domingo, 14 de abril de 2013

LA CASA DE LA SIERRA

Viajar, lo que se dice viajar, es lo que cuentan que hizo Marco Polo cuando partió desde Venecia al Oriente, en un periplo que duró veinte años, del que volvió cargado con el invento de los espagueti y una maleta llena de especias y frutos desconocidos en lo que entonces era occidente.

Luego está el turismo, que es una forma degradada del viaje, con guías y sin sorpresas, a menos que Ryan Air te deje tirado por ahí.

Por último, el escalón mas bajo de la aventura es la escapada de fin de semana, en la que no pasa nada especial, aunque, a veces, no está exenta de sorpresas.
(...)  
Hace seis meses que no íbamos a la casa de la sierra, se ve que nos hemos vuelto mas cómodos y mas exigentes con las previsiones meteorológicas. Por fin, este fin de semana nos hemos decidido a ir, aunque no he dejado nota en Avisos y Espantadas, la sección del blog en la que suelo informar de mi abandono temporal de mis obligaciones blogueras auto impuestas, mas que nada para no dejar pistas a quienes entran en las casas deshabitadas y se llevan hasta las tuberías. 

Al regreso observo que, si bien esa precaución ha resultado útil, pues compruebo que las tuberías aún están en su sitio, no ha sido lo mismo en la casa de la sierra pues, después de seis meses de abandono, un inventario superficial indica que faltan, la chapa de la barbacoa, una batería de coche, los soportes metálicos de los romeros, y, lo mas importante, una pértiga metálica que usamos para descolgar de las ramas del pino alto los nidos de la procesionaria.

Además, alguien ha golpeado a pedradas el llamador de la puerta, una pieza metálica muy pesada, con la evidente intención de arrancarlo de su lugar. Poca cosa, si pensamos que podían haberse llevado la casa entera en un camión, como se llevan ahora los coches ajenos en una grúa, no de las municipales, precisamente.

Nunca he sido un ferviente defensor de la propiedad privada, sino mas bien de la pública, pero comienzan a preocuparme las noticias cotidianas sobre robos con violencia, sobre todo en el medio rural, porque la frecuencia de esas operaciones de expropiación que realizan por su cuenta las mafias chatarreras o cuatreras, parece un síntoma mas de descomposición social. 

Por lo demás, cuando escribo estas notas, temprano, después del primer desayuno del domingo, (primero desayuno solo, y luego acompañado) el termómetro de la sala donde está la chimenea, ahora apagada, marca catorce grados, y por el ventanuco que deja pasar la luz de la mañana, se ven el olivar del vecino y los pinares de la cercana sierra, bañados por un sol generoso y cálido que sale para todos, y a todos atempera de sus penalidades y sus incertidumbres.

Me gusta venir aquí y entregarme a un paisaje casi deshabitado de flaquezas humanas, con una vida vegetal que ahora está a punto de reventar. Los lilos ya ofrecen sus incipientes brotes que pronto darán flores efímeras que solo viven quince días. En el almendro comienzan a despuntar las yemas de sus frutos, que este año serán escasos, porque el viento de poniente se llevó la incipiente cosecha en un vuelo floral. La hierba buena comienza a asomar, tímida, entre extraños competidores y en el arriate, los lirios amarillos empiezan a dar signos de actividad.

Se nota que hay agua por aquí. Los caños de la fuente de abajo desbordan el vaso de cemento. Esta mañana daremos un paseo hasta la rambla, para ver correr el agua en su lecho casi siempre seco. Una de las ventajas que tiene este lugar serrano es que al estar prácticamente deshabitado, salvo por los agradables vecinos, casi nadie, nunca, hace nada bueno por el, pero tampoco nada malo, salvo eventuales vandalismos de poca monta. 

No voy a decir donde está, no vaya a ser que venga alguien con un camión y se lo lleve entero, con bosques y todo. Una probabilidad, la del expolio de esos bosques, no tan remota, si recordamos lo que está haciendo la Generalitat con nuestro patrimonio forestal, arrendarlo por un plato de lentejas. 

No quiero cansarles mas. Si recordaré que hoy es 14 de abril, se conmemora el día que los españoles se dieron, por la vía democrática, un régimen republicano. Como a nuestra derecha, de todos los tiempos, lo republicano le da alergia, ya saben lo que pasó después.

Ahora, gracias a aquel lejano golpe de Estado tenemos una monarquía, luego refrendada por referéndum. Señores de la derecha, ¿No querían monarquía? Pues ahí la tienen, que les aproveche. Es la única institución que faltaba hundir en el desprestigio. Ahora ya no. Dicen que da mas estabilidad, ¡joder!.

 En fin. La Casa de la Sierra. 

 LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 14/04/13.

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