domingo, 30 de septiembre de 2007

WHITMAN

Tendido sobre la arena de la playa, mi cuerpo desnudo recibe la energía telúrica que fluye, con
trayectoria ascendente, desde el núcleo terrestre. La piel se contrae y se dilata en espasmos intermitentes y en el centro de ese movimiento de respiración táctil, los impulsos energéticos se introducen en las células regenerando la vida, dotándola de la alegría salvaje que impregna los versos de Walt Whitman.

La celebración del yo, la potente sensualidad, la sensibilidad lírica que desprende Hojas de Hierba, de Whitman, es un canto a la naturaleza, una vuelta del hombre a la matriz terrestre y un alejamiento de los falsos caminos, de los laberintos en que se pierde al intentar buscar la felicidad a través de las ideas, en lugar de encontrarla en sus propios sentidos.

La luna está hoy mas próxima que nunca de nuestra casa común. Esa cercanía ha alterado las rutinas de la bajamar y la pleamar en las playas de Donosti, y ha permitido llegar caminando, desde el peine del viento hasta la isla de Santa Clara. Aquí, en el Mediterráneo, el tamaño de la imagen lunar se ve mucho mayor que de costumbre. El mar de la tranquilidad, y las formas de algunos cráteres, se perciben con una cercanía y una nitidez asombrosas.

Además, es plenilunio y la luz lechosa reflejada en las cercanas dunas, permite adivinar entre las plantas rastreras que las sujetan, una activa vida nocturna de escarabajos, salamandras, insectos y otros inquilinos de ese hábitat regenerado que, confundidos por el exceso de luz, salen a docenas de sus escondrijos, con un aire entre curioso y despistado, celebrando la sorpresa de esa luminosidad desacostumbrada.

Cuando perdemos la capacidad de sorprendernos por las cosas pequeñas es que algo va mal. Nos enmerdamos, a veces, con las grandes palabras, las ideologías, las polémicas y otras naderías, y se nos olvida la presencia de lo obvio. Whitman fue un maestro de la felicidad de lo mínimo. Su cuerpo y su espíritu fueron grandes receptores de los pequeños impulsos de la vida, que su capacidad lírica transformaba en sensaciones percibidas por quienes le leían como un lenguaje de alcance universal.

Ahora estoy aquí, tendido en la playa, bajo la luz nocturna de un septiembre declinante y comprendo plenamente el mensaje de Whitman sobre la felicidad de las cosas pequeñas. ¿Por cierto, quien me habrá atado?. No me puedo mover. En realidad, no consigo recordar que hago aquí.

Tengo un pequeño lío en la memoria. Me duele la cabeza. Recuerdo que cogí el coche y el telescopio para contemplar el raro fenómeno de la cercanía lunar en esta noche excepcionalmente clara, desde la orilla del mar, pero, no se muy bien que pasó después.

Creo que llegué hasta el estacionamiento sin novedad. Si. Estaba sacando el telescopio del maletero y.....¿que pasó después?

Dos tipos. Si. Recuerdo a dos tipos. Uno me pidió fuego. El otro....debió darme un golpe en la cabeza...si....uno se llevó el coche....el otro se llevó mi ropa y me ató, desnudo, a estas estacas. Joder.....que dolor de cabeza. No estoy seguro de nada.... en realidad.

¿Que oigo? ¿Es la sirena de la policía..?.....Suena como el timbre de un despertador. Joder, son las tres de la mañana. Es la hora recomendada para ver la luna en su máximo esplendor. A ver. Me asomo a la ventana. El tamaño de la imagen lunar se ve mucho mayor que de costumbre. El mar de la tranquilidad y las formas de algunos cráteres, se perciben con una cercanía y una nitidez asombrosas.

Ha valido la pena interrumpir el sueño, para contemplar algo así.

Lohengrin. 30-09-07.

NIÑOS

Todo lo que fuimos, lo que somos, lo que seremos, estaba ya contenido en el interior de la pelota de goma con la que jugábamos a los dos años. Cada infancia es un mundo propio, una experiencia individual que no es trasladable, aunque solo sea porque la memoria es tramposa, oculta algunos recuerdos y hace aflorar otros. Recuerdo la mía compitiendo con desventaja en el escenario de violencia callejera de un barrio enlodado de Heliópolis, donde la distracción mas inocente era el lanzamiento de piedras entre distintos ejércitos callejeros, un entretenimiento metafórico que reproducía los enfrentamientos guerracivilistas, interrumpidos unos años antes para continuar la guerra por otros medios.

Fui un niño asustadizo, no se si porque mi naturaleza era así, o porque los chavales mayores de mi familia se divertían estimulando en mi esa emoción con relatos nocturnos de terror que amenazaban la tranquilidad de mis noches para aliviar el aburrimiento de las suyas.

Aprendí a leer con los tebeos que recibía regularmente desde una editorial española establecida en México, enviados por un familiar que se exilió allí. Toda la saga de super héroes universales estaba disponible en mi tebeoteca, porque los tebeos ya estaban, entonces, globalizados. Me pasaba las horas sentado en el suelo, con la compañía de Superman, Capitán América, y los demás personajes de la mitología infantil multinacional, además de los héroes de Bruguera que circulaban por aquí, Capitán Trueno, El hombre enmascarado y demás. Cajas enteras de cartón de embalar contenían ese tesoro de mundos imaginarios que me convertía en el mayor distribuidor de literatura infantil del barrio.

Algunos niños que participaban en las batallas callejeras, los mas belicosos, los mas hábiles, construían ellos mismos sus armas de madera, y algunos especialmente aventajados, fabricaban vehículos utilitarios con plataformas de madera, dotados de rodamientos, que se deslizaban por las pendientes a gran velocidad. Los mas pausados, vivíamos en un mundo imaginario de héroes importados y caballeros autóctonos. Alguno de mis amigos de entonces, llegó a la vida adulta con la misma combatividad de la infancia. Hombre excesivo, comió, bebió, se hizo empresario y trabajó de día y de noche, con la misma beligerancia que ponía en los juegos infantiles, hasta agotar la vida a una edad temprana.

Abandoné la lectura de tebeos cuando comencé a trabajar, muy tempranamente, pero como la existencia sigue un trazado en espiral, aquí estoy otra vez viviendo entre historias imaginarias, solo que ahora, me las invento yo. La vida suele ser mas extravagante que la ficción por lo que, en ocasiones, no es necesario inventarla, basta con contarla.

Anoche asistí a un concierto en La Nau. Yo creía que era un concierto. Resultó ser un extraño acontecimiento con elementos muy dispares en su contenido, como si Calisto Beito se hubiera encargado de la puesta en escena. Un homenaje. Era un homenaje, pero a ratos contenía elementos litúrgicos, como de misa o funeral, y a ratos parecía una manifestación de juegos florales, una exaltación de la personalidad del homenajeado, artista plástico que ocupó cargos de responsabilidad en el gobierno republicano y promovió, dirigió y protegió actividades y bienes culturales, antes de embarcar hacia el exilio mejicano.

Uno de los lados del claustro de la universidad vieja estaba cubierto por la reproducción de un mural constructivista de grandes dimensiones, muy colorista. Sobre la tarima había un piano, y a la derecha, una proyección de vídeo mostraba un retrato del homenajeado, donde aparecía una estrella roja de cinco puntas.

Todo empezó como si se tratara del lanzamiento de un cohete de la N.A.S.A. Una voz en off recitó, por tres veces, la cuenta atrás, antes del comienzo del acto. El público llenaba las butacas dispuestas en el patio. Se apagaron las luces y mi memoria más remota retrocedió a mis terrores nocturnos infantiles, cuando mis primos mayores apagaban las luces para asustarme. En medio de esa oscuridad, solo atenuada por la pantalla de vídeo, alguien hizo una introducción, que me pareció demasiado larga, para aclarar que él no tenía ningún mérito, y nombró una larga retahíla de personas que habían participado en la organización del acto, incluida una persona jurídica, la Sociedad Estatal de Conmemoraciones, --yo no tenía ni idea de que existiera tal cosa, la verdad-- que, por lo que se ve, había puesto la pasta, o sea nosotros.

Comenzado el acto, se alternaron las interpretaciones pianísticas acompañadas de saxo, con la interpretación de canciones, recitación de poemas, y grabaciones reproducidas, mientras en la pantalla aparecían las efigies de diversos personajes. Todo el espectáculo tenía un nexo común, la mayoría de los intérpretes, autores, mensajes, imágenes y parlamentos, remitían al imaginario de otra época, ya desaparecida. Yo me fijé en algunos espectadores jóvenes que tenía delante y advertí su expresión, entre el cachondeo y el asombro, ante tamaño despliegue de parafernalia litúrgica ideológica.

Cuando al finalizar el acto sonó el himno de Riego y todo el mundo se puso de pie, menos yo, porque aquello ya me parecía demasiado eclesial, mi mujer me tiró del brazo y me hizo levantar.

Salí a la calle unos minutos antes del final, para fumarme un cigarrillo, y porque no me había sentido cómodo entre tanta exaltación floral. Estaba frente al portalón de la universidad, en la calle Comedias. Cuando el público comenzó a salir, no pude evitar la sensación de que presenciaba la salida de misa de doce en alguna iglesia de Heliópolis, cuando tenía seis años.

Había oído decir que la gente del PC tiene una inclinación al dogma, la liturgia y la exaltación y beatificación de sus mártires, comparable a la de la propia iglesia católica, pero siempre me pareció una exageración. Ahora, esto que han montado, me ha trasladado a mi niñez mas antigua, cuando yo mismo formaba parte del escenario callejero de la pos guerra. No se que habría pensado el homenajeado de todo esto. Para mi que habría tenido una cierta sensación de vergüenza ajena.

Lo digo sin acritud.

Cosas de niños.

Lohengrin. 30-09-07.

sábado, 29 de septiembre de 2007

CABELLOS

Hace meses que no me dejo cortar los cabellos. Este experimento ha beneficiado mi economía personal, pero es un perjuicio para el gremio de barberos. Siempre es así. La renta nacional es un móvil que circula a toda velocidad desde unos bolsillos a otros, aunque suele depositarse en unos bolsillos mas que en otros. En el centro de ese tráfico está el Estado, que ordena la circulación porque los ciudadanos aún no hemos aprendido a circular armoniosamente sin guardias urbanos, no porque sea, en si mismo, un exponente de la madurez social.

El Estado se cuela en nuestros bolsillos y se apropia de una parte de nuestra renta, de la que se queda una buena tajada, y el resto nos lo devuelve en su función de garante de las aspiraciones y derechos constitucionales que nunca conocemos en plenitud. Esto plantea algunas cuestiones en relación con lo público y lo privado, a las que hace referencia un intelectual vestido con sotana, en la página cuatro, Opinión, del diario Levante de hoy.

En un artículo construido con silogismos y lógica escolástica, con aspecto de tela de araña que no atrapa ni a una mosca, le da todo el rato a la matraca de que la distinción entre lo público y lo privado es una cosa obsoleta, para después definir a la iglesia como “una necesidad de los ciudadanos-- como una escuela o un hospital”, es decir como un servicio público.

Si no hay fronteras entre lo público y lo privado, ¿Como es que las escuelas privadas o concertadas en las que la iglesia está presente tienen un número de alumnos inmigrantes sensiblemente menor que las públicas? ¿Porqué esas instituciones educativas infringen el principio de gratuidad, y de universalidad, mediante tasas paraoficiales que sirven para la discriminación del alumnado?. Porque hay, efectivamente, fronteras.

