domingo, 9 de octubre de 2016

MISA DE ACCIÓN DE GRACIAS

Confieso que la única misa a la que he asistido en mi vida fué la de mi boda, aunque estuve allí sin comulgar previamente, porque entonces no tenía pecados que confesar, no como ahora que los confieso en el blog.

Lo cierto es que esta mañana, mi mujer y yo, hemos dado un paseo corto hasta Russafa, cansados de la salida de ayer no nos apatecía ir al centro. Al pasar cerca de la Iglesia Parroquial de San Valero, junto a Barón de Cortes, en Padre Perea, hemos visto una muchedumbre haciendo cola en su puerta principal para entrar, entre ese grupo humano que se agolpaba allí se veía una Senyera, y personas ataviadas con sus trajes regionales, lo que ha despertado nuestra curiosidad

Mi mujer, con la habilidad que le caracteriza para moverse en situaciones difíciles, ha dicho, --Ven, vamos por una calle lateral. Hemos encontrado una puerta abierta y enseguida estábamos sentados en un lugar preferente, mientras se escuchaba la algarabía de la multitud pugnando por entrar por la puerta grande, cosa que no todos han conseguido.

No soy de frecuentar iglesias, soy más del Aula de Teatro, pero hoy he quedado fascinado ante el claro componente de Acto Teatral, con mayúsculas, que ha tenido la Misa de Acción de Gracias que se ha celebrado hoy en una hora y lugar al que hemos accedido por puro azar.

No solo el fantástico decorado, un altar barroco con unos dorados impresionantes, en un entorno arquitectónico igualmente barroco, la voz de barítono del sacerdote oficiante, su perfecta dicción, alternativamente castellana y vernácula, la calidad de los textos recitados, enriquecidos con las metáforas del oficiante, cuando comparaba la condición de los leprosos del evangelio, con la de los marginados sociales, los migrantes de ahora mismo que son tratados adonde llegan como si fueran apestados, la música del órgano, sublime, la actitud respetuosa del público, excepto la de la señora que tenía al lado, en el pasillo, de pié, hablando en voz alta sin parar, interrumpiendo y deteriorando la calidad del espectáculo teatral tan magnífico que se estaba ofreciendo en San Valero.

Lo mejor ha sido cuando el oficiante, en su parlamento, ha dado la información que me faltaba para entender que es esto del 9 de octubre. Resulta que en el siglo XII, o XIII, por ahí, el rey Jaume I y Doña Violante, pusieron su campamento regio en terrenos aledaños a lo que hoy es San Valero, durante el período previo a su triunfal entrada en la ciudad, que, según el oficiante, culminó una conquista sin sangre y sin víctimas, un 9 de octubre.

Allí residieron algún tiempo antes de su entrada solemne en la ciudad, además hicieron construir una pequeña iglesia, en el mismo lugar donde se asienta la que celebra hoy esa efemérides. O sea, si no he entendido mal, donde se posan ahora los culos de mi mujer y el mío,a poca distancia pudo estar posado el culo de Jaume I, pero sobre todo, el de Doña Violante, que por lo que he oído, no fué nada vulgar, allá por el siglo XII, o principios del XIII, no sé.

Cuando ha terminado la representación religiosa de la misa, le he dicho a mi mujer --Hacía tiempo que no presenciaba un espectáculo teatral tan completo, la arquitectura de los decorados, solemne y espectacular por lo barroca. El primer actor sensacional, el volúmen, el tono, la dicción de su voz, el modo de declamar, las pausas, las morcillas que metía de su parte entre los textos evangélicos, unas metáforas clarificadoras, expresivas y precisas, la música envolvente del órgano, la actitud colaboradora del público, haciendo los coros en el momento oportuno, le han dado categoría operística a esta maravillosa obra que nunca pensé ver representada, menos aún, por puro azar, participar como espectador.

La única nota crítica que se me ocurre es para la maleducada, parlanchina, irrespetuosa espectadora, de pié, en el pasillo, a mi lado, que no ha parado de boicotear el acto con su voz de vicetiple que no venía a cuento.

Esta experiencia visual, auditiva, sensorial, me ha recordado algo que el profe de Teatro nos ha dicho varias veces. Que el Teatro, como lugar de representación, nació en las iglesias. Los primeros cómicos actuaban allí, hasta que, creo que fué Alfonso X el sabio, los echó de allí, porque, al parecer, algunos clérigos, que también oficiaban e interpretaban el teatro popular, se pasaron algunas vueltas con las procacidades de sus parlamentos, y fueron expulsados. Lo entiendo, si yo hubiera sido un clérigo de aquella época, me habría pasado lo mismo.

Al salir de San Valero, hemos tomado un par de cervezas Turia en la terraza del bar, frente a la iglesia. Estaban de puta madre, no como la mierda que me ha salido en el último pack de Amstel Clásica. Abres el bote y no hace scchhhuuus. Miras y en el interior del bote falta un dedo de líquido, lo catas y es un brebaje horrible.

Después de liquidadas las cervezas, hemos esperado un momento, hasta que han tirado la traca y hemos dado por terminada esta mañana del 9 de octubre, fantástica, maravillosa, por lo inesperada. Algo más que reyes y mazapanes.

En Fin.  Misa de Acción de Gracias.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN)  9 10 16.

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