martes, 25 de octubre de 2016

PSIQUIATRÍA

"Total que, esta mañana, antes de que pusieran las calles, para evitar resbalar en su calzada mojada y romperme la crisma, me dirigía al psiquiatra, acompañado de mi mujer como testigo protegido, para resolver un problema de salud derivado de los potingues farmacéuticos que estuve obligado a tomar desde hace treinta años.

Antes de verme las caras con la psiquiatra del centro de salud, a quien solo he visto una vez, cuando acudí a ella para obtener las recetas que mi psiquiatra de toda la vida, Agustín, me prescribió, hasta que se jubiló y me dijo, ocúpate tú mismo, porque pensaba que yo no era un tipo duro como a los que se enfrentaba cada día en Bétera, sino una mosquita muerta, aunque con el vuelo algo errático, incapaz de pìcar a nadie, y podía ocuparme yo mismo de las tomas de litio, de las dos litemias al año, y demás rutinas farmacológicas y analíticas, para afrontar mis problemas de variaciones estacionales del ánimo, no de conducta, conductistas abstenerse, dudaba sobre como proceder en su consulta.

La psiquiatra, es una gordita con aire campesino, con un aspecto lo más alejado que se puedan imaginar de los Freud,(era cocainómano) Fromm,('Anatomía de la destructividad humana', no se lo pierdan) Jung, (estaba como una cabra) mas parecida a los ilustres imbéciles que han practicado la psiquiatría en este país, López Ibor, Vallejo Nájera, ya saben.

Yo no sabía como entrarle a esta doctora, así que, de camino a su consulta, ensayé varias fórmulas. "Mira, soy bipolar. No, soy ciclotímico. Tampoco. Sufro variaciones estacionales en mi ánimo, no en mi conducta, ya no tengo conducta, ni buena ni mala, me la quitaron en la primera crisis pinchándome en vena un cocktail de antipsicóticos durante un mes, en mi estancia hospitalaria domiciliaria, en mi casa, vamos. O bien, tengo alteraciones del ánimo que se manifiestan, sobre todo, cada otoño, aunque tienen un carácter breve, temporal"

"Pensé en decirle, sufro un trastorno maníaco depresivo, pero tampoco. Le dices a un pivon, --Nena, padezco psicosis, y enseguida piensa en la película de Hitchcok, en el motel de Norman, en las cuchilladas en la ducha, y ya no ligas con esa pava en tu puta vida."

Y es que el lenguaje no es inocente, para nada, lo vemos cada día al ver como se emplea para describir la situación política, según sean unos ú otros los que la cuentan. Obvio.

Al final, le he contado lo del litio, que me sienta mal, que he reducido la dósis, y le he preguntado que debo hacer a partir de ahora. La doctora, después de diez minutos de preguntarme cosas, se ha puesto a escribir frenéticamente en el teclado del ordenador, intentando fijar mi historia en sus archivos. Vana ilusión. Una historia clínica de treinta años, no se puede resumir en diez minutos.

Cuando la doctora ha terminado de escribir, me ha dicho, esto es lo que vamos a hacer. Lo primero es hacerte una litemia, sospecho que con la dósis de litio que tomas ahora, no alcanza para su efecto terapéutico. Me llamas el viernes con el resultado y, si te parece, dejamos el Trileptal que tantos destrozos te hace en la piel, y no vas a tomar el Keppra que el médico de familia te daba como sustituto, pero el litio, en función de los resultados de la litemia, igual hay que doblar la dósis que tomas ahora.

--Comprendo que ahora te sientes en un estado próximo a un limbo de felicidad creativa, pero no podemos permitir que eso siga avanzando y te lleve a una crisis de salud, verdad?.

La conclusión de la doctora me ha parecido muy sensata, muy próxima a lo que yo había pensado cuando decidí acudir a su consulta.

Al salir de la consulta he visto un cartel en la pared que informaba de los actos del Día Mundial de la Salud Mental.

Un texto del cartel decía que quienes sufren esos trastornos son iguales que los demás. Discrepo. Algunos trastornos, entre ellos la bipolaridad, generan en quienes los viven, aunque sea de modo estacional, un fermento imaginativo, de creatividad, que les lleva a explorar los límites de su realidad, muy por encima de la media de los demás sujetos que jamás llegarán a esos niveles de auto conocimiento. El problema puede surgir si esos procesos creativos se desmadran, no se controlan, pues pueden derivar, sí, en una crisis de salud.

No lo hagan en sus casas, explorar los límites de su realidad, por si acaso."

Y ahora viene lo de siempre. Ficción o realidad?. Hablo de mí, o hablo de otra persona?. Soy un paciente psiquiátrico, un psiquiatra retirado que se divierte con esto, o no soy nada de eso?.

Ustedes, creo yo, no tienen forma de saberlo. Como siempre, se trata de una mezcla de componentes en el guiso que tratan de conseguir un sabor homogéneo en el resultado final, sin desvelar las especias que lo componen, aunque, al servirlo, no se me ocurrirá cerrarles a ustedes los ojos, como hacen con los comensales en ese restaurante de Miami que salió anoche en la tele, al contrario, deseo que los tengan bien abiertos, no para calificar mis relatos, sino para no dejarse engañar por los eufemismos y las falsedades que se avecinan desde el mundo político, porque el lenguaje, ya lo he dicho, no es inocente.

En fin. Psiquiatría.

 LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 25 10 16.

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