¿Como se puede equiparar una iglesia, que sirve, y se sirve, de su comunidad creyente, es decir, una parte de la población, con la sanidad y la educación, que son servicios públicos universales, dirigidos a la totalidad de los ciudadanos, cualquiera que sea su condición? No se puede. Se puede intentarlo, claro, pero no cuela.

No creo que nadie esté en contra de quienes manifiestan libremente sus creencias y cobijan sus fragilidades en el colchón de la fe. Pero una cosa son las personas, y otras las instituciones que las gobiernan. La iglesia como institución ha aplastado históricamente sin piedad a los movimientos surgidos en su seno, --comunitarismo cristiano-- que eran la sociedad civil de su tiempo y pretendían poner a las personas por delante de las instituciones.

La consideración de bien común como algo público con independencia de quien lo haga, va en la dirección --explícita-- de impedir la negativa a emplear dinero público en una institución no estatal ,es decir la iglesia católica en España. Aquí se ha quitado la máscara el escolástico. Lo que quiere son los duros. Se trata pues, de prolongar sus privilegios de la etapa dictatorial a una institución que no nos representa a todos.

Ahora queda claro lo de la frontera difusa entre lo público y lo privado, el estatismo anticuado y todo eso.

Estos intelectuales vestidos de sotana, acostumbrados al disimulo, la ocultación, el engaño y la manipulación, engañaron durante siglos a un pueblo análfabeto, pero no se puede engañar a todos, todo el tiempo. El doble lenguaje, ya no cuela.

Lohengrin. 29-09-07.

viernes, 28 de septiembre de 2007

ROJO

El rojo fue el color del siglo XX. No solo dos guerras salvajes tiñeron de rojo sangre las llanuras en barbecho de los cultivos de cereal abandonados para cultivar la violencia grupal, y las tundras esteparias de la vieja Rusia, sino que las revoluciones proletarias de aquel tiempo, tan lejanas como si hubieran sucedido hace un milenio, hicieron de ese color, el rojo, el emblema de los parias de la tierra.

Nunca he participado de la plástica monocolor, sino que he preferido las formas pareadas, por ejemplo el rojo y el negro, que fue el par elegido por quienes renegaban de toda autoridad dirigista, por entender que la anarquía, que no es el desorden, sino la ausencia de jerarquía, es una forma superior de ordenar las relaciones humanas, aunque para que sea realizable, los hombres deben hacer un esfuerzo para cultivarse y alcanzar un grado de madurez social tal, que la jerarquía, que es la fuente del desorden, ya no sea necesaria.

Una utopía, si. Una utopía no es algo inalcanzable, es, simplemente, algo que todavía no ha sucedido. Las sociedades actuales contienen muchos aspectos que fueron, en su momento, tildados de utópicos, y ya ven.

Mi percepción de lo bicolor, sin embargo, está cambiando, al observar los ocasos desde el porche de la casa de Estenas. Así he aprendido que lo que nos empeñamos en individualizar como un color, es un continuo dinámico complejo, cambiante, cuyos componentes interactúan continuamente, sin que ninguno de esos componentes alcance la condición de la durabilidad.

El color rojo desapareció con el siglo, al ser sustituida la figura del proletario por la del consumidor. La bandera de esas nuevas generaciones no revolucionarias es un fresco multicolor compuesto por los atractivos colores de los envases etiquetados que aparecen en las bateas de los supermercados y que, cada vez mas, no son colores inocentes, sino profundamente pensados para producir un efecto de seducción en el comprador.

Aún hay países mas rojos que otros. Son residuos históricos de una etapa anterior. Aún hay partidos políticos que utilizan ese color en sus emblemas, banderas y reclamos, pero son parte de la vieja retórica, que se resisten a abandonar. Ya no tienen vigencia real en la sociedad actual. Ya no hay revoluciones en Europa. No hay proletarios. Finito.

Los colores, sin embargo, tienen que ver con las emociones, afectan a nuestro ánimo, por eso, cuando pintamos la casa, elegimos unos colores y otros no. Por eso, a pesar de los cambios históricos, de las radicales transformaciones de la realidad y las preferencias sociales, todavía los colores son un signo de identidad que nos resistimos a abandonar.

Por eso, por una cuestión sentimental, me resisto a abandonar mi preferencia por el rojo y el negro, aunque voy al supermercado con frecuencia, porque para mi es algo mas que un par de colores. Es la herencia intelectual de hombres como Kropotkin, Prudhom, Bakunin, Reclus, y de tantos otros que no solo han sido olvidados, sino malentendidos, tergiversados, porque la anarquía no es caos sino ausencia de jerarquía. La jerarquía es la causa verdadera del caos y ahí está Bush para confirmarlo.

Sentimentalismos y emociones aparte, el rojo se ha decolorado con el fin de siglo, y los millones de personas que se cobijaban bajo esas banderas, andan ahora por los pasillos de los supermercados y los centros comerciales, seducidos por los envases multicolores de los nuevos objetos de deseo.

Bien entrado ya el siglo veintiuno, es hora de diseñar una nueva bandera. Como no soy partidario de la plástica monocolor, sugiero la de El Corte Inglés. Incluye el verde, que es un color a favor del clima, y esos triangulitos tan de diseño. Tal vez, en el interior de esos triángulos, quepa un mínimo toque rojo, un cierto símbolo de continuidad histórica, un homenaje a aquellos que lucharon, sin saberlo, por la actual sociedad del hedonismo y el consumo.

Rojo.

Lohengrin. 28-09-07.

BLANCO

La cordillera cantábrica está cubierta por un manto blanco que nos anuncia un duro invierno antes de concluido septiembre. En los pueblos del interior de Heliópolis se registran mínimas entre tres y cinco grados. El blanco no es un color, sino un estado del ánimo que en el país mas poblado de la tierra se usa para expresar tristeza y duelo.

El mismo satélite que nos informa del estado de nuestras montañas, registra con sus cámaras de infrarrojos las peculiaridades de la vida urbana en el solar ibérico. Al parecer, las gentes mas modernas, las que mas gastan en peluquería y compran su ropa en las tiendas de N. York, en la intimidad de los lavabos regresan a un ritual de chamanes, una práctica ancestral que los brujos realizaban ayudados con el polvo obtenido al machacar hongos alucinógenos, mientras entonaban cantos esotéricos, y que los aficionados al polvo blanco han convertido en un acto funcional, desprovisto de los adornos de las antiguas culturas.

Es un signo del eterno retorno. Günter Grass, tan controvertido ahora, por el modo literario en que administra su pasado, aunque nadie habla de sus esculturas, escribió un libro, El Rodaballo, que me dejó huella durante mucho tiempo. Esa fábula se inicia en la Silesia del neolítico y recoge algunas costumbres de la época, como el consumo de sémola de esteba y la cagada colectiva de la horda, que era un acto de afirmación de los miembros de la tribu, en lugar de esa cosa individual vergonzante en que se ha convertido con la evolución civilizadora. Se ponían en círculo y una vez finalizadas las evacuaciones, el Haya tritetuda, la matriarca de la tribu, examinaba una a una las deposiciones y si alguna no alcanzaba el nivel de calidad exigido, el tipo era destinado sin demora al caldero.

El resto de la tribu, los sanos, degustaban las partes mas tiernas de su colega en un recipiente común, que algunos antropólogos sostienen que es el antecedente de la paella. En ese libro, El Rodaballo, que termina en el siglo veinte, con las revueltas de los astilleros de Gantz, cada veinte páginas, Grass introduce la expresión la próxima glaciación. Ignoro si es un recurso de compositor, una repetición voluntaria que busca con ese leit motiv conseguir un cierto efecto rítmico, un recordatorio de antropólogo sobre la precariedad relativa del tiempo humano, cuando se mide con la magnitud de los tiempos geológicos, o un reflejo de artista que, con esas pinceladas de blanco helado, busca dotar de color, o de ausencia de color, su mensaje literario.

Ahora mismo, vivimos tiempos blancos, no solo las montañas norteñas ofrecen esa imagen, sino que al parecer somos la tercera potencia mundial, en consumo de cocaína. La competencia y el libre mercado de la empresa y la imagen, presionan sobre ejecutivos, guapos y famosos para que estén siempre en estado de revista y claro, ese esfuerzo continuado exige un plus energético que ha extendido el consumo de esa sustancia defatigante que los campesinos andinos se limitaban a extraer de la masticación de las hojas de la planta para poder cavar la tierra, pero que los consumidores occidentales usan en forma de concentrado, con la secuela de los daños cerebrales colaterales que se derivan del exceso de principio activo. Ya lo decían los médicos antiguos. El veneno es la dosis.

No son los únicos daños colaterales que sufren nuestros cerebros. Algunos no consumimos opiáceos con habitualidad, pero, en el siglo blanco, los mensajes de los medios de comunicación, con independencia de su color, alcanzan nuestros cerebros con la misma persistencia repetitiva de las dosis cotidianas de otros tóxicos, para contarnos que el asunto del cambio climático, tan vinculado al blanco ártico, es objeto de un encuentro protocolario de los poderosos que no tienen intención de tomar decisiones de calado y solo escenifican una representación para el consumo del público, mientras que otro grupo, al parecer mas interesado en el tema, exige una franquicia de dos millones de dólares para participar en las ponencias. Que quieren que les diga, lo veo todo blanco.

A la vista de los datos sobre el calentamiento del planeta que las expediciones al ártico revisan con frecuencia, no parece que la obsesión de Grass, la próxima glaciación esté en vías de materializarse. Es poco probable que, quienes observan la tierra desde los laboratorios de la estación espacial, lleguen a describirlo alguna vez como el planeta blanco, en lugar de azul, pero cada vez es mas creíble que lleguen a nombrarlo como el planeta seco, al menos por estos barrios desde los que escribo.

Blanco.

Lohengrin. 28-09-07.

jueves, 27 de septiembre de 2007

AZUL

El cielo de septiembre luce hoy un azul translúcido que le da la atmósfera, de una textura leve, luminosa, fresca. La limpieza aparente del aire que sacude el abeto que se eleva entre las palmeras del viejo cuartel, es la traza dejada por el viento que se ha llevado a otros lugares las partículas contaminantes que ocultaban el horizonte.

Dicen que el cielo no es azul. Al parecer lo percibimos así por la composición de ciertos gases presentes en la atmósfera. Que las cosas no son lo que parecen es algo que todos aprendemos en algún momento de nuestra vida. Después de ese aprendizaje, para unos viene otro que consiste en aceptarlas como parecen, sin intentar buscar lo esencial, porque la vida es un conglomerado de banalidad y esencialidad y cada uno busca su acomodo como puede, mientras que otros, vaya usted a saber porqué, se empeñan en buscarle las vueltas a casi todo. Es un signo de la diversidad humana, que al final hace que la vida sea menos aburrida.

Ayer vi en la pantalla del televisor a Nicanor, el predicador, mi compadre del Maravillas, cuya imagen sospecho que fue sacada de los archivos, sin su conocimiento, para acabar de componer el pequeño mosaico informativo que trataba de la reconstrucción del himen vaginal. Lo digo así porque tengo la sospecha de que los varones también tenemos himen, pero ubicado en la cabeza.

Decía la periodista que ocho de cada diez mujeres que se someten a la reconstrucción del himen son de etnia gitana y el resto son musulmanas, y que lo hacen por respeto a sus tradiciones ancestrales. Esa afirmación debió ser la que justificaba la presencia de Nicanor en la pantalla, que estaba allí por su condición de persona representativa de su comunidad, aunque me pareció que se le había utilizado un poco fuera de contexto.

La pérdida de la virginidad, es decir, de la inocencia, en la mujer, puede ser reparada por medio de la cirugía menor que la devuelve a su integridad anatómica. En eso, como en casi todo, nos aventajan.

