jueves, 10 de febrero de 2011

CINCO USOS HORARIOS

"La Font de Sant Lluís es un barrio o pedanía situado al Sureste de Heliópolis, con una población de unos tres mil habitantes y cuenta, entre otras cosas, con una Iglesia Barroca dedicada a San Luís Bertrán, un campo de fútbol, una factoría maderera ahora en declive,unos vecinos muy festeros que no solo le hacen fiesta a San Luís, sino también a San Antonio, y cuando llegan las fallas, a San José. Tiene, además, un aire de pueblo tranquilo, mas que de lugar suburbano y un par de cosas mas que son las que me han dado motivo para dedicarle esta página. Una oficina bancaria de Ruralcaja, con un personal extremadamente amable, y el Bar Mari, un lugar con cinco grandes relojes que marcan los diferentes usos horarios en ciudades de los cinco continentes.
(...)
Suelo visitar este lugar muy de vez en cuando, porque el mecánico que se cuida de mi coche tiene el taller aquí, y hoy he ido a recogerlo, después de una primera hora del día algo infernal, debido a que un exceso de cafeína me ha puesto algo espitoso y me he comportado con cierta grosería agresiva al hacer un par de gestiones en los bancos.

No se si han sido los dos cafés que me he tomado esta mañana, o es que ya estaba espitoso por tratar con cuatro inmobiliarias en dos días, por el asunto de la venta de un piso de cuya propiedad me corresponde la mitad y que estamos tratando de vender. Se nos ocurrió anunciar el piso en Idealista.com --no entiendo ese nombre, todos los que han llamado han sido inmobiliarias que se mueven por motivaciones poco idealistas-- y no han parado de llamarnos por teléfono.

Ayer me pelée en una inmobiliaria porque me pasaron un papel infumable a la firma, al que solo le faltaba una cláusula por la que me declaraba autor del asesinato de Kennedy. Por la tarde firmé otro papel, este mas razonable, con otra inmobiliaria representada por una señorita mas seria, API, que me mereció mas confianza.

Concerté una cita para hoy con una tercera inmobiliaria, en teoría para visitar el piso en venta en compañía de un cliente. A la hora de la verdad, la señorita que concertó la cita, no ha venido. En su lugar ha venido un mozo, a requerimiento mío, al ver que se hacía la hora sin que nadie apareciera, pero solo a recoger las llaves, lo que parece indicar que el compromiso de ayer ha sido anulado, sin que nadie se haya dignado avisar.

Además de las inmobiliarias que han acudido al reclamo del anuncio, solo ha respondido un particular, una señorita que visito el piso ayer, y que me dió la sensación de que no estaba interesada, o es que no tiene prisa. Ochocientas mil viviendas en venta son un buen motivo para elegir sin prisas, no?.

No es que tengamos mucha prisa por vender, pero al administrador del edificio le ingresamos todos los meses doscientos euros, para un supuesto proyecto de rehabilitación. He hecho los números. Doscientos Euros, por veintiocho puertas, por un año, son cerca de diecisiete mil euros, casi tres millones de las antiguas pelas que se apalanca el administrador, sin que hasta el momento haya indicios de que se vaya a realizar la rehabilitación del edificio. Tendremos que hablar con el, a ver que pasa. A ver si es que alguien no paga, o el administrador está esperando reunir un poco mas de pasta para trasladarse a Venezuela. No se.

Lo cierto es que estos tejemanejes inmobiliarios me han puesto un poco espitoso, y cuando esta mañana he ido a La Caixa a ingresar la cuota de la comunidad donde vivo, ya la he tenido con la cajera, porque insiste en que le avise de que quiero un triplicado, cuando en mi opinión eso es algo que ella debe saber sin que se lo diga.

Luego he ido a una oficina de Ruralcaja que está frente a La Caixa, para ingresar la derrama del piso que tenemos en venta, pero pasaban cinco minutos del horario que destinan a esas operaciones, y no ha habido manera de que aceptaran mi ingreso. He insistido, la cajera ha hecho una consulta telefónica, y ni así. Estos tienen la cabeza cuadrada, si.

Mi grado de excitación espitosa rozaba la cólera cuando he llegado a La Font de Sant Lluís y allí, todo ha sido distinto. Una hora después del horario previsto para estas operaciones, he entrada en la oficina de Ruralcaja de La Font, y allí, una señorita de lo mas amable, ha admitido mi ingreso sin poner ninguna pega. Me he percatado de que la vida en un pueblo es mucho mas relajada que en los núcleos urbanos. La gente es mas amable, no tiene prisa, en particular, los empleados de banca, no se toman en serio las normas horarias para atender a los clientes. Simplemente, si entra alguien, lo atienden, sea la hora que sea, a pesar de que en los mostradores de sus oficinas está el mismo cartel con las mismas estúpidas limitaciones horarias que en la ciudad se toman tan en serio.

Al salir de Ruralcaja, en La Font, mi ánimo era mucho mas sereno. Depués de recoger el coche en el taller, lo he estacionado junto a un solar y he ido al Bar Mari, que está en la calle principal. Allí me ha sorprendido encontrarme con grandes relojes que marcan la hora en ciudades de los cinco continentes. He preguntado a la mujer que atendía el bar, de unos cuarenta años, con un aire de persona nerviosa, muy activa, el origen de esa generosidad horaria, tan cosmopolita, en un pueblo tan pequeño.

Yo pensaba que me diría que a su bar acudian ejecutivos de alguna empresa de comercio internacional instalada por allí, pero no, me ha informado de que esa variedad horaria está al servicio de sus clientes, japoneses, ha dicho. No se que se les ha perdido a los japoneses por aquí, pero parece evidente que la visión de su negocio que tienen los del Bar Mari es mas amplia que en la mayoría de estos sitios, y la idea de disponer de distintos usos horarios al servicio de la clientela extranjera es una iniciativa comercial que merece aplauso y divulgación.

Por eso, el Bar Mari, es el motivo central de esta crónica de hoy. Además de sus relojes, están su cocina, sus tapas, y su personal, todo al mismo alto nivel. Los que quieran visitarlo desde Heliópolis pueden tomar el autobús nº 7, pasa por la puerta.

Por lo demás, la visita a la Font de Sant Lluís, un pueblo pequeño y cosmopolita a la vez, monumental, festero y deportista, ha contrbuído a serenar mi ánimo, un poco
excitado por el trato con inmobiliarias y bancos, hasta el punto de que me he tomado la tensión antes de acometer esta entrada, y la alta me ha subido un punto. Será por el café?."

En fin. Cinco Usos Horarios.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM)10-02-11.

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