Después de comer medio costillar de cerdo adobado asado, acompañado de un panaché de verduras y media botella de tempranillo Hoya de Cadenas, cosecha de 2008, me disponía a hacer la siesta, pero, para mi sorpresa, no me ha entrado nada de sueño, a pesar de lo copioso de la bebida y la comida, así que, aquí me tienen, dispuesto a reflexionar sobre el mundo, no esa esfera imperfecta donde habitamos, de la que casi todos lo desconocemos todo, sino el periódico del mismo nombre, que hoy he comprado porque El País estaba agotado, claro que la quiosquera dice que solo han recibido cuatro ejemplares.
Lo mas divertido de ese periódico me ha parecido una larga carta de Pedro J. que ocupa página y media, en la que hace una ingeniosa mezcla política y futbolera, comparando a Rajoy con Kaká, que concluye del siguiente modo, 'No queda otro remedio, pues, que intentar cambiar al presidente o, en su defecto, intentar cambiar de presidente'.
Quien hubiera dicho
que Pedro J. y yo coincidiríamos en un diagnóstico, claro que, en este momento, esa opinión es compartida por una abrumadora mayoría de españoles, con independencia de sus simpatías políticas.
(...)
Es la única coincidencia que he encontrado entre las opiniones de ese periódico, y las que he manifestado repetidamente en el blog pidiendo la dimisión de Rajoy, pero, personalismos aparte, el rosario de opiniones de supuestos expertos que figuran en primera, bajo el titular gordo, 'Clamor contra Rajoy por subir impuestos sin reducir el Estado', están en las antípodas de lo que, modestamente, pienso que necesita ese supuesto Estado sobre dimensionado, para resolver el primer problema que agobia ahora a la sociedad española, el desempleo galopante, creciente y cada vez mas desmesurado, consecuencia directa, en mi opinión, de dos hechos, el crecimiento negativo de nuestra economía, y una política fiscal profundamente errónea, no tanto del lado del gasto, como del ingreso.
Me explico, pero antes, citaré las recetas que proponen los expertos en El Mundo. David Taguas, 'Las subidas de impuestos se deben a la incapacidad de controlar el tamaño del sector público'. J.R.Rallo. 'Como no adelgazan un hipertrofiado sector público, se opta por empobrecer el sector privado', Daniel Lacalle, 'Nos empecinamos en mantener
una depredadora y enorme estructura administrativa', Manuel Conthe, 'En el gobierno no veo una política ambiciosa de
ajuste y racionalización del gasto público', Gay de Liébana, 'Esto va a reventar, la subida de los impuestos es fatal
para las empresas que están peleando'.
Es curioso, ¿no?, que cinco 'expertos' sean unánimes en contemplar el problema de la incapacidad de la economía española para salir adelante, solo del lado del gasto público.
Sospecho que Pedro J. ha hecho trampa, pues el propio Gay de Liébana afirmó ayer en un programa de la Sexta que, si se eliminara el elevado fraude fiscal que campa por sus respetos en España, con un alto grado de impunidad, el Estado ingresaría unos 70.000 millones anuales, algo mas de lo que costará al final el rescate bancario.
O sea, una solución del lado de los ingresos, sin negar que sean necesarios ajustes puntuales en ciertos gastos, y negando, absolutamente, que la descentralización del Estado, las autonomías, sean la causa de nuestros males.
Este país está lleno de bocazas que se proclaman liberales y son partidarios de adelgazar el gasto público y de rebajar los impuestos. Que poco originales. Son seguidores de la hija de un tendero, Tatcher, o de la de un predicador, Merkel. Liberales, hubo en este país en la época de Fernando VII, se oponían a su absolutismo, y no creo que quedara ninguno para contarlo.
Estos bocazas, no son liberales, son nuevos conservadores que, aunque parezca mentira, parecen incluso peor que los viejos, y nada de las soluciones que proponen serviría para otra cosa que para aumentar el desempleo porque, reducir, precisamente ahora, las estructuras del Estado, crearía de manera automática
mucho mas paro que los empleos que supuestamente generaría esta liberación de recursos al sector privado, por medio
de la rebaja fiscal.
Felipe González, que no es santo de mi devoción, lo considero un pragmático con poca ética, apareció ayer en la Sexta
y dijo alguna cosa sensata y creíble. Afirmó que, en los ochenta, con muchos menos recursos que ahora, el Estado podía financiar una sanidad pública y una educación pública universales, sin grandes desequilibrios presupuestarios.
Si atendemos a las declaraciones del gobierno conservador y a su impulso privatizador de los servicios públicos, siempre acompañados de una demonización de lo público como causante de los males del presupuesto, y sometemos esas declaraciones a la prueba de la realidad, concluimos que estos tíos solo quieren forrarse con sus amiguitos, a costa nuestra.
Cualquiera que esté medianamente informado, sabe que los problemas financieros públicos no están generados por los Gastos, pueden estarlo en alguna medida, pero no como se nos quiere hacer ver, sino del lado de los ingresos.
Si a los 70.000 millones que se tiran a la pera quienes no declaran, o tienen sus fortunas en paraísos fiscales, añadimos los ingresos que ha dejado de percibir el Estado por la eliminación de impuestos antes vigentes, como Sucesiones,
Patrimonio (que permite un mejor control de los ingresos),o Actividades Económicas, por mencionar solo tres, todos eliminados en la época de Aznar, al tiempo que se liberaba el uso del suelo para fines especulativos, lo que originó en buena medida la burbuja inmobiliaria, tenemos un cuadro mas claro de los orígenes del problema que ahora nos agobia, no alcanzar los siete millones de parados a final de año, y que los sabios citados quieren resolver quitando mas impuestos.
El tema es mas sencillo, basta con que paguen impuestos los ricos, además de los pobres, y se acabó la preocupación
psicótica por el gasto.
O sea, para concluir, Taguas, Rallo, Lacalle, Conthe. Liébana, Pedro J., idos a tomar por el culo.
En fin. El Mundo.
LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 28/04/13.
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