Si mis sospechas son ciertas, los hombres nacemos con la virginidad, es decir, la inocencia, en el cerebro. Pero al ser, posiblemente, un fluido, no un componente anatómico, y al estar la bioquímica cerebral todavía en mantillas, no podemos aspirar a que un cirujano la restaure una vez perdida.

A diferencia de las mujeres de etnia gitana o de confesión musulmana, estamos condenados a sobrevivir de por vida con ese trauma. La pérdida de la inocencia es un hecho biológico vinculado al viaje desde la infancia hacia la vida adulta, pero también una fuente inagotable de historias literarias, cuyos creadores han ahondado en la naturaleza de ese proceso, conscientes de la esencialidad del asunto, pues, de que se culmine o no con éxito esa transición, depende el grado de madurez del sujeto adulto.

Sospecho que numerosos personajes de infausta resonancia histórica, como Nerón, Franco, Hitler, Musolini o Stalin, no realizaron con éxito esa transición. Si algún ilustre sabio hubiera restaurado su himen a tiempo, la historia del mundo habría sido otra.

Esos tipos llegaron al poder porque nadie se molestó en averiguar lo que eran, por debajo de lo que parecían ser, cuando aún era tiempo. Hay un libro muy interesante de Erich Fromm, Anatomía de la destructividad humana, que es todo un catálogo de medios para detectar de modo precoz las personalidades destructivas, basado precisamente en los análisis caracterológicos y el estudio de los tics que acompañan esas conductas potencialmente peligrosas en individuos que alcanzaron el poder y lo usaron de un modo dramáticamente destructivo.

Afortunadamente, no todos los individuos varones viven de un modo tan destructivo la pérdida de la inocencia. La literatura, la poesía, el cine, las artes plásticas y las demás manifestaciones artísticas, musicales o culturales, han sido visitadas de modo muy creativo por un ejército de autores, cineastas, pintores o compositores, quienes, en algún momento de su obra, han hecho de esa pérdida un caudal de inspiración y expresión estética o plástica.

Tal vez, la época azul de Picasso, no fue otra cosa que la recreación de un cielo translúcido de septiembre, flotando en una atmósfera de textura ligera y luminosa, una imagen que quedó fijada en su memoria antes de que perdiera el himen de su inocencia.

En fin. Azul.

Lohengrin. 27-09-07.

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miércoles, 26 de septiembre de 2007

EDUCACIÓN Y SALUD

Hace unos años, los partidos mayoritarios firmaron un pacto para no hacer cuestión partidista de un asunto que, por afectar a ocho millones de personas, se consideraba lo suficientemente serio como para no dejarlo a la intemperie de las disputas ideológicas. Se trataba de las pensiones. Los acuerdos, y menos los políticos, no duran siempre, pero aquel acuerdo que se llegó a aplicar, tuvo, en mi opinión, la virtud del reconocimiento de que ciertos aspectos de la vida política y ciudadana, deben ser tratados como un asunto de Estado, es decir, que su tratamiento y atención debe estar por encima de intereses e ideologías partidarias, como una garantía de la calidad democrática de las instituciones.

Llama la atención que un asunto como ese fuera objeto de pacto, y en cambio la educación y la salud públicas, que afectan prácticamente a la totalidad de la población, sean campo de batalla de distintos intereses, pecuniarios e ideológicos, siendo como son las bases de un sistema de democracia sólida y avanzada, con un alcance universal.

En Heliópolis, desde que gobiernan los conservadores, los ciudadanos hemos pasado de vivir en una comunidad cuya sanidad pública estaba en los primeros lugares del ranking a otra que es el furgón de cola en ese servicio vital, sin cambiar de domicilio.

El asunto es complejo. Esa es siempre la respuesta de los responsables de algo que va mal. Que viene a decir, usted no tiene ni idea del asunto, no está capacitado para opinar. Sin desconocer que el número de usuarios de la sanidad ha crecido de un modo exponencial, y que tal vez hay lagunas en la financiación de los costes que generan los no residentes, no es menos cierto que hay una actitud ideológica y unos intereses concretos, detrás de la débil respuesta a este problema del gobierno conservador, al que se le renuevan los mandatos, sin que sus insuficientes logros en este campo y en el de la educación lo merezcan.

La derecha es una posición geométrica, pero está llena de gente, que tiene unos intereses determinados. De modo simultáneo al deterioro creciente de la sanidad y la educación públicas, la medicina privada y la educación concertada o privada viven una etapa de expansión que es directamente proporcional a ese deterioro. El debate entre lo público y lo privado carece de sentido si no se acompaña de la necesaria calidad en la gestión, pero es un hecho que, a igualdad de calidad, los conservadores tienen una inclinación ideológica contra lo público, que identifican como socialista, precisamente porque nunca se hizo un pacto que dejara a salvo de las reyertas ideológicas los valores fundamentales de la democracia moderna, la educación y la salud.

La ausencia de ese pacto está produciendo, aquí, resultados catastróficos. Asistí, ayer, como oyente, a una reunión de padres de niños que apenas tienen dos años, y pude apreciar el sentimiento de histeria colectiva, por no decir de pánico, de la mayoría de los padres que asistían, ante la eventualidad de que sus hijos, en su momento, tuvieran que ir a la escuela pública. Me pareció tan demencial que uno de los valores básicos de las democracias avanzadas, la educación pública, gratuita y universal, estuviera tan ausente en los ciudadanos, que llegué a la conclusión de que no vivimos en una democracia avanzada, sino frágil. Los argumentos escuchados, sobre la presencia de inmigrantes en las aulas, me confirmaron en esta impresión.

Tengo hijos que trabajan en el sistema educativo y dicen que, efectivamente, el deterioro en las aulas es tan creciente que, aun sin compartir los argumentos de los padres, entienden su deseo de alejar a sus hijos de un sistema que está en franco deterioro.

Hay organismos internacionales que confirman con sus evaluaciones que este país que atrae a tanta gente como si fuera la Arcadia feliz, disfruta de posiciones de cabeza cuando se mide su progreso económico, pero que en materia de prestaciones, de calidad de su sanidad y educación, y de otros parámetros de carácter no económico, ocupa puestos que no están en relación con su crecimiento económico. Es decir, que retrocede hacia las democracias poco avanzadas, salvo en lo económico.

Esto no es un asunto de ideología, como podría parecer. Los países europeos con democracias consolidadas hace mucho tiempo, hace decenios que no ponen en cuestión los sistemas educativos y sanitarios públicos, que no son causa de disputa partidaria, sino un sólido logro democrático consolidado, un asunto de Estado, que funciona con autonomía, profesionalidad y eficacia, con independencia de que estén unos u otros en el gobierno.

Aquí, hemos cambiado los planes de estudio, los sistemas, los niveles, las denominaciones y los contenidos de la educación pública, casi cada vez que un partido de una u otra ideología ha alcanzado el gobierno. El resultado está a la vista. Una educación pública cada vez mas deteriorada, de la que huyen los ciudadanos, en lugar de estar orgullosos de ella.

Está claro que los sistemas educativos ya no asimilan mas cambios, sobre todo si son a peor. Tendrán que cambiar, pues, los políticos. Asumir que la educación y la sanidad son asuntos de Estado, que requieren un gran pacto --lo que nunca se ha llevado a cabo desde la transición a la democracia-- si queremos aspirar a configurar, alguna vez, una democracia avanzada.

Lograr un pacto en un escenario de mayorías absolutas es poco probable, pues la parte favorecida por esa mayoría lo juzgará innecesario. Es necesario que los electores arrebatemos a los partidos las mayorías absolutas, para obligarlos a una política de Estado.

Es una opinión.

Lohengrin.

CASTILLOS

A la última cena libertaria de los martes de septiembre faltó un apóstol, pero acudió Jaume, un arquitecto en activo que, además, toca la tuba en la banda de música de Nazaret. Otro de los asistentes, el empresario, vino cargado con una olla bajo el brazo que contenía, según el, estofado de buey a la bourgiñón, pero al que le había añadido, en lugar de vino de la Borgoña, dos botellas de vino de la ribera del Duero. A mi me pareció, simplemente, un ragout, lo siento.

A Jaume le encargaron el plan de ordenación urbana de un municipio de la Manchuela con castillo. La restauración de ese edificio histórico y el recinto amurallado fue muy compleja. Tuvo que dirigirla Jaume junto a un equipo de arqueólogos y la principal dificultad que tuvieron que superar antes de culminarla se derivó de que, dado el espesor de la muralla, había sido utilizada durante décadas para instalar nichos en los que permanecían inhumadas varias generaciones de paisanos.

Creo que bebí demasiado clarete durante la cena y que le ginebra Bombay no me sentó bien, por eso no se si lo que recuerdo del relato de Jaume que siguió, detallando los pormenores de la exhumación de cadáveres y su traslado al camposanto, es riguroso, o está marcado por la distorsión en la percepción que suelen producir los excesos en el consumo de alcohol.

El día que el equipo de arqueólogos culminó sus trabajos de restauración, coincidió con el patrón del pueblo y el alcalde decidió patrocinar los festejos para que ambos acontecimientos fueran objeto de celebración conjunta. Se contrató a la banda de música de Minglanilla, se instalaron banderas y gallardetes, una empresa de luminotécnica instaló vistosas bombillas, con motivos florales y alusivos a la vendimia. Llegaron atracciones de feria que se instalaron junto a la muralla y algunas calles pavimentadas fueron decoradas con ceras por los vecinos.

Cuando todo estuvo dispuesto, la tarde de domingo de la fiesta mayor, se encendieron bombillas y farolas, se comprobó el buen estado de las momias que los arqueólogos, después de extraerlas de los nichos, custodiaban en el recinto histórico, y se formó la vistosa comitiva para salir en procesión desde el castillo, recorrer el pueblo, y acabar en el camposanto, donde los cadáveres exhumados debían recibir reposo definitivo.

Al frente de la comitiva iba el ayuntamiento en pleno, les seguían los clavarios y clavariesas de las fiestas patronales, después, las momias, algunas de las cuales eran novias vestidas de blanco y niños con zapatos de charol, acomodadas, en posición sedente, en una carroza habilitada para la ocasión, cubierta con hierbas aromáticas, lavanda, ajedrea y manzanilla.

Detrás, al frente de la banda de música de Minglanilla, iba Jaume con su tuba, y siguiendo a los músicos, toda la chiquillería del pueblo, cubierta con máscaras. Algunos portaban piñatas para ser rotas durante el recorrido y todos llevaban una bolsa ignífuga colgando que contenía fuegos de artificio.

A una señal de Jaume, la banda arrancó con el pasodoble Pepita Creus y toda la comitiva se puso en marcha, lentamente, buscando distancias entre sí para dar mayor solemnidad a la ocasión, mientras los chavales comenzaron a lanzar petardos y a tratar de alcanzar las piñatas a pedradas.

Una vez los cadáveres fueron inhumados en su destino definitivo, todo el mundo prorrumpió en aplausos y la alegre comitiva se fue del cementerio, a los compases de Paquito el Chocolatero, hacia el espacio ferial en el que una discoteca móvil, pasada de decibelios, amenazaba con las vibraciones que emitía la integridad de los puntos mas delicados del complejo histórico restaurado.

He llamado a Jaume por teléfono, una vez repuesto del malestar que me produjeron anoche el clarete y la ginebra, para confirmar su historia, pero no estaba.

Creo que, en realidad, los vapores del alcohol me han llevado a integrar una mixtura cultural en el relato. Lo leo de nuevo y me parece una rara mezcla de la cultura mejicana de la muerte y la celebración ibérica de la vendimia. No se.

