martes, 4 de octubre de 2016

CITA MÉDICA 2

"Hoy es el día en el que toca la primera representación, con público, del ensayo teatral que titulé en el blog, 'Cita Médica'. Los nervios de esa primera cita con el público me han despertado a las cuatro de la madrugada, pero antes de las cinco ya estaba sobando otra vez y he dormido como un tronco hasta la mágica aparición de la luz del día.

Antes de acudir al espectáculo, en vivo y en directo, de la consulta médica, he bajado a la terraza de La Fuente, con la intención de compartir con Cármen el rato del café, pero no estaba. En su lugar ha aparecido Isabel, a la que he saludado de un modo un tanto impertinente, --Vaya par de tetas que tienes, Isabel. Ella, sin inmutarse, ha contestado, --Sí, solo tengo dos.

--Cómo está tu marido?..--Duerme enchufado a la máquina, por lo de la apnea, desde que tuvo un incidente arterial, por lo de la apnea del sueño, está conectado a una maraña de cables, aparatos, y con máscara, pero solo a temporadas.

Aprovechando la naturaleza de la conversación, he vuelto a ensayar con Isabel el guión de Cita Médica, le he contado, en diez minutos, mi historial clínico de los últimos treinta años. Cómo todo empezó cuando me dió por visitar al gobernador de Heliópolis, para decirle que yo quería votar 'sí, pero', en el referéndum que se celebraba por entonces para la reforma política del franquismo y la implantación de la monarquía. No recuerdo que dijo el gobernador, pero si que el diario 'Las Provincias' mencionó ese suceso al día siguiente, entre los comentarios que suscitó aquel referéndum.

Por aquel tiempo, yo me iba de juerga por las noches, sin dinero, usaba el talonario de cheques gasolina, pero no para cargar combustible, iba a las estaciones de servicio y me camelaba a los empleados para que me cambiaran los cheques por efectivo.

Otra actividad lúdica que practicaba era visitar con mi guitarra a los directores de banco con los que me relacionaba por mi condición de director financiero de la primera empresa exportadora vinícola del país, y les cantaba unas coplillas, hasta que un director de sucursal del Banco de Valencia, hoy extinguido, yo sigo aquí, llamó a mi jefe para informarle de mi comportamiento, un tanto raro.

Esto, unido al hecho de que yo aparecía en la oficina vestido con un poncho y con un báculo, y le cantaba las verdades del barquero a todo el mundo, concluyó con una visita médica que determinó que yo debía tomar litio durante treinta años, por lo menos.

Esta mañana, a pesar del doble ensayo de lo que quería decirle al galeno, cuando ha llegado la hora de la verdad, cómo decirlo, la representación en vivo ha resultado ser muy mejorable. La espera de cuarenta minutos en la consulta me ha puesto nervioso, y mientras informaba al doctor de que al dejarme el litio durante diez días mis tembleques han desaparecido por completo, el galeno miraba mis manos temblorosas tamborileando en su mesa y ponía cara de no creerme.

Afortunadamente, me acompañaba mi mujer que, documentada con los prospectos del litio y del trileptal, ha convencido al médico de que el tratamiento crónico que llevo durante tanto tiempo, debe ser revisado, que lo del temblor es cierto, como también es evidente que el trlleptal me está estropeando, visiblemente, la piel, y los ojos.

Gracias a las virtudes negociadoras de mi mujer y del doctor, hemos llegado a un acuerdo. Reducir la dósis de litio a la mitad, vistos sus devastadores efectos secundarios, eliminar el trileptal y sustituirlo por Keppra 250 mg, algo más nuevo y menos dañino.

Finalmente, el doctor me ha dado un papel para que vaya al especialista para que confirme, o no, si las medidas profilácticas que el ha tomado son las adecuadas, pues el no es un especialista en el síndrome bipolar que me ha llevado a su consulta.

Mi opinión sobre la calidad de la representación con público de 'Cita Médica', a pesar del doble ensayo, es que ha sido muy pobre, digo yo que habrá sido la inseguridad típica de la primera representación.

Para compensar este efecto en el público, al salir de la consulta he repetido al doctor y a su guapa ayudante, el chiste gráfico que puse en otra página: 'Susana, la andaluza, estornuda, su dentadura sale volando y decapita a Sánchez, que está frente a ella'. Sus carcajadas me han parecido espontáneas y sinceras, compensando algo el bodrio de la representación.

Esta tarde voy al Aula de Teatro. En teoría, tengo que llevar una fábula escrita por mí, además de diez fotocopias de los apuntes que nos facilitaron el día de la presentación. No va a ser posible, con el ajetreo que llevo esta semana a causa de mi mala salud dental, y de la otra, no me ha sido posible ponerme con la fábula.

En su lugar, no voy a recitar los textos de Cita Médica, creo que voy a repetir, esta tarde, el chiste de Susana y Sánchez, cuya efectividad he probado debidamente."

En fin. Cita Médica 2.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 4 10 16.

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