Ayer estuve en el Cine D'Or viendo dos películas, pero creo que no lo volveré a hacer en mucho tiempo, porque cuatro horas de proyección me han dejado hecho polvo por el efecto combinado del aire acondicionado y el esfuerzo visual que supone para mis ojos cansados mirar a la pantalla durante tanto tiempo en un entorno de oscuridad.
He tenido que añadir unas cápsulas de Ibuprofeno a la tortilla de la cena para recuperarme un poco. Ese malestar, unido a la pérdida de confort que ha supuesto abandonar el dolce far niente doméstico para salir al cine, encuentra su sentido si me permite dar algunas pistas a los cinéfilos usuarios del blog, para que ellos decidan si quieren ver una, dos, o ninguna de las películas que se proyectan esta semana.
(...)
'El hombre de al lado' es una interesante película argentina que gustará a arquitectos, diseñadores y estudiantes de diseño, además de al público en general, aunque, en mi opinión, es la típica película que debería tener dos finales.
La película está rodada en un auténtico edificio diseñado por Le Corbusier en la ciudad del Plata. En ese edificio singular, muy abierto a la luz con grandes cristaleras vive un diseñador de éxito, que se ve importunado por un vecino modesto que decide abrir una ventana en la fachada de enfrente, para alcanzar, dice, un rayito de luz, de la mucha que le sobra al acomodado vecino.
Toda la película transcurre alrededor de ese conflicto, que es también un conflicto de clase, y el modo en que evoluciona hubiera merecido dos finales porque, si bien el decorador deja morir de modo innoble al vecino que se ha jugado la vida por proteger a su hija de la agresión de unos ladrones,para deshacerse de la inoportuna ventana que le amarga la vida, no es menos cierto que el desenlace podía ser el contrario, pues la obsesión del decorador le lleva a abandonar su trabajo, enrarece sus relaciones familiares, y eso hace que sea tan fina la distancia entre un desenlace o el contrario.
Dinero Fácil, es un thriller escandinavo con la violencia y la sangre justas, en la que yo diría que no hay maniqueísmo entre buenos y malos, porque todos son malos, aunque unos mas que otros. Un asunto de drogas entre la mafia servia, la árabe, y algunos que van por libre, que culmina en la operación de un alijo de cocaína de cuatrocientos kilos. Lo mejor de la película me ha parecido el diseño de los personajes. A diferencia del cine americano, que suele tratar estos personajes de un modo mas esquemático, mas primario, esta película recurre a la ambigüedad, y muestra a los tipos mas canallas, en sus aspectos mas humanos, recreándose en sus relaciones amistosas, familiares, paterno filiales, y mostrando su perfil violento como una consecuencia del maltrato recibido de sus padres.
Es curioso, ese planteamiento de la película, me ha recordado la página que escribí en el blog, 'Teoría del Corrupto' en la que puse de manifiesto los distintos papeles que interpreta el corrupto en sus relaciones con los demás, y como, de ninguna manera son personajes unívocos, sino poliédricos. Exactamente lo mismo que propone esta película.
El protagonista no es, sin embargo, un golfo peligroso, sino un estudiante de económicas que, atraído por el prestigio social del dinero fácil se involucra cada vez mas con los violentos sin calibrar la hondura del pozo en el que se está metiendo.
No digo como acaba la operación del alijo. Quien quiera saberlo puede acudir a la sesión completa, a las diecisiete diez, o a las diecinueve horas, si ya está mayor como yo para aguantar el tostón de la proyección doble.
En fin. Programa Doble.
LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM)27-09-11.
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