Lohengrin. 26-09-07.

martes, 25 de septiembre de 2007

EL TERCER PIÉ

Nació con un tercer pié en la cabeza. De niño, la extravagancia de su aspecto no le impidió contar con el afecto incondicional de los suyos. En cuanto al resto, los no próximos, al principio no hubo demasiados problemas, porque esa incipiente singularidad quedaba discretamente oculta debajo de la gorra.

Cuando Pedro fue a pescar en el río de su infancia, poco a poco se acostumbró, al verse reflejado en sus aguas, a esa parte de su anatomía que comenzaba a causar extrañeza en sus amigos. Ese sentimiento ajeno era una mezcla de sorpresa, desprecio y también admiración, al comprobar como agarraba con los dedos de su tercer pié descalzo las truchas que intentaban escapar de su anzuelo.

Los mas envidiosos, comenzaron a odiarle al comprobar su imbatibilidad en la portería improvisada entre dos piedras, cuando jugaban al fútbol en la alameda. No había modo de colarle la pelota, sobre todo por el centro, pues cuando sus puños fallaban en el despeje, allí estaba esa extremidad desubicada para salvar, en último término, la situación.

En la escuela, tuvo los problemas habituales en una persona que se sale de los parámetros normales, sobre todo con aquellos alumnos que no eran de su círculo íntimo, pero no por su rareza anatómica, como podría parecer, sino porque su cerebro era un poco mas rápido y algo mas voluminoso que el de sus compañeros, lo que producía no pocos resquemores, al ver que, con menor esfuerzo, --dedicaba casi todo su tiempo a la práctica del fútbol-- obtenía mejores resultados que la mayoría.

Con los años, la afición de Pedro por la práctica del fútbol, se fue convirtiendo en una dedicación apasionada. Ya no le interesaba la portería, sino aprender a crear jugadas de peligro desde el centro del campo, dirigirlas, y ceder la pelota a un compañero para que la clavara en la red de la portería contraria, en el campo municipal, que ya tenía rayas pintadas, porterías y un suelo terroso, pero de dimensiones reglamentarias.

Una tarde de otoño, cuando el viento barría las hojas caducas de los árboles que daban sombra a los escasos espectadores del polideportivo municipal, se dejó caer por allí el entrenador de un club de fútbol de segunda división, y le ofreció a Pedro una plaza en la escuela deportiva que preparaba a las jóvenes promesas del fútbol de Heliópolis, y a sus padres la garantía de que, en su momento, el joven podría hacer compatible esa dedicación, con los estudios para licenciarse en Educación Física, que era la vocación que el muchacho comenzaba a manifestar.

En los vestuarios de la escuela deportiva, se reprodujeron los mismos conflictos relacionales que en el colegio. Pedro tenía a su alrededor un grupo reducido de incondicionales que le querían y le admiraban, junto a otros hostiles, mas numerosos, que le despreciaban y sobre todo, envidiaban esa facultad suya del tercer pié que le daba una evidente superioridad sobre los bípedos normales.

Cuando debutó en las competiciones oficiales de segunda división no pasó nada, salvo que al foguearse en el deporte profesional, su calidad como jugador se confirmó y a sus facultades excepcionales añadió la solidez que da la experiencia.

Al llamarlo un club de primera para incluirlo entre sus fichajes de invierno, parecía que Pedro iba a alcanzar, por fin, después de muchos años de esfuerzo y dedicación, el máximo nivel en su carrera deportiva, pero esa ocasión la frustró un fotógrafo deportivo al divulgar esa singularidad de la tercera extremidad que, aunque parezca increíble, en los ambientes de las categorías inferiores del deporte rey había pasado desapercibida para el gran público.

Enseguida empezaron las discusiones federativas. La Federación española de fútbol, le prohibió participar en competiciones oficiales, con el argumento de que debía federarse con los paraolímpicos. Los paraolímpicos le rechazaron igualmente, con el argumento de que su rareza no podía calificarse de minusvalía, sino, por tratarse de fútbol, de todo lo contrario.

Actualmente, Pedro juega en un equipo de la liga profesional en EE.UU., y se ha ganado la titularidad, dejando a Beckham en el banquillo.

Lohengrin. 25-09-07

lunes, 24 de septiembre de 2007

MOTEROS

“Cogí la moto Honda Transalp --mi pensión no me permite cabalgar una Harley-- y calzado con botas de hebilla, enfundado en un mono de cuero negro tuneado con un par de tibias y una calavera en la espalda --el distintivo de nuestro grupo-- y con el casco reglamentario puesto, me dirigí al punto de encuentro, un bar de carretera, en Calicanto, un lugar residencial a escasos kilómetros de Heliópolis.

La ruta mas corta es la autovía de Torrent, pero escogí la A3. Se da un poco mas de vuelta, pero me encanta esa vía. Me relaja deslizarme entre el intenso tráfico, con la ventaja que da montar un vehículo de dos ruedas entre tanto vehículo patoso sin apenas capacidad de maniobra y me produce una satisfacción primaria tomar el desvío de Alicante Albacete, subir por la pendiente del puente a toda velocidad, y dejarme engullir por el salvaje tráfico de camiones que se mueven con dificultad en el by pass, esa calzada que quedó obsoleta el mismo día que la inauguraron.

Es una experiencia intensa, pero corta. Enseguida hay que tomar la primera salida a la derecha, para dirigirse por un camino secundario tranquilo hasta el Bar Sol y Nata. Las motos de mis colegas ya estaban allí. Seis Harleys que devolvían los reflejos del pálido sol de la cruda mañana de invierno desde sus cromados en perfecto estado de revista.

Un vaquerito!. Acompañé a mis colegas --todos habían dejado atrás los tiempos heroicos y alcanzaban una edad provecta-- en sus cortas libaciones y después del intercambio de saludos de rigor, montamos en las motos y nos dispusimos a recoger a Félix.

La calle Picos de Europa es una vía de Calicanto que traza una pendiente en semicírculo en cuya cúspide, rodeada de pinos, hay una residencia de la última edad. Subimos por esa pendiente con los motores a toda potencia y nos detuvimos frente a la residencia. Al otro lado de la puerta enrejada había un amable anciano. -¿Son ustedes extraterrestres?, nos dijo, --les abriría, pero me lo tienen prohibido. Le pedimos que se apartara, abrimos la puerta a patadas, fuimos a la planta inferior, cargamos con Félix y su botella de oxígeno, y en apenas medio minuto estuvimos de nuevo en la calle, con Félix montado de paquete en una de nuestras motos.

Salimos, en línea, hasta la A3 y en veinte minutos llegamos al refugio de la sierra que hace las veces de sede de nuestro club de moteros. Allí dejamos a Félix con la chimenea encendida y provisiones para siete días, tal como el había pedido, aclarando que ese era el tiempo que estimaba que tardaría en morirse, y que deseaba hacerlo en tranquila soledad.

Cumplida la voluntad de Félix, bajamos por la carretera vecinal hasta la rotonda de Utiel Este. Allí se abre una carretera que, en tiempos de Álvarez Cascos, tunearon con un desorbitado cartel que ponía A Francia, cuando lo cierto es que llegaba a Talayuelas. Claro, por todos los caminos se llega a los sitios mas lejanos. Alguien con sentido común ha quitado ese cartel, aunque por ese camino alternativo se llega a Teruel.

Es un camino poco transitado. Con nuestras veloces máquinas, en apenas una hora nos plantamos en la carretera que sube a las pistas de Valdelinares. El caos de vehículos de cuatro ruedas era proporcional al hecho de que era domingo y había nieve. Nosotros no tuvimos ningún problema para alcanzar el centro de esquí y estacionar las máquinas. Alquilamos tres trineos con su dotación de perros y cada uno se fue por su cuenta a explorar el paisaje que rodea las pistas, llenas de domingueros, aficionados y neófitos que se quebraban los huesos, una vez conseguían superar las enormes colas que se formaban para esa absurda actividad.

Es una sensación gratificante perderse con los perros por las laderas nevadas, entre árboles y matojos, sin apenas presencia humana, en un entorno que estaba sin tocar antes de que algunos desaprensivos comenzaran a construir adosados en cualquier corte de la montaña, como hicieron hace ya tiempo en pleno puerto de Alcalá.

Para no cansar demasiado a los perros, regresamos a por las motos y nos fuimos a comer a Gúdar, donde Flora, una vieja amiga, nos había preparado un pollo entero para cada uno.

El pollo entero resultó ser un huevo, eso sí, acompañado de patatas, chorizo y vino tinto.

Después de comer, Flora se abrió de piernas, acomodó su chelo y se lanzó a interpretar el preludio a la siesta de un fauno, que a todos nos pareció muy apropiado.

Cuando despertamos de la siesta, el cielo había tomado un tono cobrizo y un sol helado, invernal, comenzaba a descender por poniente.

Regresamos a Heliópolis, sin correr demasiado, en hora y media, dejando atrás una interminable caravana de coches que se cocían en su propio aceite con una lentitud dominical.

Tomamos otro vaquerito en el bar de la calle de Sueca adonde recalamos después de nuestros encuentros. Llamamos al móvil de Félix. No contestó.”

Cuando el cuidador terminó la narración con la que nos había entretenido la velada, la mayoría de los residentes dormía. Me levanté, cogí la botella de oxígeno y arrastrando ligeramente los pies, me dirigí a mi cuarto.

Miré por la ventana. El cielo había tomado un tono cobrizo y un sol helado, invernal, comenzaba a descender por poniente.

Lohengrin. 24-09-07.

SOBERBIA

La soberbia, para los agnósticos, no es un pecado, es un rasgo del carácter. Una tendencia a la satisfacción y la contemplación de las propias prendas, con menosprecio de los demás, a veces acompañada de cólera e ira expresadas con palabras altivas e injuriosas. El soberbio suele manifestarse así, altivo, arrogante, excesivo.

Temo que ese rasgo de carácter está demasiado presente en las dos páginas anteriores del blog. En una de ellas, Imaginación, hice una crítica áspera del discurso de una persona representativa de una organización corporativa profesional, que luego me pareció demasiado dura. Para arreglarlo, no tuve otra ocurrencia que tildar al criticado, en base al aspecto que presentaba en una foto de prensa, de pobre hombre, bondadoso, pero débil, con lo que añadí a la crítica de su cometido profesional, la ofensa personal.

Cualquiera puede presentar un aspecto patibulario en la foto de su D.N.I. y no por eso se le puede tildar de delincuente. Ese es mi caso, desde que me dejo el pelo largo como si fuera D’Ártagnan, solo por ahorrar en gasto de peluquería.

Solo he conocido a una persona que renunció a la posesión del D.N.I. por ser consecuente con su rechazo al Estado. Era una mujer, de pensamiento libertario, que a cambio de ejercerlo con todas sus consecuencias, renunciaba a cualquier beneficio, atención sanitaria, ayudas o subsidios procedentes de los entes públicos. Fue, en realidad, una pionera de los sin papeles, aunque no era una inmigrante, sino una exiliada voluntaria de un sistema que no compartía.

Al lado de mi casa hay una cárcel, con muros de hormigón, que pasa por ser una comisaría de policía y ocupa un antiguo cuartel militar abandonado. Es un centro de internamiento de inmigrantes sin papeles. Ayer, unas docenas de personas desplegaron sus pancartas y gritaron por sus megáfonos, para protestar por el hecho de que no se reconozcan derechos a quienes no tienen papeles. Eran pocos, frente al portón cerrado. Nadie les hizo el menor caso, excepto la lluvia, que descargó con fuerza inusitada sobre ellos, obligándolos a dispersarse.

