domingo, 25 de septiembre de 2011

OTOÑO EN FLASH BACK

"Hubo un tiempo en el que no tenía conciencia del otoño. Su vida transcurría entre los límites de una linealidad ligeramente ascendente y trepar por los peldaños en busca de la zanahoria lo liberaba, y al mismo tiempo le privaba de cualquier actitud contemplativa que le permitiera percibir los cambios estacionales.

Décadas después, en el primer día de un otoño mágico vio el viento abatir las hojas de los olmos que sombreaban el camino, y en algún tramo de la carretera contempló una alfombra dorada, que le pareció tejida de nostalgia.

Cuatro décadas atrás, después de una visita otoñal al mar deniense su naturaleza cambió, quizás, porque era la hora de que cambiara, o tal vez, porque su derroche de energía persiguiendo la zanahoria ayudó a que algo se le rompiera por dentro. A partir de aquel otoño, nada fue como antes.

(...)
Entonces se transformó. La persona que era indiferente a la llegada de las estaciones, se ocultó en algún oscuro recoveco de su personalidad y afloró otra con una sensibilidad extrema a los cambios del entorno.

Con la primavera, se exaltaba, con el otoño, se deprimía y esas alteraciones de su ánimo eran tan visibles que llegaban a alterar su vida cotidiana y sus relaciones con los demás.

Según me contó el señor X, sus recuerdos de aquel tiempo, ya lejano, lo sitúan cuando estaba próximo el mes de noviembre, de pie, en el cuarto de sus libros, frente a una pizarra en la que el mismo había escrito la palabra 'noviembre',como un medio de exorcizar los demonios del otoño que a el, entonces, le parecían una seria amenaza, casi una ineluctable fatalidad que le dejaba incapacitado en su sillón, convertido en un objeto inanimado, con apariencia humana, pero incapaz de comunicarse con el exterior.

Aquellas tremendas alteraciones del ánimo se repitieron varias veces, no tantas para ser irreversibles, pero si las suficientes para aprender de ellas, y con ayuda clínica y el uso de un estabilizador químico del ánimo, ahora X dijo ver aquel periodo de su vida como un mal sueño. Nunca fui internado, añadió.

No recuperó aquel sentido lineal ascendente de su vida. X dijo que fue una suerte que así fuera, porque aquellas experiencias enriquecieron su capacidad de contemplar los cambios estacionales con un sentido de la belleza que no tuvo antes, sin ninguna sensación de miedo a noviembre, ni a cualquier otro mes del calendario.

Al reflexionar sobre las causas de aquella primera crisis estacional después de su visita al mar de Dénia, X piensa que el peso del estrés fue el detonante que puso en marcha aquella época de inestabilidad emocional.

Ahora que ha dejado la vida profesional activa, X percibe que su salud ha mejorado sensiblemente, la estabilidad de su ánimo está en niveles incluso superiores a lo que ve a su alrededor y ahora, para el, la llegada del otoño es la oportunidad de observar los cambios en la naturaleza con la mirada del pintor, con la sensación, la grata sensación, de que lo que cambia es el entorno, mientras el observador se mantiene sensible a la belleza, pero con su ánimo fuerte, inalterable, sin esa fragilidad que lo rompía por dentro.

X dijo ver, desde esa fortaleza, las hojas de los olmos que sombreaban el camino abatidas por el viento y la alfombra dorada tejida de nostalgia, pero ahora,con entera convicción, afirmó que no sentía nostalgia alguna por la vida lineal, ni por la búsqueda de la zanahoria."

Es poco probable que el señor X viera las hojas de los olmos doradas por el otoño, porque cuando le acompañé de nuevo al psiquiátrico en la ambulancia, después de su salida no autorizada, creo recordar que era julio. Soy enfermero de profesión y solo he repetido lo que el señor X me contó durante el trayecto. Había mucho tráfico.

En fin. Otoño en flash back.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM)26-09-11.

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