domingo, 28 de abril de 2013

GENOVÉS/EL LEGADO DE GOERLICH

Llueve con una continuidad suave y blanda, alguien ha dicho que si a la desastrosa situación económica que padecemos se le añadiera una sequía severa, estaríamos inmersos en un escenario de plaga. Optimista como soy, solo a veces, he salido esta mañana con Encarna a disfrutar de la lluvia y, de paso, a visitar el San Pío V, y el Cármen, dos museos que ofrecen ahora dos exposiciones de arte la mar de interesantes.

En San Pío V, está el legado de Goerlich, una importante y extensa colección de cuadros que el ilustre arquitecto atesoró en honor a su mujer, de familia de pintores, entre ellos Domingo, que tiene una calle dedicada aquí, como otros pintores presentes en la muestra.

No he recogido, como acostumbro, un folleto de la muestra, pero seguro que ustedes ponen Legado de Goerlich en la barra de direcciones y les sale toda la información. Solo diré que he visto óleos muy notables, sobre todo de Domingo, los mas numerosos, pero también de José Benlliure, hermano de Mariá, el escultor, y de casi todos los otros pintores que figuran en el callejero de la ciudad, bodegones, paisajes, retratos, una representación variada de la pintura figurativa, incluso uno de Furió que me ha parecido entender que fue hermano de Ismael Furió, a quien conocí cuando trabajé en el mundo del vino.

Goerlich, además de arquitecto famoso, diseñó un par de salas del propio Museo del Cármen, y en los carteles que prologan la exposición se dice que fue autor de muchos de los edificios que habitan la ciudad, además de intervenir en su planeamiento urbano, pues fue uno de sus arquitectos municipales, pero, sobre todo, me ha llamado la atención la importancia artística y económica del legado que dejó, pues el mecenazgo realmente importante no es muy frecuente por estos pagos.

(...)
Terminada la visita al San Pío V, llovía, así que hemos tomado el autobús nº 6 en dirección contraria, para no cruzar el puente a pie y morir en el intento. Ha sido una buena decisión, porque el largo trayecto hasta que el bus ha girado de nuevo y ha tomado la otra ribera del río ha sido como un paseo turístico por lugares que hacía mucho tiempo que no visitábamos.

Llegados a la parada mas cercana a las Torres de Serranos, nos hemos dirigido bajo la la lluvia al Centro del Cármen, donde nos han dado unas bolsitas de plástico para envolver los paraguas mojados y hemos entrado en la sala de la exposición de Genovés, con la idea, que ha resultado falsa, de ver algo que ya conocíamos. 

No tenía idea de que Genovés sigue activo, y tan activo, pues las obras mas interesantes, que son muchas, que están colgadas allí, están fechadas entre 2008 y 2013 y me he llevado una sorpresa enorme con las texturas que imprime a sus últimas obras.

Genovés siempre ha pintado lo mismo, en apariencia, figuras humanas de pequeño tamaño, nunca solas, siempre reunidas, o dispersas, en grupos, pero la geometría de cada cuadro nos habla de situaciones distintas, aunque trágicas muchas veces.

Si pones atención en lo que ves, percibes grupos humanos en los que algunos individuos están caídos, muertos?, victimas de un fusilamiento, de un bombardeo, situaciones de resistencia o de huidas despavoridas, tragedias grupales, colectivas, en las que rara vez se aprecia la sangre, pero de un patetismo muy amargo. 

Sin embargo, en sus últimas obras, las mas recientes, la protagonista es la textura. Son las mismas escenas grupales pero cada individuo es una combinación de materia en relieve y pintura, absolutamente original. 

Cuando te acercas al cuadro te parece que son muñequitos de famobil, con un aire algo infantil, como de juguete. Toda una novedad, al menos para mi, en la obra de Genovés, difícil de describir. Además de la textura, el color cobra mas protagonismo, pero lo mejor es que vayan a verla y saquen sus propias conclusiones. Genovés. Museo del Cármen, no se lo pierdan.

Terminada la visita, seguía lloviendo. Encarna y yo hemos discutido como le dicen a esa lluvia, Xirimiri, ha dicho Encarna. Eso es vasco. Orbayo, eso es asturiano, Agua nieve, he dicho yo. Calabobos, no sé. Hemos lamentado no recordar las múltiples maneras que cada pueblo, cada cultura, tiene de nombrar esta lluvia dulce, blanda, suave pero persistente. 

Menos mal que llueve, no hay sequía.

En fin. Genovés/El legado de Goerlich.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 28/04/13.

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