La persona de la que he hablado, no reclamaba papeles, sino que los rechazaba. Son dos actitudes frente a una misma situación injusta. Creo que estudió en la facultad de Filosofía. Como no podía matricularse, porque no tenía papeles, lo hizo en calidad de oyente, y aprovechando los apuntes que le facilitaba su compañero. Naturalmente, nunca se examinó. No estaba allí para examinarse, solo para aprender filosofía.

La inmensa mayoría de los ciudadanos, aborígenes o inmigrantes, tenemos papeles. El D.N.I. es la madre de todos los papeles y allí figura nuestra foto, pero es un signo de soberbia y temeridad hacer conjeturas sobre los rasgos de carácter de una persona solo por el aspecto que presenta su foto en el D.N.I. o por su imagen que acompaña una entrevista de prensa.

Con esto doy por concluida la tríada sobre la Imaginación, la Crítica y la Soberbia. No pienso volver sobre un asunto que me ha hecho enmerdarme en un lío de críticas, contradicciones, excusas no solicitadas y análisis caracterológico, absolutamente irrelevantes para los usuarios del blog.

A partir de ahora, pienso dedicarme al relato absurdo, eso sí, con un toque crítico, ácido, irónico, sarcástico. Es un rasgo de mi carácter. Que voy a hacer...

Lohengrin 24-09-07.

domingo, 23 de septiembre de 2007

CRÍTICA

Vuelvo a mirar la foto de una persona pública a la que he criticado ásperamente en la página Imaginación y su aire de bondadosa indefensión, su mirada triste, me provocan la sensación de haberme excedido en lo personal, aunque no en cuanto a lo que su cargo de representación y sus homólogos, sujetos de las relaciones entre entidades políticas y corporativas, merecen, en mi opinión. Quiero aclarar, pues, que no hay animadversión personal alguna en mis ácidos comentarios hacia ese caballero de la figura triste, sino una intención radicalmente crítica hacia el sistema de relaciones implícito en la representación de las entidades corporativas profesionales.

El ensañamiento, además de un agravante de la pena cuando se trata de un delito, consiste en causar el mayor daño y dolor posibles a quien ya no está en condiciones de defenderse. La crueldad, requiere fiereza de ánimo, falta de piedad, inhumanidad, en último término. La crítica, cuando no es un juicio formado sobre una obra literaria o artística, consiste en la censura de las acciones o conductas observadas, o simplemente en un conjunto de opiniones vertidas sobre cualquier asunto.

Es habitual que los criticados se defiendan exigiendo una crítica constructiva. Constructivo es algo que se añade a lo ya existente, por lo que ese argumento, en realidad, lo que dice es que la crítica se permite siempre que no afecte al estatu quo, al sistema. No existe la crítica constructiva, por definición. Quienes la practican solo hacen un ejercicio de disimulo .Yo prefiero apuntar a la línea de flotación, con un límite, hay que ser fuerte con los fuertes, débil con los débiles.

Aquí surgen mis dudas, porque la imagen de la persona pública que cito al principio es la expresión misma de la debilidad y la indefensión, y temo haber excedido el ámbito crítico, acercándome peligrosamente a la crueldad y el ensañamiento.

El ejercicio de la crítica es siempre arriesgado, no solo porque se suelen criticar en la conducta ajena defectos o debilidades que suelen ser también propios, sino porque, en ocasiones, la información que motiva la crítica puede estar sesgada, o ser, directamente, falsa, y salvo que se trate de un asunto que el sujeto crítico conoce bien, no suele estar capacitado para dar opiniones fundamentadas.

Nunca he sentido que me excedía al fustigar con el lenguaje a los poderosos, presidentes de gobierno, banqueros, monarcas, políticos cuyas decisiones están cercanas y son criticables, en fin, a individuos cuya dimensión pública los identifica como la fiel representación del sistema imperante. Nunca se es bastante duro con ellos, entre otras cosas, porque el poder de que están investidos es una coraza que hace que se quiebren como flechas de papel los alfilerazos que reciben. Un ejemplo de esto que digo es la frase que un político de segunda fila, en Heliópolis, le dijo a un manifestante que ejercía su derecho a la crítica. --Por mí, como si te quemas a lo bonzo..., le espetó aquel tipo, a todas luces indigno de representarlo.

Ante actitudes como esa, hay que ejercer la crítica sin desmayo, aun a riesgo de rozar la crueldad o el ensañamiento, pero solo con los fuertes. Al menos ese es mi limite, mi punto de vista.

Así es que voy a seguir, con mi actividad de crítica y denuncia, entre recetas de cocina, crónicas de viajes y otras frivolidades. La vida es multidimensional, tiene aspectos graves y serios, pero también ligeros y divertidos, porque si no, sería una cosa la mar de aburrida.

Pero antes, quiero decirle a ese caballero triste y bondadoso, a quien critiqué ásperamente en la página Imaginación, que no me dirigía a su persona de aspecto frágil, sino al sistema gremial que representa, tan fuerte, que ha resistido el paso de los siglos sin verse alterado sustancialmente por la modernidad.

Lohengrin. 23-9-07

IMAGINACIÓN

Además de una canción mítica de Lennon, imaginación es, entre otras cosas, la capacidad de pensar planes realizables con contenidos innovadores, capaces de impulsar, con su realización, la renovación y el progreso material y social.

La fantasía, en cambio, que tan buenos resultados da en la literatura, cuando se aplica a la idealización de la realidad desde el discurso de algún cargo representativo suele tener motivaciones distintas.

El decano de la corporación profesional de ingenieros industriales de Heliópolis, después de un análisis acrítico, idealizado, es decir, tocado por la fantasía, de la situación de los sectores industriales en Heliópolis, que aparece hoy en forma de entrevista en El Mercantil Valenciano, página 3, menciona numerosas veces la palabra imaginación como un valor autóctono de nuestro capital empresarial, para acabar afirmando que la construcción es y seguirá siendo el motor de nuestro espacio económico. Que falta de imaginación.

Las corporaciones profesionales que he conocido son, entre otras cosas, lugares donde se cobijan los miembros menos profesionales de la profesión. Hay que carecer en absoluto de imaginación para reducir las aspiraciones profesionales al ejercicio de una función burocrático representativa, que solo aspira a establecer relaciones de interés corporativo con quienes gobiernan en cada momento, en defensa de los legítimos intereses de los colegiados, pero que no tiene mayor alcance.

La necesidad de no molestar al poder político del que intentan servirse las corporaciones profesionales para obtener alguna prebenda, hace que las declaraciones de sus voceros sobre este o aquel sector resulten ridículas, cuando no esperpénticas, lastradas por la intención de no contradecir las tonterías que ha dicho este o aquel Conseller sobre cuestiones de las que, generalmente, no entiende nada.

¿Para que necesitamos a estos tipos que sobreviven de un modo casi parasitario, prolongando unas estructuras gremiales que proceden del medioevo?

Sería mas eficaz que esa necesaria interlocución entre profesionales y gobiernos, la ejercieran auténticos profesionales con imaginación demostrada, solos, o constituyendo comités formados y designados para cada ocasión, en función de la especialidad de los asuntos de que se trate, entre la masa de ejercientes activos, en lugar de profesionalizar esa función relacional que se convierte en una carga burocrática para la sociedad, sin aportar mayores méritos profesionales. Claro que, este modo organizativo, puede parecer utópico, sobre todo porque los problemas reales, no imaginarios, de los sectores implicados se pondrían sobre la mesa con mayor crudeza, en lugar de escenificarse en un entorno de baile cortesano y tonos suaves, donde la cortesía impide llamar a las cosas por su nombre.

Cualquier psicólogo recién licenciado sabe que, cuando en un artículo alguien repite demasiadas veces la expresión equilibrio emocional, eso puede ser un síntoma de que no anda sobrado de esa condición. La foto a cuatro columnas de este defensor de la imaginación como motor de progreso indica claramente que los dioses no le han concedido esa facultad.

Es escandaloso que, quienes pueden hacerlo, porque les han colocado en una posición representativa para ello, en lugar de dedicarse a realizar análisis rigurosos y fiables de los aspectos de la realidad económica, industrial o científica de su competencia, y a comunicarlos acompañados de propuestas imaginativas capaces de impulsar la renovación y el progreso, hagan discursos acomodaticios, sin contenido, con la única finalidad de perpetuar un sistema burocrático, acrítico, de relaciones institucionales entre entidades políticas y entes corporativos, de espaldas a la realidad y a las necesidades urgentes de la comunidad que les paga.

Lohengrin. 23-09-07

sábado, 22 de septiembre de 2007

LA DEUDA

En la página Cenicienta, cedí a la impertinencia de sugerir un uso mas moderado del recurso a la deuda por parte de las economías domésticas, como un medio de suavizar la crisis de endeudamiento general que padece el sistema, pero no mencioné la significativa contribución de las instituciones a ese desorden financiero. Es lo que pasa cuando escribes ocurrencias, sin un plan determinado. Como todo tiene solución, menos la muerte, hoy me dispongo a reparar ese error de planteamiento.

El gobierno de Heliópolis contribuye a ese marasmo universal con una cifra que, al parecer, excede de los doce mil millones de euros, sumando la deuda directa, de las propias instituciones públicas, a la de las empresas creadas, participadas o auspiciadas por quienes gestionan esas instituciones, que, entre otras funciones, sirven para centrifugar --que horrible palabra-- parte de la deuda. Es decir, para que no aparezca como tal en los presupuestos de las instituciones. Hagan ustedes la cuenta de lo que nos toca a cada uno.

La deuda de los instituciones públicas tiene varios perfiles. Sirve para la realización de inversiones y para materializar medidas que los presupuestos ordinarios no alcanzan a financiar. Es un instrumento financiero normal, siempre que su dimensión se mantenga dentro de unos límites razonables, pero como todas las herramientas, un martillo, por ejemplo, puede ser usada para labores de carpintería, o para romperle la cabeza al contrario.

La práctica política de este país nos ha dado repetidos ejemplos de gobiernos que, al finalizar sus legislaturas, dejan la caja vacía, lo que genera, al menos, dos tipos de ventaja para quienes están en el poder. Les ayuda a ganar las elecciones gracias a medidas de alcance popular, comúnmente llamadas electoralistas. Si, a pesar de todo, las pierden, restan recursos a sus oponentes, limitando su actuación por las hipotecas que han dejado, incluso obligándoles a subir los impuestos, en ocasiones, con lo que allanan el camino para su vuelta al poder.

En Heliópolis, los sucesivos triunfos de los conservadores, o la inanidad recurrente de su oposición, que son las dos caras de la misma moneda, se deben, en no poca medida, al uso desaforado de la deuda con la intención, no disimulada, de ganar elecciones. Han ganado tantas, que eso explica que la pelota de la deuda alcance ya la docena de miles de millones de euros. También sugiere que, si alguna vez en este siglo la oposición llega al poder, permanecerá allí por poco tiempo, porque el necesario saneamiento de esa deuda la obligará a medidas impopulares con su proporcional coste en votos. Es el lado perverso de un instrumento normal de gestión, cuando se usa de modo torticero.

La deuda está de moda, al haber aflorado síntomas de crisis financiera, pero es tan antigua como el mundo. Ni siquiera sabemos con certeza si Judas cobró las famosas monedas de una vez, o en treinta meses. En los oscuros años de la posguerra, un comerciante de mi barrio se enriqueció porque ponía a sus productos de confección un precio estratosférico, a cambio de que los compradores los pagaran mediante muy modestas cantidades semanales. Las sufridas amas de casa de la época pudieron acceder a la comodidad de los electrodomésticos, porque vendedores domiciliarios les facilitaban ese alivio a sus tareas domésticas, a cambio de visitarlas para cobrar pequeñas cantidades, que llamaban cómodos plazos. En aquella época, la deuda, pese a los abusos usurarios, supuso un alivio importante para la vida doméstica de aquellas heroicas mujeres que tendían la ropa en los patios de luces, cantando canciones de la Piquer para aliviar la ausencia o la muerte del marido.

En su naturaleza, aquella deuda que aliviaba la miseria, no es distinta de la que promueve la prosperidad, hasta cierto punto tramposa y excesiva, que al parecer alcanza a mucha gente. Somos nosotros los que hemos cambiado.

Lo que no ha cambiado es la vieja costumbre decimonónica de comprar votos, aunque entonces se adquirían uno a uno, en los pueblos y en las ciudades, a cambio de promesas de empleo o de modestas prebendas, y ahora se hace a través del marketing político, de los grandes eventos, de actos deslumbrantes y promesas genéricas, que llegan a la mayoría del electorado a través de los medios de comunicación. Solo que eso se hace, aquí, con nuestro dinero futuro, con el que, inexorablemente, habremos de gastar alguna vez para saldar las viejas y desorbitadas deudas. No les votaré. Nos toman el pelo.

Lohengrin. 23-09-07.

viernes, 21 de septiembre de 2007

EL RANKING

Han transcurrido nueve meses desde que empecé a dar la brasa en el blog --lo que dura un embarazo hasta el momento del parto-- y durante ese intervalo siempre ha figurado Madrid a la cabeza de las ciudades desde donde los usuarios lo visitan. Hasta hoy.

Por primera vez, Valencia, a la que acostumbro llamar Heliópolis, aventaja a Madrid en el número de visitas y encabeza la lista, seguida de los madrileños, de los misteriosos usuarios que aparecen bajo el epígrafe Not set, y en la cola los parisinos, colombianos y catalanes.

Los datos estadísticos requieren de una cuidadosa interpretación, antes de inferir cualquier conclusión, porque no es lo mismo suponer que cincuenta y ocho ciudadanos de Heliópolis han visitado el blog, que aventurar que un solo usuario ha cedido a la compulsión de visitarlo cincuenta y ocho veces.

Del mismo modo, suponer que ese cambio en el ranking que hace mas visibles a los valencianos que a los madrileños está en relación con los contenidos, tropieza con el obstáculo que supone no disponer de información cruzada que relacione los orígenes geográficos con los títulos de página visitados por esos aborígenes.

Un dato interesante es el que relaciona los contenidos, con los tiempos dedicados por los usuarios a conocerlos. Es interesante, sobre todo, para mi, porque me da la medida de qué páginas han tenido mas aceptación entre los lectores.

Las secciones de Cocina y Crónicas de viajes y lugares, son las que mas tiempo han ocupado a los usuarios, y las páginas que encabezan el ranking de atención temporal son, en primer lugar, el Casting y la Conferencia, lo que coincide con mi valoración personal de esas entradas, seguidas de Modernos, Utopías y Chapuzas. Ignoro porqué Bicefalia, Roma, Esnob, Incertidumbre, y La prosperidad está a la vuelta de la esquina, no emergen de la cola del ranking con mayor fuerza. Quizás se deba a que son demasiado recientes, o tal vez a que el corte mensual de las estadísticas hace que el peso de las mas antiguas sea mayor en el cómputo global.

Releo el último bloque de las entradas y descubro que seis de cada diez son artículos, dos corresponden a cocina, una a relatos y una a opinión. Es un reparto algo diferente al que surge al considerar las entradas de estas secciones del blog en su conjunto desde su origen. Los artículos se mantienen en el 61%, los relatos son solo el 4%, cocina el 10% y opinión el 25%.

Por mi parte, no hay ninguna intención consciente, deliberada, en dar mayor peso a unos asuntos que a otros, sale así, y así voy a seguir. Ahora bien, me gustaría saber si los usuarios de Heliópolis son uno o cincuenta y ocho.

Me lo podrían aclarar, vía comentarios?

Gracias.

Lohengrin. 21-09-07.

CEGUERA

He bajado al Maravillas a tomar café, mientras transcurre septiembre bajo un colchón de nubes, pero la primera fila frente a la barra estaba toda ocupada. Me he quedado esperando a que quedara libre una banqueta redonda -- quien inventó la banqueta cuadrada debería ser obligado a que su vida transcurriera sentado sobre esos artilugios que te destrozan los muslos, de modo que una de las aristas se le clavara en el escroto-- cuando de pronto ha entrado el ciego de Vitoria, a quien algunos de ustedes conocen de la página El Norte, dando violentos bastonazos que han hecho huir a la parroquia.

Hemos quedado el ciego y yo, frente a la barra, sentados sobre sendas banquetas redondas.

-Que hace usted por aquí, tan lejos de su residencia habitual?

-La temporada turística ha terminado por allí, cinco grados de mínima, fíjese....ya no quedan visitantes a quienes pueda quebrar las rodillas con mi bastón...además.....hay otro motivo...

-Cual?

-Vengo a pedirle explicaciones por el modo tan cruel en que me ha tratado usted en esa página de El Norte. Con el peor estilo de esa literatura nuestra tan apreciada en la que la burla, el escarnio, y la escatología son elementos comunes usados por nuestros ingenios mas apreciados.

-Eran otros tiempos...

-Precisamente. En el siglo de los derechos humanos, la corrección política y el trato digno a quienes sufren alguna fragilidad física o psíquica, no está usted un tanto desfasado?

-Le pido sinceras disculpas, si le he ofendido, pero me chocó verle dando bastonazos tan sonoros y extendidos..

-No tengo lazarillo, y mi bastón es de madera. ¿Como quiere que avise a los viandantes de mi presencia, para no chocar con ellos?

-Repito mis disculpas y, dígame, cual es la causa de su ceguera?

-Fue hace mucho tiempo...

........

-No me importa decírselo. Antes de enceguecer, estaba ciego de celos. Intenté rociar con ácido a mi mujer, pero el vidrio de la botella tenía una fisura, al agitarla se quebró y el ácido me cayó a mi en los ojos..

Se quitó las gafas negras.

-Vea, las horribles cicatrices que me quedaron.

-Lo siento, no he debido preguntarle..

-Fue hace mucho tiempo...ya me he resignado a la ceguera.... a lo que no he podido resignarme es a que mi mujer me dejara...la pasión de los celos, sabe, es algo terrible. Al quedarme solo, supe que todo eran elucubraciones mías...que no había engaño ni traición en la conducta de mi mujer. Ocurrió que ella era una persona alegre, comunicativa con todo el mundo y yo un cenizo, eso fue todo..

-Y se ha resignado.....?

-La resignación me ha permitido seguir vivo, como permite que millones de personas sobrevivan en continentes enteros en situaciones de tiranía e injusticia, que sin esa muleta, reforzada por los sistemas de poder y creencias, habrían estallado en mil pedazos.

-Ya...la resignación, si. Verá, tengo en algún sitio de mis archivos un relato sobre un caso de ceguera voluntaria..

-No me diga...en toda mi experiencia de invidencia, no he conocido ninguno.

--Es pura ficción, claro...

--Como nosotros, ahora mismo?

--Exacto..

--Bueno...cuéntemelo...

--Un tipo al que le pierde la curiosidad, decide deambular por los pasillos de su casa, en la oscuridad nocturna, con los ojos cerrados, para tratar de acercarse a los misterios de la ceguera...

--Y...?

--La primera noche, tropieza con todos los muebles y puertas con una torpeza de neófito.

--Es normal, me pasó a mi....

--Insiste una y otra vez, hasta que, después de memorizar todos los obstáculos, consigue desplazarse con entera normalidad..

-No tiene nada de particular..

--Después, se atreve a salir a la calle, busca espacios no conocidos, hasta que consigue dominar esos trayectos y lugares de un modo, digamos, profesional. Luego desarrolla su tacto y su olfato con una finura excepcionales.

--Es el proceso habitual de aprendizaje.. No veo nada interesante en su relato.

--Bueno, tal vez el desenlace...

--Que pasa...

--Un día se despierta, abre los ojos y comprueba, horrorizado, que no puede ver.

--Y, se puede saber quien era ese tío tan tonto?

--Soy yo.

Lohengrin. 21-09-07.

jueves, 20 de septiembre de 2007

OPINIÓN

En el periódico de Heliópolis que leo en el Maravillas, los opinantes, columnistas y políticos, en general, hacen gala hoy de un ingenio, una ironía, una capacidad crítica y un dominio del idioma, por encima de lo que acostumbran. Si es verdad lo que dice Rafael Torres, que cada cerebro es distinto, y yo creo que sí, y a ese hecho biológico le añadimos que unos portadores de esos cerebros han disfrutado del descanso vacacional y otros no, ahora entiendo lo brillantes y certeras que están hoy algunas plumas, en contraposición a la gris vulgaridad de quienes hemos estado al pie del cañón durante todo el estío y ahora mostramos los efectos del cansancio.

Nuestro President, a pesar de las vacaciones parlamentarias, no parece que haya vuelto muy claro, pues la oposición de izquierdas de aquí, tilda de frívola y estúpida esa propuesta suya para impartir en inglés Educación para la Ciudadanía, lo que viene a ser lo mismo que tacharle a el, a quien la patrocina, de frívolo y estúpido, mientras que la izquierda de allí, por boca de la ministra, dice que eso fomenta el trilingüismo.

Como hoy no estoy ingenioso, sino ecléctico, opino que es una medida frívola y estúpida que fomenta el trilingüismo. Para valorar el alcance y naturaleza de esa propuesta, nada mejor que imaginar a su majestad la reina de Inglaterra y jefa de la Commonwealth defendiendo en el parlamento inglés el uso del castellano en las escuelas para contar la historia del imperio.

El editorial de la página dos aclara que, en el fondo de esta propuesta extravagante, subyace la intención de no impartir la asignatura, si la derecha gana las próximas elecciones. Eso ya es otra cosa, así los lectores/electores, saben a que atenerse. Para eso están los editoriales.

Pedro de Silva centra su corto comentario en asuntos de cine, pero lo hace con un filo analítico muy fino, lo que demuestra que el también ha disfrutado de vacaciones.

Hasta Emili Piera, quien me consta que ha descansado menos que sus colegas, porque lo he leído en plena canícula, hace un alarde de lirismo ferroviario trufado de mariposas mejicanas que es todo un hallazgo.

En la página 3, --hasta ahí leo normalmente, hoy me he extendido un poco mas-- Fernando Delgado, que es el rey de la ironía y el sarcasmo en esa república de las letras fungibles, consigue hoy un brillo de orfebre en la difícil artesanía del encadenamiento lingüístico, poniendo alternativamente a Zapatero, Solbes, Rajoy, Zaplana y otros personajes de la vida pública, en las cuentas de esa joya estilística que es su artículo de hoy, que parece un collar fabricado siguiendo las leyes de las permutaciones y la continuidad.

Civera pone en su punto de mira a Serafín Castellano, contra quien no tengo nada, pero no puedo evitar que su imagen me produzca una cierta repulsión. Debe ser algo químico, eso que dice Torres de la biología de cada uno. Lo que le molesta a Civera está relacionado, al parecer, con la creación de una Oficina Electoral por la Generalitat. Como no he tenido vacaciones y no estoy en forma, no pienso dedicar el menor esfuerzo a saber lo que es eso. El que esté interesado, que lo averigüe por si mismo.

La página cuatro --hasta ahí he llegado, no más-- acoge el artículo de Rafael Torres al que me he referido en el preámbulo. La sesera, se llama. Entre otras cosas divertidas envueltas en la rigurosa terminología que emplea, dice que “Al ir oculto el cerebro en el cráneo y bajo peinados y gorras, al que no lo tiene o no lo usa apenas se le nota a primera vista” ¿A quién se referirá?

