martes, 2 de abril de 2013

TREINTA MIL

He consultado la fecha de la primera entrada del Blog, y ha resultado ser el 11 de Enero de 2.007. Es decir, que hace mas de seis años que vengo dando la lata con este procedimiento del mensaje en la botella, como diría Ruíz Zafón, (yo creía que eran solo cuatro años) y ahora, si las estadísticas que informan de ello son veraces, se van a cumplir las 30.000 visitas.

Hay algo que no entiendo en esta cifra, pues son solo 1.889 las páginas activas en el blog, descontadas las que, por una u otra razón, borré después de escribirlas.

Si cada página es un mensaje en una botella, es decir, un náufrago sometido a la deriva, sin rumbo ni destino determinados, hay que suponer que los lectores que han recogido esos mensajes de modo aleatorio, los han devuelto a la corriente oceánica de Internet, esas aguas procelosas tan odiadas por algunos fanáticos del papel, en las que hay que reconocer que se puede encontrar de todo, desde los peces mas inofensivos hasta los escualos mas peligrosos, lo que significa que, hablando en términos estadísticos, no reales, cada página ha sido leída, con alta probabilidad de que la cifra sea muy aproximada, por un número de usuarios superior a quince.

Esta efemérides de las treinta mil visitas merece ser celebrada, aunque sea virtualmente, de un modo especial, por eso voy a sugerir un menú para que cada cual se una a la celebración, pagando de su bolsillo, claro.

Yo empezaría con una docena de ostras de la bretaña francesa y una botella de champán Krug.

Después llamaría a esa Fundación que ha creado Ferrán Adriá, o a uno de los bares de tapas que tiene por ahí Quique Dacosta, para que me hicieran alguna sugerencia. Si comunican, llamaría a la lonja de pescado de Dènia, para que me manden por Seur un salmón de roca, como los que se subastaban a precios asombrosos para las mesas de los patricios romanos, pediría a Encarna que hiciera un hojaldre muy ligero,casi etéreo, y dejaría cautiva en el interior de ese hojaldre la carne del salmón, solo enseñada a la plancha, desprovista de espinas.

Llegado a este punto, liquidado el salmón, hay que suponer que el champán Krug se habrá terminado,
por lo que se hace necesario cambiar de vino, y pensar en el segundo.

Recuerdo haber visto expuesta en el escaparate de un carnicería de Cambrils, en otro viaje como los que hacemos por estas fechas, una generosa porción de buey de Kobe. Se dice que este ganado es alimentado, entre otras cosas, con cerveza, y que los lugares donde está estabulado están dotados de altavoces que reproducen una música elegida para que la estancia allí sea serena y tranquila, de tal modo que la ausencia de estrés mejora la calidad, la textura, el sabor de esa carne.

Es cierto que el precio de la carne de buey de Kobe es muy elevado, pero eso no impide que nos demos el gusto de apreciar esa calidad, sin abusar de la cantidad.

Unos mínimos medallones de buey de Kobe, acompañados de una salsa de su jugo enriquecido con compota de ciruela y unas gotas de Pedro Ximénez son mi sugerencia para el segundo plato.

El vino. He mirado en el botellero. Hay una botella de rioja, Marqués de Villamagna, Gran Reserva, de 1.970. La compré cuando trabajaba en una empresa vinatera que lo distribuía. Entiendo la dificultad de encontrar algo así ahora, en 2.013. Se puede poner un Muga, o un Petrus, sin necesidad de acudir a una subasta de antigüedades vínicas.

El postre. Puede ser una vulgaridad, pero echo de menos el helado de chocolate del bufet del hotel de Benidorm donde hemos pasado estos días festivos. Le das a una palanca y shifffff, sale el chorrito de helado de chocolate. Guay. Se puede sustituir por un helado de naranja con unas gotas de Cointreau, preparado por uno mismo en la nevera, o un mojito de limoncello, al gusto italiano.

Si son ustedes partidarios del té, hay miles de variedades, que yo no conozco. En cuanto al café, dicen que la variedad de Jamaica, Blue Mountain, es la mejor. Nunca tomo licores después de comer, ni antes. Me sientan mal.

Pues nada, que aproveche, yo, me doy por satisfecho con esta celebración virtual de las 30.000 visitas.

¿Donde pongo esto?. Había pensado ponerlo en avisos y espantadas, pero lo pondré en cocina, por si a alguien le interesa consultar estas sugerencias gastronómicas, aunque no están escritas con la intención de contestar la pregunta que muchos y muchas se hacen unas 7.500 veces, ¿que hago para comer hoy?.

En fin. Treinta mil.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 2/04/13.

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