viernes, 13 de noviembre de 2009

CAMPS

El lamentable espectáculo ofrecido en el parlamento de Heliópolis, en la última sesión de control al ejecutivo antes de las vacaciones parlamentarias, con el molt honorable president llamando asesino al portavoz de la oposición, --al parecer, después de leer la columna de Pedro J. en El Mundo, se apresuró a pedir disculpas con la boca pequeña-- y al representante de la muy impotente oposición calificando al jefe del gobierno de orate, parece un claro síntoma de italianización de la política autonómica.

La imagen de si mismo como un cadáver físico a manos de la oposición que dio Camps en su desahogo parlamentario, puede estar en relación con la repetición de la metáfora de su condición de cadáver virtual o político que los medios de comunicación y los internautas hemos repetido una y otra vez en los últimos tiempos, pero a mi me recuerda una sesión del senado italiano en la que el senador Barbato llamó al senador Cusumano, que había votado en contra de su partido, “pedazo de mierda...puta...vendido..y cornudo”, (página Senadores).

Como se ve, en la degradación de la política se pueden alcanzar distintos niveles escatológicos. Tal vez aquí estamos empezando a comportarnos como en Italia, hay algunos indicios que apuntan en esa dirección.

Para mi, mas importante que la degradación del lenguaje empleado en el juego parlamentario, es el análisis de los factores que intervienen en esa degradación. Uno de los elementos políticos que constituyen la esencia de la democracia tal como se practica en Occidente es la alternancia en el poder de los diferentes partidos que recogen con su voto las aspiraciones de las mayorías ciudadanas. Cuando, por las razones que fueren, no se produce ese juego de alternancia, las relaciones de los partidos se degradan hasta la crispación.

Lo vimos con la repetición sucesiva de las mayorías obtenidas por el gobierno de González, y es visible ahora con las mayorías sucesivas del partido popular en Heliópolis.

El problema que subyace en las mayorías ejercidas largo tiempo, es que las relaciones de poder convierten a los gobiernos elegidos para ser sustituidos cuando lo hacen mal, en máquinas que no se conforman con un ejercicio temporal del poder, sino que pretenden instaurar un régimen político duradero.

Las mayorías absolutas ejercidas durante mas de dos legislaturas, lo mismo en Heliópolis, que en Andalucía, en Mallorca o Cataluña, suelen ser proclives a que se establezcan raros contubernios de intereses opacos, debido a la falta de alternancia en el poder que, al menos temporalmente, suele ventilar esas pestilencias.

Hay semejanzas entre lo que ocurre en Italia y la deriva política en Heliópolis. El mismo carpetazo que Berlusconi intenta obtener para los delitos de cuello blanco, se ha visto aquí con el carpetazo del caso Correa. La misma desorientación de los partidos de izquierda, causa de que Berlusconi --básicamente un oportunista-- haya montado una fuerza mayoritaria al servicio de sus intereses, ha permitido aquí que la derecha confesional, al servicio de un conglomerado de intereses muy determinados, se instale en el poder con vocación de perdurar.

Es la misma desesperación y la impotencia de las fuerzas relegadas por el rodillo parlamentario, sin perspectivas de acceder al poder, combinada con la prepotencia de quienes cultivan un sentido patrimonial de la representación ciudadana, lo que termina por degradar la vida política hasta los extremos que estamos viendo.

La izquierda europea sufrió un retroceso evidente cuando el modelo de socialismo real se derrumbó, pero ahora que el capitalismo se ha derrumbado igualmente, no hay razón para que los partidos de izquierdas, ajenos al autoritarismo, no reivindiquen enérgicamente la posibilidad de un socialismo democrático, igualmente 'real', porque la noción de igualdad, aplicada a los desiguales para reducir esa desigualdad, es mas necesaria que nunca.

Nos hace falta, a todos, a los ciudadanos, a los partidos, un nuevo impulso enérgico de izquierdas que destape y corrija los abusos de las mayorías en el poder, que lo ejercen de manera arbitraria. En particular aquí, en Heliópolis, donde alguien del departamento de cultura, ese de la Educación para la ciudadanía en inglés, ha desalojado a los docentes y estudiantes de diseño gráfico de una planta del edificio donde estaba su aulario, con un pre aviso telefónico de unos días. O sea, a la italiana.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM) 13-11-09.

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