Al pobre Torres, el jefe de redacción, el director, o quien sea, lo ha comprimido entre dos artículos que lo constriñen, y que, leídos, dejan un poso de aroma reaccionario de rancia solera. Los firman un jefe sindicalista independiente, y un ciudadano independiente de un Foro Cívico. La independencia es un valor que hay que preservar y defender, pero cuando percibes el olor a lobo bajo la piel de cordero de quienes se cobijan en lugares que no les son propios, hay que denunciar esa impostura.

Todos tenemos derecho a defender nuestra propia posición, también la extrema derecha, pero es saludable que se haga de forma que todos puedan identificar su verdadera naturaleza. Desde sus propios foros, no infiltrándose en otros, para devorar a inocentes corderos. Palacios y Gómez Perretta, son los firmantes. Si mi olfato me ha engañado, por el cansancio estival, pido sinceras disculpas. En caso contrario, insisto, cuidado con los sindicalistas y ciudadanos independientes tan hondamente reaccionarios.

Lohengrin. 20-09-07

miércoles, 19 de septiembre de 2007

RABO DE TORO

Todos los años, cuando muere septiembre, me reúno con mis amigos libertarios --esta vez somos ocho-- bajo el sombrajo de la casa de Chimo, en Godelleta, para examinar los resultados de El Proyecto Uruguay. Parece el título de una novela de Le Carré, pero es algo mucho mas sencillo, según se desprende del informe de ocho páginas que me dieron a leer, del que solo hojeé las tres primeras. El informe relata las actividades de un grupo de afinidad de Uruguay, y el uso de los fondos recibidos de diversos grupos libertarios españoles, unos nueve mil Euros, cuya justificación aparece detallada en los papeles. La contribución mas significativa de la gente de aquí es la financiación de un periódico local y una modesta aportación a un proyecto de comercio libertario que no ha funcionado.

Mi grupo de amigos incluye a un empresario y un cura. El empresario, muy pragmático, insiste en vincular las aportaciones a los resultados, o al menos a una dirección mas activa desde aquí de los proyectos del grupo uruguayo. El cura, que además de pragmático --creó un chiringuito en Heliópolis hace tiempo que actualmente da trabajo a dieciocho personas y funciona sin su supervisión-- es realista, es de la opinión de que la modesta aportación que se hace no justifica inmiscuirse demasiado en los asuntos de allí y que debe considerarse a fondo perdido.

Mientras mis amigos debatían la posición a adoptar, yo puse en el fuego la olla para calentar el tercer plato de la cena, porque mi presencia allí se debía mas a mi participación como cocinero que como patrocinador activo de ese proyecto.

Un día antes había comprado en un puesto del mercado de Ruzafa cuatro rabos de vacuno que pesaron tres kilos y medio. Los puse en adobo, con agua y sal, ajos, cebolla y unas hierbas aromáticas. La mañana del día de la cena, los saqué del adobo, los puse a escurrir, y mientras se secaban, en una sartén grande sofreí en aceite de oliva virgen dos cebollas y ocho carlotas medianas, tirando a pequeñas, troceadas, con unos dientes de ajo y dos atados de tomillo en rama, fresco, que me había procurado con antelación en el mercado central.

Puse a escurrir las carlotas y las cebollas, enhariné los trozos de rabo y los doré en la misma sartén, en lotes sucesivos, porqué todos no cabían. En dos ollas, repartí el fondo del sofrito, los rabos, el tomillo. Añadí botella y media de Pedro Ximénez y puse las ollas al fuego para reducir el vino. A media reducción, lo probé y añadí agua con sal para cubrir el rabo y rectificar el exceso de azúcar del Jerez. Después tuve las ollas cociendo tres horas a fuego lento.

Cuando comprobé que el rabo había quedado meloso, separé la carne, piqué la cebolla y la carlota junto con el caldo y lo dejé reposar en la nevera. Por la tarde, cuando la grasa había aflorado a la superficie, lo desgrasé y puse la carne y el caldo desgrasado en una sola olla para transportarlo con comodidad.

Y aquí vuelvo al preámbulo. Nos servimos, para empezar, una ensalada de cebolla y tomate, unos cangrejos pescados por mis amigos en El Palmar y sangre frita encebollada, especialidad del empresario, quien siempre viene acompañado de un estuche de madera con botellas de vino del Duero, porque es su modo de compensar las privaciones que pasó hace años como inmigrante en París. De esa época cuenta haber presenciado como, la gente mas necesitada de la inmigración, compraba comida para mascotas domésticas, aunque carecía de mascota.

Decía que, mientras mis amigos estaban en pleno debate, yo calenté el contenido de la olla.

He de reconocer, sin falsa modestia, que mi aportación a la cena de confraternidad libertaria fue en éxito. Corté cuatro rabos. Chimo se guardó la salsa sobrante en un envase de cocina. Nos gusta reciclar.

Lohengrin. 19-09-07

martes, 18 de septiembre de 2007

JUEGOS DE RIESGO

Las noticias financieras que, al parecer, llenan las primeras páginas de los diarios ingleses y norteamericanos, y que aquí han sido relegadas a la página 65, supongo que por razones de prudencia, aconsejan un examen de autoanálisis, para que cada uno evalúe su propia situación y calcule sus riesgos. Para facilitar esa tarea, he ideado el cuestionario que sigue, algo similar a los que suelen proponer los sexólogos en las revistas dirigidas a la clase media, para que cada uno compruebe el estado de su líbido.

Ahí va.....

ES USTED INGLÉS? .......................................... SI.......... NO

TIENE ACCIONES DEL NORTHERN ROCK?.....SI............NO

Si su respuesta a las dos primeras preguntas es positiva, ya está, no siga con el cuestionario, tiene la líbido por los suelos.

Si su respuesta ha sido negativa, puede continuar.

HA ADQUIRIDO RECIENTEMENTE UN CHALET DE 400 METROS, CON PSICINA Y PARCELA DE 1600 METROS? ........................................ SI............NO

DISPONE DE TRES PISOS EN LA AVENIDA DE FRANCIA, EN HELIÓPOLIS, ADQUIRIDOS CON LA ÚNICA INTENCIÓN DE REVENDERLOS? ...... SI..........NO

TIENE CUATRO COCHES, UNO SEUDODEPORTIVO DE GRAN CILINDRADA, UN CUATRO POR CUATRO Y DOS PEQUEÑOS, QUE PIENSA CAMBIAR CADA DOS AÑOS?..........................................................................SI............NO

ES SOCIO DE UN CLUB DE GOLF?.....................................SI............NO

ES SOCIO DE UN CLUB DE TENIS?....................................SI............NO

ES SOCIO DE HONOR DE UN CLUB DE FÚTBOL?...........SI............NO

ES SOCIO CONTRIBUYENTE DE ALGUNA O.N.G?.........SI............NO

ES SOCIO DE ALGÚN OTRO CLUB O DE LO QUE SEA?........SI .......... NO

ES USTED CASADO?.................................................................SI............NO

EN CASO AFIRMATIVO, SU MUJER TIENE DICHO QUE QUIERE QUE SUS CENIZAS SEAN ESPARCIDAS EN EL PASILLO CENTRAL DE EL CORTE INGLÉS?......................................................................SI.............NO

TIENE HIJOS EN EDAD ESCOLAR........................................SI..............NO

EN CASO AFIRMATIVO, TRES O MAS?..............................SI..............NO

EN CASO AFIRMATIVO, HAN REQUERIDO SUS HIJOS ALGUNA VEZ ASISTENCIA PSICOLÓGICA, PARA TRATAR EL ESTRÉS PRODUCIDO POR LAS ACTIVIDADES EXTRAESCOLARES RETRIBUIDAS, A LAS QUE ACUDEN FUERA DEL HORARIO LECTIVO EN ALGÚN CENTRO PRIVADO?......................................SI............NO

ES USTED ABOGADO MERCANTILISTA, ESPECIALISTA EN CONTRATOS, CON UN PRESTIGO EMERGENTE, O EJECUTIVO ASCENDENTE EN UNA MULTINACIONAL, ESPECIALISTA EN IMPUESTOS, O ALGO ASÍ?...............................................................................SI..........NO

TIENE CLIENTES O JEFES EN PARIS Y NUEVA YORK, LO QUE LE OBLIGA A FRECUENTES DESPLAZAMIENTOS AÉREOS A ESAS CIUDADES.?.SI..........NO

EN CASO AFIRMATIVO, TIENE DOS NOVIAS, UNA EN CADA UNA DE LAS CIUDADES CITADAS?....................................................................SI..........NO

Si ha contestado afirmativamente a todas las preguntas, excepto las dos primeras, enhorabuena, disfruta usted de un nivel de vida envidiable, o lo que es lo mismo, tiene una líbido 10.

Si ha contestado negativamente a todas ellas, señor, señora, usted es un proletario, no se las dé de clase media, no.

Si ha contestado a unas que sí, y a otras que no, pues yo que sé.

Vamos ahora con la cuestión económico financiera.

SI NO ESTÁ USTED EN LA CÁRCEL, ES DECIR, SU TREN DE VIDA SE FINANCIA CON INGRESOS PERSONALES Y DEUDA, NO PROCEDE DE CHANCHULLOS QUE HAYAN SIDO DESCUBIERTOS Y JUZGADOS, CONTESTE NEGATIVAMENTE..................................................................NO

EN CASO CONTRARIO, NI SE MOLESTE EN CONTESTAR, DEDIQUE TODO SU TIEMPO A PREPARAR SU DEFENSA CON SUS ABOGADOS.

¿CUAL ES LA RELACIÓN ENTRE SUS INGRESOS Y SU DEUDA, UN EURO DE INGRESOS POR DIEZ DE DEUDA?, CONTESTE SI O NO, .............................SI...........NO

¿SU DEUDA ESTÁ ENTRE 20 Y 30 VECES SUS INGRESOS?.........SI...........NO

(Tache, de las dos preguntas, la que no se aproxime a su caso)

Si ha contestado sinceramente, ahora ya está en condiciones de establecer su escenario de riesgo. Usted mismo. Yo solo voy a apuntar algunas sugerencias.

Es bastante probable que el valor de sus propiedades baje, no así el de su deuda. El abogado especialista en contratos es probable que firme menos contratos. La crisis financiera no nos afecta, por ahora, pero es bastante probable que los ejecutivos de multinacionales se vean pronto inmersos en reestructuraciones ordenadas por sus cuarteles generales.

Una sugerencia genérica. El nivel de vida, social y económico, del tipo básico de consumidor de esta encuesta poco representativa, será imposible de sostener durante un tiempo que no es posible predecir. A mi, la verdad, me importa un rábano. Me gustaría que alguien me dijera que es lo que puede suceder con el resto, con la mayoría, pero eso es otra encuesta.

Lohengrin. 18-09-07

lunes, 17 de septiembre de 2007

HALCONES Y PALOMAS

Los expertos en política internacional que escriben en los periódicos, suelen usar una frase tópica, Halcones y Palomas, para referirse a los parlamentarios de los países con conflictos abiertos, como USA, Israel, Rusia y otros, que están, unos a favor de la fuerza, la violencia, la guerra, en último término, y otros a favor de la paz, que ya dije en otro sitio que es la continuación de la guerra por otros medios. Es un modo fácil de que entendamos las diversas posiciones que toman al enfrentarse con la resolución de un conflicto

Esa frase da por sentado que los halcones son belicosos y las palomas pacíficas, pero los pocos halcones que quedan, los pobres, van por ahí cazando para otros, en los latifundios del interior, o en las cercanías de los aeropuertos, cautivos de los halconeros que los mantienen ciegos bajo sus caperuzas y solo los sueltan para que cumplan con su horario de trabajo.

En cuanto a las palomas, tan presentes en la obra de Picasso y en las esculturas y monumentos públicos de casi todas las ciudades del mundo, como símbolo inequívoco de la paz, ya aclaró Konrad Lorentz, etólogo austriaco, una de las mayores autoridades mundiales en el estudio del comportamiento animal, que es una de las especies mas agresivas que existen y se reproduce a tal velocidad, que en momentos y lugares puntuales pueden constituir una verdadera plaga.

Un amable comunicante anónimo del blog, me envía pruebas gráficas de esa plaga que afecta a su casa, a pesar de que ha hecho todo lo posible para librarse de ella. Ha escrito y enviado fotos a la prensa local, tiene una página en Internet donde ha expresado su queja, incluso ha hablado con la alcaldesa de Heliópolis, quien le ha contestado, sin duda en defensa del simbolismo que esos bichos representan, ¿Que quiere, que las matemos?

Desde aquí ofrezco una solución a ese problema. Sugiero que en los lugares donde ese agresivo animal aumenta su número hasta convertirse en molestia, se infiltre un palomo guía que traiga hasta aquí, hasta el patio del viejo cuartel abandonado, habitado por altas acacias, que veo desde la ventana de mi gabinete, a todas y cada una de esas colonias de animales que se considere por los vecinos molesta, insalubre o peligrosa.

Aquí podrían tener acomodo junto a los estorninos que cada noche, con una disciplina de grupo que no he visto en ninguna otra especie, regresan a sus hogares a tiempo de ver el telediario de la noche, y excepto por los graznidos que emiten mientras hacen sus maniobras de acercamiento y acomodación, permanecen luego en sus casas, sin molestar a nadie, pendientes del resultado de la final del campeonato europeo de Basket.

En principio, esa podría ser una solución a un problema que molesta a una parte de la ciudadanía. Esta por ver si esa solución crearía nuevos conflictos territoriales. Dado que los estorninos son seres verdaderamente pacíficos, algo que se atribuye erróneamente a las palomas, y que estas últimas tienden a la agresividad y a la violencia grupal, algo que se atribuye erróneamente a los halcones, tal vez por dar acomodo a esas aves que molestan en otro sitio, estemos creando las condiciones para que se produzca una guerra entre palomas y estorninos de consecuencias imprevisibles.

Estamos hablando de pájaros, pero sin querer hemos vuelto al principio, a los dilemas de política internacional, paz o guerra, etnias y territorios, conflictos, en una palabra, que surgen como consecuencia de las, no pocas veces, difíciles relaciones humanas y que llenan las páginas de los periódicos cada día.

En fin. Halcones y Palomas.

Lohengrin. 17-09-07.

domingo, 16 de septiembre de 2007

LA PRENSA ESCRITA

A las cuatro de la madrugada, la voz de Polanco bis me despertó para proponerme un contrato de colaboración con destino a su edición de los domingos. No lo recuerdo muy bien, porque a esas horas nunca estoy muy claro, pero creo que le respondí, -Ya estoy contratado. Tengo un contrato conmigo y con los trece usuarios que visitan mi blog prestado por Mozilla Firefox, con habitualidad. Además, para que quiere usted contratar algo que está a su libre disposición en la Red?.

--Mira, hijo, la prensa escrita tal como la conocemos tiene poco futuro a medio plazo. Pierde credibilidad día a día, pero para retrasar el fatal desenlace necesitamos establecer sinergias con los nuevos medios emergentes. Por eso hemos creado El País digital, y por eso nos interesa contar con firmas que se muevan, aunque sea poco, como es tu caso, en el ciberespacio.

--Verá....yo estoy muy a gusto con la plena libertad que otorga no depender de ningún medio de comunicación..

--Nunca se sabe, espera a que suban tus visitas...que entre por medio la publicidad y a ver que pasa con la plenitud de tu libertad......te veo mirando todos los días los resultados económicos de tu sitio...y pensando en como escribes para no molestar a los anunciantes...

--Y porqué cree usted que pierden credibilidad?

--Hijo, esto es un negocio. Hemos de mantener un cierto equilibrio entre anunciantes, gobiernos y lectores. Sabías que lo que pagan los lectores al comprar el periódico solo alcanza a cubrir una parte mínima de su coste?

--Y, ¿de donde sale el resto?

--De la publicidad, sobre todo, y de las subvenciones gubernamentales, la publicidad institucional, el papel, y eso.

--Pero ustedes disponen de fuentes informativas para cubrir sus noticias que superan en cantidad y calidad las limitadas posibilidades artesanales del blog..

--Hay blogs, sobre todo en USA, que hace tiempo que dejaron de ser artesanales, se han profesionalizado y tienen mas capacidad financiera que nosotros..

--Pero eso está muy lejos...no es competencia directa..

--En la Red, todo esta cerca, tu deberías saberlo..aunque seas una presencia anónima en ese espacio..

--Lo mío no es ni siquiera una gota de agua, es una molécula que no tiene visibilidad entre los millones de hitos que flotan por ahí..

--Precisamente, yo te ofrezco la oportunidad de abandonar esa invisibilidad, te ofrezco el prestigio de una marca..

--Porqué?

--Verás, nuestros compromisos necesarios con anunciantes y gobiernos, limitan de algún modo nuestra independencia, aunque procuramos que no sea así. Los lectores, una parte de los lectores, para ser mas preciso, van perdiendo su confianza en la prensa escrita, se van volviendo escépticos, no comparten los mensajes equilibrados que lanzamos, o los consideran poco equilibrados, según los casos. Aunque es cierto que los lectores son solo una parte mínima de nuestra financiación, los necesitamos por que de su número y fidelidad dependen las tarifas de publicidad que aplicamos...bueno...es todo muy complicado, no te quiero marear...lo cierto es que nuestro consejo piensa que incorporar firmas de la Red a nuestro producto escrito, aumentará la credibilidad del periódico y el número y la fidelidad de nuestros lectores..

--Porqué?

--Que pesado eres, pareces un niño pequeño....pues porque, cada vez mas, la gente tiene la sensación, falsa, por supuesto, de que la prensa escrita solo dice mentiras..y de que lo que circula por Internet es verdadero...anda...que tiene cojones la cosa...con la cantidad de basura que circula por la Red., no me refiero a ti, eh?

--Verá, yo creo que la verdad sobre algo en particular, no con mayúsculas, en la que no creo, se construye entre muchos...en ese sentido, ustedes tienen mas medios para acercarse a ella, pero nosotros estamos menos condicionados. En el fondo, su trabajo y el nuestro me parecen complementarios, y creo que así deberían seguir, cada uno sirviendo a sus lectores, pocos o muchos, y a su ego, desde su personal punto de vista.

--Debo entender que no te interesa mi propuesta, aún antes de haber escuchado sus términos en detalle?

--Me pilla demasiado mayor. Seguiré como hasta ahora. Aunque le agradezco que se haya puesto en contacto conmigo. Por cierto, la próxima vez busque una hora menos intempestiva. Vale?

Lohengrin. 16-09-07

sábado, 15 de septiembre de 2007

LA PROSPERIDAD ESTÁ A LA VUELTA DE LA ESQUINA


Un sociólogo, un banquero y un registrador de la propiedad dicen cosas hoy en El País relacionadas con la crisis del sistema financiero importada de USA. El titular de la entrevista a Botín lleva la entradilla Inquietud en los mercados. Las letras gordas aseguran que Botín vaticina que los problemas de liquidez del sistema financiero se resolverán pronto.

Cuando lees la letra pequeña, te das cuenta de que lo que dice Botín, en realidad, es que él está a salvo, porque su banco ha provisionado, o está en condiciones de hacerlo, los riesgos que se puedan derivar del peor escenario posible, aunque a continuación añade que considera ese escenario muy poco probable.

El registrador de la propiedad, de quien no voy a dar el nombre, porque la conclusión de su artículo me parece de una estulticia y una insensibilidad social acojonantes, hace un análisis muy técnico y profesional del asunto, aclarando que el sistema hipotecario español es distinto del estadounidense y que el nuestro, con sus garantías jurídicas, permite que los bancos, en caso de morosidad, intercambien fácilmente activos financieros-créditos por activos inmobiliarios-viviendas, de modo que los préstamos nunca quedarían fallidos.

Este capullo, --creía que el único capullo de su profesión era su colega gallego, ahora veo que no-- debería sobrevolar el país en avioneta, para hacerse una idea del patrimonio de viviendas nuevas sujeto a hipotecas que integra el parque inmobiliario, antes de decir lo que dice, que los bancos están a salvo porque tendrán inmuebles en lugar de dinero, pero da la casualidad de que el negocio bancario es comprar y vender dinero, no inmuebles, con lo que esos activos extraordinarios serían un peso en su balance de difícil encaje, por no hablar del perjuicio para el negocio bancario de la quiebra de sus deudores, de quienes el registrador, al parecer, no se acuerda.

Debo aclarar que en la profesión de registrador hay de todo. Un empresario con el que trabajé me comentó alguna vez, sabedor de mis simpatías, que tenía un amigo que era registrador de la propiedad y anarquista, y que eso le parecía el colmo de la contradicción, pero así era. Cosas de la vida.

Me parece enormemente coherente la posición de Botín. Como todos, no sabe lo que va a pasar, pero se prepara para lo peor, por si acaso. Es una actitud muy cántabra, muy marinera. Si eres el capitán del barco, tu primera obligación es mantenerlo a flote, en cualquier situación.

El presidente de los Estados Unidos cuando se produjo el crack de 1.929, Herbert Hoover, iba repitiendo a los cuatro vientos una frase que ha pasado a los anales como la más estúpida de la historia, "La prosperidad está a la vuelta de la esquina". Mientras, los mas directamente afectados por la crisis, se lanzaban a racimos por las ventanas de la Quinta Avenida. Tuvo que llegar Roosvelt para que el país recuperara el rumbo después de aquella catástrofe.

Naturalmente nada hay parecido entre aquella gran depresión y esta crisis puntual, salvo una cosa. Leo en Google que a la crisis del 29 le precedió en USA un período de paz y bienestar en el que los mas ricos se enriquecían mucho mas deprisa que los pobres, es decir que algunos se estaban enriqueciendo a costa de socavar, silenciosamente, las bases del sistema financiero, hasta que este reventó. Si esto es así, las semejanzas entre ambos acontecimientos no hay que buscarlas en sus consecuencias, pero si en sus causas, porque ese es precisamente el escenario que muestran nuestras estadísticas de la distribución de la renta nacional en los últimos tiempos.

Todo esto son pinceladas, mas o menos gruesas, sobre un tema de moda. Pero lo mas sagaz, es lo que dice Vicente Verdú en su columna sobre la incertidumbre. Según Verdú, el centro informativo del verano coincide con el reino de la incertidumbre. Vislumbra un nuevo patrón informativo, el inaugurado modelo de la incertidumbre. Nada mas fecundo para la información que la expectación, -dice.

Según esta percepción, los sucesos ciertos pierden peso en la información, en favor de la duda, del qué pasará. “La incertidumbre mediática significa mucho mas. Califica la época (...) en espera continua de (algo) que no terminará de llegar nunca.”

Preparémonos pues, para la explotación periodística de la incertidumbre, algo que puede durar hasta que aparezca otro tema que pueda mantener la tranquilidad que da salir de casa hacia el periódico, sabiendo de antemano lo que vas a escribir.

Lohengrin. 15-09-07


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