miércoles, 10 de abril de 2013

LA LÓGICA

Por una vez, voy a escribir de algo que entiendo un poco, pues mi paso por la facultad de económicas incluyó (yo era del plan viejo), un curso de lógica matemática que impartió, en su casa, un profesor alicantino que, con el tiempo, dejó la universidad que le parecía una cosa estrecha y anticuada y se dedicó a los negocios.

Era gracioso. A la ley de Duns Escoto, la llamaba de Duns Escroto, se lo tomaba un poco a risa porque sabía que la lógica que se estudiaba tenía un origen aristotélico, muy anacrónico, y que la causalidad no era de este mundo.

Luego llegaron las clases de estructura, los estructuralistas, entonces, estaban de moda, y José Luís Sampedro, el mas ilustre de todos, ejercía la cátedra de esa materia, pero no venía por aquí, mandaba a un ayudante que, para hacerse oír en el aula de la vieja universidad, siempre comenzaba por expulsar a un par de estudiantes para conseguir que se hiciera el silencio.

Imagino al espíritu de Sampedro sobrevolando el mundo desde su altura intelectual, ahora infinita, y riéndose a carcajadas de los lógicos, de los que creen que a A le sigue B, por medio de una relación lógica, cuando lo cierto es que el número de variables de cualquier problema humano siempre excede de A y B, y la relación, la interrelación entre estas variables es cualquier cosa menos lógica pues, si hablamos de cosas humanas, lo que suele dominar es la irracionalidad.

Todo está interconectado, la vida y la muerte, el cielo y la tierra, la maldad y la bondad, y ninguna relación lógica se puede establecer por el método de la causa y el efecto, pues siempre son múltiples las causas y variados los efectos. Por eso da un poco de risa leer que un tribunal confirma la absolución de Camps y Costa, y encima lo hace apelando a la lógica, en lugar de a la razón jurídica.
(...)
En la página Nexo, Plexo, Sexo, me ocupé del señor Camps y sus trajes, una chorrada que luego se ha visto que no era tal, pues un tal Correa estuvo en la cárcel por el asunto de su nombre en alemán, Gürtel, al que Camps estuvo vinculado a través de su amiguito del alma. 

Como mi profesor de lógica con la ley de Duns Escroto, bromeé entonces con lo de plexo solar pues esa peculiar anatomía común a todos los humanos incluye el nervio gran simpático y el vago y me permitió asociar la irresistible simpatía del regalador de trajes con la vagancia de Camps, que ahora se confirma, pues tiene un sillón en las cortes a las que no va nunca. 

De todos modos, no está en mi ánimo personalizar excesivamente un argumento que excede del ámbito político, pues es una verdad universal que la lógica, tal como se entiende en los medios académicos, sencillamente fue una herramienta que pudo servir a Aristóteles para sus soliloquios, pero carece de la mínima virtualidad para el análisis de los problemas contemporáneos que, desde los estructuralistas, se sabe que están interconectados y dependen de un gran número de variables, y ninguna simplificación lógica sirve para abordarlos. 

Si un tribunal acude a la lógica, en lugar de a la razón jurídica, para justificar un veredicto, es que algo no marcha bien en la justicia. En la de aquí, y en la de allí, pues ha sido el Supremo el que ha manifestado esa incongruencia. 

Esto parece un signo de que en nuestro país el poder judicial, a los mas altos niveles, supremo, constitucional, consejo del poder judicial, tiene vínculos ideológicos que influyen en sus decisiones, sean conscientes o no de ello quienes las toman. 

En alguna ocasión visité Alcañiz, en el bajo Aragón, en los días de Semana Santa, y los penitentes en las procesiones de allí me recuerdan, por sus vestimentas, a los jueces togados de hace siglos, y por extensión, las cabezas de los máximos representantes de nuestros poderes judiciales de ahora, tan antiguas, tan anacrónicas, como aquellas.

En fin. La Lógica.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 10/04/13.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios