan ahora a papá Estado central para que solucione unos problemas que son de su estricta competencia, por mandato constitucional.

'El País' informa en su página 4 'Comunidad Valenciana', que el gasto del año pasado en nuestra sanidad, fue de 6.421 millones, contra 5.659 millones presupuestados. Es decir, que la desviación en el cumplimiento del presupuesto se acercó al 20%. Cualquiera que haya administrado un presupuesto sabe que la desviación tolerable en los gastos no suele pasar del 2%. Si alguien, en el sector privado, tuviera desviaciones del 20%, sería automáticamente defenestrado.

Al 31 de Agosto de este año, se habían consumido 384 millones mas de los previstos en el presupuesto. Anualizando esta cifra, multiplicando por 1'5, que es una estimación muy conservadora, nos da un exceso de gasto de 576 millones --seguro que será más-- que, comparado con los 5.720 millones presupuestados, es una desviación superior al diez por ciento.

Así se entiende que el anuncio de Cervera de unas cuentas de 5.515 millones para dos mil once, una reducción de un 3,6%, no se lo crea nadie.

(...)

En la Sanidad autonómica, pasa como con los demas departamentos del Consell de Heliópolis. La política presupuestaria es tan caótica, tan irreal y tan poco consecuente con los objetivos declarados, que esta autonomía se asemeja cada vez mas a una nave deteriorada, llena de agujeros, en manos de una tripulación enajenada, que ha perdido el rumbo.

Ciñéndonos al tema de la sanidad, conviene precisar que de cada cinco euros gastados, uno corresponde a farmacia, y un vistazo al sistema de Crónicos impuesto por el Conseller Cervera puede dar alguna luz sobre el hecho de que, a finales de Agosto, ya se hubiera consumido la totalidad del presupuesto anual para estos fines.

Lo de los Crónicos se implantó, al parecer, para liberar a los facultativos de visitas rutinarias y conseguir así mayor eficiencia en el uso de los recursos humanos. En la práctica, sospecho que el nuevo procedimiento, por el que los ordenadores vomitan una pila de recetas de una vez, aunque el facultativo debe renovar anualmente el plan de prescripciones, ha debido tener un efecto multiplicador del gasto farmacéutico muy relacionado con el desmadre presupuestario.

Por otro lado, dado que no hace mucho pedí hora en el Neumólogo, y debo esperar ocho meses a que me reciba, no parece que a ese incremento de gasto le haya seguido una mejor atención de los facultativos.

¿Entonces?. Sin entrar en otros detalles, en mi opinión, ese desbarajuste sería suficiente para despedir al Conseller Cervera, pero es que además, este caballero,
según me cuenta una amiga que trabaja en un hospital público, cuando en cierta ocasión visitó el centro, tuvo inmovilizado el ascensor durante una hora para su uso personal, lo que parece indicar que la sanidad autonómica es suya, no nuestra.

Los usuarios de la sanidad pública agradeceremos al Sr. Cervera que se emplée mas a fondo en la gestión eficiente de lo nuestro, se le supone capacitado para eso, y menos en echar balones fuera.

Estamos en lo de siempre, le pones a uno el título de Conseller para que administre los recursos de todos y a los cuatro días se cree que ese es un reino suyo y que los administrados estamos a su servicio, no el al nuestro.

Le pones una gorra de plato a alguien para que ejerza un humilde empleo municipal, y a los seis meses se siente con la autoridad de quien preside un gobierno.

Pese a todo, puede que la sanidad precise un pacto de Estado, pero no se pueden exigir mas recursos, sin demostrar antes una mayor eficiencia efectiva en su uso.

En fin. Un pacto de Estado.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM) 6-11-10.