sábado, 7 de noviembre de 2009

FIDEOS CON RAPE Y GAMBAS PELADAS

He bajado al Maravillas y el panorama era desolador. --¿No curras?, he preguntado al pintor con el rostro como un cristo.-- Estaba pintando una casa, aquí al lado, pero me caí de la escalera y llevo unos días sin poder hacer nada. A otros clientes, no les he preguntado, pero a estas horas no suelen estar aquí, así que supongo que están sin trabajo. ¿Como va la recaudación?, le he preguntado a Toni. --No va tan mal como cabría esperar, pero la morosidad aumenta, las cuentas se alargan, se eternizan, y tengo un montón de servicios que no cobraré. --Como los bancos? --Algo así.

En eso que ha entrado un parado que aprovecha su tiempo libre para ir a pescar, con una cesta que contiene sus capturas de esta madrugada. El siempre pesca al amanecer, antes de que llegue la competencia. Los que estábamos en la barra nos hemos quedado, previo pago, con el producto de la pesca.

He pillado tres rapes pequeños que, junto con media bolsa de gambas peladas medianas que guardo en la nevera, y algunos ingredientes complementarios, me servirán para preparar la comida de hoy.
Me toca guisar a mi. Cazuela de fideos.

He prolongado la estancia en el Maravillas, tras el café, con la lectura del periódico. No lleva nada que no supiéramos ya el día anterior. El doloroso tema de los secuestrados en Somalía. Nosotros secuestramos los atunes rojos de sus costas y ellos secuestran a nuestros pescadores. Algo va muy mal en el tema de la pesca. Hacen falta caladeros mas seguros pero, mientras tanto, es angustioso oír a las familias de los pescadores y conocer la dramática situación en la que se encuentran ellos.

Y aún dicen que el pescado es caro. Creo que hay un cuadro de Sorolla, cuya pintura estuvo tan vinculada a la pesca, con un título semejante.

Procuro evadirme de los dramas circundantes, porque hay que seguir con la vida cotidiana. Si te paras a pensar en la cantidad de dolor que aflige a tanta gente esa tristeza te incapacita.

Ya de vuelta en casa, en la nevera he encontrado, además de las gambas peladas, un vaso pequeño con tomate frito, perejil fresco, ajos secos y una jarra con caldo de pescado sobrado, y en la despensa, pimentón, fideos del número 1, --no me gusta usar los de fideuá, porque cogen mucho aceite-- sal y aceite de oliva.

En la cazuela metálica de borde bajo, he calentado el aceite, he dorado los ajos y las gambas, luego los rapes, limpios, ligeramente salados y enharinados. Cuando han tomado color, los he retirado, he sacado las espinas y los he dividido en trozos, los he devuelto a la cazuela, he añadido el perejil y el pimentón, una cucharada de tomate frito, y por último, he sofrito los fideos. Hay quien no los sofríe, a mi me gusta hacerlo.

He apagado el fuego y, antes de añadir el caldo, me he dedicado a escribir la entrada de hoy y a dar un vistazo al correo electrónico. Ya cercana la hora de comer, he calentado el caldo en el micro,
he encendido el fuego y he cubierto el pescado y los fideos de la cazuela con el caldo caliente.

Diez minutos de cocción han bastado para que los fideos quedaran secos y en su punto. He apagado el fuego y los he dejado reposar. Mientras reposaban, he abierto una botella de blanco de Valdepeñas, Cepa Inea. Si compras dos botellas, salen a 0,90 la unidad y está, pero que muy bien.
Después de picotear un poco de queso y tomar una copa de vino, le hemos metido mano a la cazuela de fideos con rape, ese producto del mar. No hemos podido evitar pensar en los que se juegan la vida para que podamos comer pescado.

Y aun dicen que el pescado es caro.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM) 7-11-09.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios