jueves, 27 de octubre de 2016

EL ENSAYO II

"Hoy hemos tenido una mañana tan ajetreada como la de ayer, de ahí el retraso en publicar esta entrada. Primero me he trasladado en bus al otro lado de la ciudad, para dejar en las oficinas de una mútua unas recetas que requieren ser autorizadas, antes de retirarlas mañana por la mañana. Se trata de un caso de pubertad precoz en el seno familiar. Naturalmente, no soy yo, dentro de cuatro días cumplo setenta y tres años, pero nunca llegué a la pubertad. Mantengo una relación de amor infantil con Cármen, que tiene 57, a quien veo cada día en la terraza de La Fuente, como si yo fuera un niño de diez años y ella una compañera de clase.

Luego nos hemos personado, mi mujer y yo, en una dependencia municipal, junto al viejo edificio de Tabacalera. Hemos recibido una enigmática carta de un servicio municipal, comunicando que nos han correspondido cuatro entradas, pero sin precisar para qué.

Después de una hora en cola, nos hemos enterado de que se trata de dos entradas gratuitas para asistir a un espectáculo teatral, una obra de Lorca, en el teatro Olympia, y otras dos para asistir a una sesión en los cines Lys, con la facilidad adicional de que podemos elegir la película que queremos visionar.

Después, hemos pasado por el mercado de Russafa, para proveernos de las materias primas alimenticias para la comida familiar de mañana.

Al adquirir en el puesto de Rafa, el carnicero, lo necesario para el arroz al horno de mañana, morcilla, tocino, costillas, me he dirigido a Rafa, ¿Que, como va el negocio, pagas muchos impuestos?. Rafa me ha mirado algo extrañado, pero ha asentido con la cabeza. --Pues ya ves, gracias a tu contribución, y la de otros, a las arcas municipales, Encarna y yo vamos a ir de gorra al teatro y al cine la próxima semana. ¿Que te parece?

Rafa ha dado una respuesta diplomática, aunque no sé si ha sido sincera. --Esta bien que se dé ese destino a nuestros impuestos.

Total, cuando hemos vuelto a casa era ya mas de la una. No era cosa de ponerse a escribir en el blog, teniendo que preparar la comida. Hoy me toca a mí. He de hacer méritos para que mi mujer, cuando toque, traiga flores a mi tumba.

Pero yo quiero hablar hoy de teatro, así que dejo ya las chorradas domésticas.

En la última clase, adquirí el compromiso de llevar escrito un monólogo que incluyera un reproche a una mujer en el marco de una relación de pareja. Ya escribí el borrador en el blog, no es problema. Además, debíamos aportar un poema, de un autor reconocido, para leerlo en clase aplicando las técnicas de expresión corporal que hemos practicado en sesiones anteriores, tampoco es problema, tengo un papel con el texto adecuado.

El problema, no menor, ha surgido cuando, a bordo del autobús que me llevaba al Aula de Teatro en la Malvarrosa, he comprobado que el papel con el poema se ha quedado en un bolsillo de la chaqueta, en casa, cuando me la he quitado al irme, por el calor anormal de esta tarde de otoño, que me ha parecido de julio.

El trayecto del autobús dura unos treinta o cuarenta minutos. Durante ese tiempo he tratado de ensayar, memorizar el poema de Vicente Aleixandre olvidado en casa..'Entre tus piernas suaves nace un rio/ Un río que navego eternamente...', sin conseguir pasar de ahí.

Con cierto terror,trato de componer otra cosa, de Paul Valéry, el poeta simbolista francés autor del celebre, 'El cementerio marino' que aprenden todos los escolares franceses en clase. Valéry está enterrado en Sete, en un cementerio como el que describe en su poema. Una vez pasé muy cerca de Sete, pero no subí a ver al poeta. En desagravio, pensaba decir hoy un poema suyo, en sustitución del de Aleixandre, pero solo me acuerdo de una estrofa que, traducida, dice, 'La mar...la mar...siempre recomenzada'

Al final, me he decantado por una composición mixta, esa estrofa de Valéry, y dos trozos de poemas mios que andan por el blog, pero que he recordado malamente en el bus. Lo que ha salido es una especie de monstruo de Frankestein, hecho de retales.

'La mar, la mar, siempre recomenzada../Y las muchahas verdes, amarillas, azules,/ en sus breves ropajes, que las visten/desnudan/ con sus lomos tostados al sol de la tarde/ En la arena dorada/ papeles de compresas/ envoltorios de helados/ al rrrriiiiicooo bombón helado/ y resíduos humanos/ de los que el mar se purga/ cada lunes.

Más acá de la playa/ el huerto de palmeras y pinares/ entre las dunas de color dorado/ tiene un olor a miel y a dátil dulce/ me pierdo entre sus frutos y sus sombras/ me olvido del pasado, del futuro/ y allí quedo plantado/ disfrazado de pino."

No quieran saber el esfuerzo que me ha costado hacer esta chapuza en el bus, por no hablar de las chanzas de los viajeros, al observar que yo hablaba sin parar, y no era con mi móvil.

Pero, lo más gordo de todo esto es que, esta tarde, la clase de teatro ha estado muy bien, la relajación, la expresión corporal, la danza, el canto, hasta hemos representado el monológo ese del reproche a la parienta, pero, el profe, como ya ha hecho otras veces, no nos ha exigido la totalidad de los trabajos que nos pidió en la sesión anterior.

Ha dejado los poemas para otro día. La verdad, no sé si cabrearme con él, después del esfuerzo que he dedicado a cumplir con el poema, o agradecerle que me haya evitado el sonrojo de hacer el ridículo hoy ante la decena de compañeros, con esta mierda que me ha salido. No sé."

En fin. El Ensayo.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 27 10 16.

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