lunes, 15 de abril de 2013

LE MONDE DIPLOMATIQUE II

Hoy me he levantado con el impulso altruista de ofrecer soluciones a los problemas de España. Por eso me he gastado cuatro pavos en el ejemplar de Abril de Le Monde.., con la intención de documentarme antes de sugerir el tratamiento adecuado.

Se que ustedes están hasta los huevos de diagnósticos, en los últimos tres o cuatro años se han hecho tantos diagnósticos, a veces contradictorios, sobre la situación económica del país, y tan pocas prescripciones decisivas para saber que órganos hay que regenerar o extirpar para sanar al moribundo, que todo esto empieza a sonar a música celestial.

La ética médica, sin embargo, obliga a recoger los diagnósticos de otros, a estudiarlos y seleccionarlos, antes de proponer las soluciones, porque no se debe prescindir de las aportaciones ajenas valiosas, sino incorporarlas a la propia experiencia.

En ese sentido, el artículo de Le Monde..'Otro modelo económico es posible', del economista Torres de la Universidad de Sevilla, merece ser incorporado al estudio diagnóstico como paso previo para ofrecer soluciones.
(...)
Lo primero es denunciar la gran mentira de la política del gobierno, 'Hacemos lo que podemos, y no se puede hacer otra cosa..' 'Solo hay un camino..' 'No hay alternativas..', un discurso que se puede ilustrar con la imagen de un asno, el pueblo español, conducido a golpes por un camino estrecho hacia el despeñadero. 

Para derribar ese falso diagnóstico hay varias opciones. Una de ellas, la lectura del libro de Torres, Vicenç Navarro y Alberto Garzón, con el expresivo título 'Hay Alternativas' que incluye ciento quince propuestas concretas para crear empleo y bienestar social en España.

La otra, es reconocer el hecho evidente de que 'la actual política española está únicamente orientada a los problemas electorales y no es capaz de enfrentarse a Europa ni a los grupos oligárquicos que se están beneficiando de la crisis'. Por tanto es un argumento mentiroso y, según Torres, el PP se está consumiendo en las cenizas que han generado sus propias mentiras. 

Veamos, a continuación, el diagnóstico de Torres sobre la situación económica española.

'La economía española (...) es como un enfermo grave al que no se da tratamiento, o al que el tratamiento que se le aplica no funciona. (...) Tiene dos grandes enfermedades, (..) una es que el modelo de funcionamiento en el que se ha basado su actividad en los últimos años ha estallado y es insostenible. (..) Necesita cambiar las bases. Segundo, los motores que pueden poner en marcha un cambio de este tipo se han parado. Estos dos motores son, la financiación, prácticamente a cero. Y la demanda.(...) A eso se añade que las recetas del médico europeo agudizan los males.' 

En resumen, modelo económico agotado, ausencia de políticas de recuperación de la demanda y en el fondo, la deuda pública,¿Saben ustedes que en 2013 España debe pagar 40.000 millones de euros de intereses? Yo no lo sabía, pero en la página 3 de Le Monde aparece muy clarito, y como esa enorme cifra es el resultado de unos tipos de interés muy altos, eso nos lleva ya a una de las soluciones, declarar parte de la deuda pública ilegítima, y reducirla, por medio de negociación con los acreedores, a una menor cuantía, concretamente a la que corresponde a unos intereses no mayores del uno por ciento. 

Además de las ciento quince propuestas que se pueden encontrar en el libro de Torres para sustituir el actual modelo agotado por otro que funcione, me voy a centrar en las mías que tienen un objeto primordial, el sistema financiero, para que vuelva a funcionar como motor de la economía productiva creadora de empleo. 

Varias medidas fundamentales me parecen necesarias, urgentes, y posibles. Uno. Someter a las entidades financieras mas grandes a un sistema de licencias, concedidas por un comité de sabios, en el que nada impide que se integren los campeones de la economía productiva, Ortega y Roig, por poner un ejemplo, sin las que esas entidades no serían autorizadas para operar. Dos. Establecido el sistema de licencias, practicar una especie de reválida anual, mediante la cual el comité examinará que porcentaje de los recursos de las entidades se han destinado a financiar economía productiva, y cual a operaciones especulativas. Que parte de sus beneficios se ha destinado a actividades culturales y sociales y que parte se ha distribuido como dividendo. Tres. Someter a vigilancia por parte del comité, que entidades se han metido en operaciones de narcotráfico o han facilitado el tráfico hacia paraísos fiscales y en que porcentaje respecto a su volumen total de operaciones. 

Cuatro. Concluida esa reválida, el comité determinará que Entidades pueden seguir ejerciendo su actividad, que Consejos de Administración deben ser sustituidos por un equipo gestor reclutado por el propio comité, y si hay alguna entidad a la que deba retirarse la licencia de actividad, o incluso, trocear sus activos para que se hagan cargo de ellos las demás entidades que si hayan recibido el plácet para continuar su actividad financiera.

Todo esto suena, en realidad, a control del Banco de España, pero como está demostrado que esta entidad no lo ha ejercido correctamente, por su dependencia de los políticos, propongo esta solución para controlar los problemas financieros que están en el origen de la crisis.

Otra cosa es la dificultad para encontrar las personas adecuadas que realicen estos controles, evalúen la actividad financiera de cada entidad y ejecuten las sanciones que procedan, sin apelación posible. En mi opinión deberían ser una mezcla entre las brigadas de Eliot Ness, aquellas que entraban en un camión blindado en las destilerías ilegales y la emprendían a hachazos contra los barriles de cerveza, y técnicos como Ontiveros, por poner un ejemplo.

Se trata, creo que ha quedado claro, de poner a las Entidades financieras al servicio de la sociedad, no al revés como sucede ahora. Claro, para aplicar estas soluciones, hay que legislar, lo que nos lleva a otro de los diagnósticos de Torres, esta vez en el plano político.

 'Hay que ocupar el Congreso. Hay que ocupar los Parlamentos. No se pueden seguir haciendo convocatorias para ocupar tan solo las afueras de los edificios, sino que hay que llenarlos con una nueva marea de mujeres y de hombres dispuestos a hacer política de otra forma y dispuestos a una nueva forma de representación de los ciudadanos; dispuestos a legislar, gestionar y gobernar desde otro punto de vista para transformar está sociedad que está tan podrida. 

Si no hacemos eso es imposible que el carro se mueva'. 

No está mal, a ver quien le pone el cascabel al gato. 

En fin. Le Monde Diplomatique II.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 15/04/13.

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