miércoles, 5 de septiembre de 2007

DEPARDIEU

Ayer vi una película que oscila entre el género musical, el cine para jubilados y la historia de una decadencia. La población mayor aumenta a un ritmo sostenido y eso hace que algunos productores estén considerando que la edad de los espectadores que frecuentan las salas convierte en negocio las historias orientadas a los gustos de las generaciones declinantes.

Alain Moreau es un cantante que se mueve como pez en el agua en el estanque de los danzings de una ciudad provinciana del centro de Francia, a quien persiguen para que firme una foto suya, pero quienes le persiguen son casi siempre mujeres de una generación ya amortizada.

Depardieu tiene el gran mérito de interpretar él mismo el repertorio de canciones camp que sostiene la película, y el no menor de interpretarse a si mismo en el roll de seductor completamente pasado. Hay que tener un valor a toda prueba para someterse a la sinceridad de la cámara en la secuencia del baile, con esos zapatones deformados, su soberana tripa y su humanidad destartalada, dando la réplica a ese clon de Jean Seberg que es Cécile de France, pero que exhibe una capacidad actoral y una expresividad en la mirada que supera con ventaja a la Seberg. Quizás la secuencia mas intensa de la película es el juego de miradas entre Depardieu, que muestra la intensidad al mirar del seductor miope, y Cécile, que aguanta ese duelo visual con la misma fuerza, sin la muleta de ese defecto visual.

Como los peces al sacarlos del agua, Moreau/Depardieu se ahoga en su propia impotencia cuando le proponen actuar ante cinco mil personas. Huye aterrorizado del envite, y concluye que lo suyo es cantar en los bailes.

No está claro si esta historia de la decadencia de un vocalista, incluye la de la propia decadencia de Depardieu. El guión incluye algún guiño en ese sentido, cuando Depardieu/Moreau dice que está dejando de beber y abandonando otros excesos, porque la gente repite que morirá pronto, y el está empeñado en durar.

La fantasía de renovación a través del enamoramiento, esa fuente energética que aporta el lado vitalista del personaje, convive con el reconocimiento explícito del patetismo de su actitud de seductor pasado, al repetir varias veces que se siente humillado, cuando se enfrenta a la evidencia de la juventud de Cécile.

En cualquier caso, es un magnífico duelo interpretativo, con un buen fondo musical, que se deja ver y escuchar con una gran suavidad, y en el que ambos, Depardieu y Cécile, demuestran cuanto se puede expresar con el silencio de la mirada.

Chanson D´Amour. No se la pierdan.

A la salida del cine, mi amigo José Luís, que es un romántico compulsivo, se había enamorado de Cécile. Desde el debut de Julie Christie en Dr. Zhivago, se ha enamorado de todas las actrices rubias que han aparecido en las pantallas. Un síntoma, leve, de mitomanía algo fetichista. Largó un discurso, de no menos de quince minutos, sobre todos los aspectos de la película y se extendió sobre las peculiaridades de las relaciones amorosas entre personas de generaciones distantes. Su mujer intentó interrumpirle, pero el le dijo, en tono firme, -Déjame terminar.

Cuando José Luis terminó, le dije,--Quiero ser tu representante. Quien sabe lo que podemos sacar si das un ciclo de conferencias por ahí. Creo que no le sentó bien.

Cuanto mas escribo, menos hablo. Es una argucia para liberar a mis próximos de la molestia de mi verborrea, a cambio de castigar a los lectores.

Analytic, un software que me informa de los hábitos de ustedes, me dice que he recibido 228 visitas, se han visto 419 páginas, el tiempo promedio de permanencia en el blog es de 16 minutos, se han registrado un 43% de abandonos y un 8% de visitas nuevas. En cuanto a su ubicación geográfica, sepan que me leen, sobre todo, desde Madrid, de lugares indeterminados, de Heliópolis, poco; casi nada de La Coruña, Barcelona y Buenos Aires. De Paris, ciudad que mantenía un buen nivel de comunicación con el blog, han dejado de leerme. Creo que se debe al comentario ácido que deslicé en la página El Norte, acerca de los franceses en general, y de Sarcozy en particular.

A la vista de estas estadísticas, percibo un ligero aroma masoquista entre los usuarios del blog. Seguiré dando caña.

Lohengrin. 5-09-07.

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