No se como calificar el relato que sigue, unas simples pinceladas para ilustrar los cambios sucedidos en el sector bancario en el último medio siglo. ¿Histórico? ¿Arqueológico? ¿Pintoresco? Ustedes mismos. Hacia los años sesenta, antes de las revueltas del 68, yo trabajaba en una consultoría fiscal en la calle de Russafa, en Heliópolis, junto a la sucursal con mas negocio del Banco de Vizcaya --aún no fusionado con Bilbao y Argentaria, BBVA.
Esa proximidad me permitía contemplar, con algo de asombro admirado, el modo en que operaba el director de esa sucursal para gestionar aquello. El tipo, fornido, bragado, ya entrado en una cierta edad, se plantaba en el patio de operaciones con la actitud del fisonomista de casino, que conoce a todos los jugadores que pasan o han pasado por el local, y establecía una relación personal con cada uno de ellos.
Todavía no se había generalizado el uso de ordenadores y se puede suponer que el único mecanismo de control de riesgos de la entidad era la memoria personal de su director, que sabía discriminar perfectamente que riesgos se podían, razonablemente, asumir, y cuales no, considerando los dos principios básicos de su oficio, la prudencia y la rentabilidad, un permanente equilibrio que aquel artista tenía trazas de dominar a la perfección.
(...)
Estoy hablando de un momento en que el negocio bancario estaba a punto de cambiar. Todavía iban los cobradores de los bancos por las calles con sus carteras, para cobrar las letras de cambio, y un familiar no cercano mío estaba, al mismo tiempo, organizando desde la sucursal del banco en la plaza del ayuntamiento --era jefe de organización-- el sistema de compensación por medio de xerocopias que acabaría para siempre con la presencia de los cobradores en la calle, y no se se si ahora, en la era de Internet, aún se utiliza
En paralelo a la evolución tecnológica del negocio bancario, hoy, gracias a Internet, o al mal uso que han hecho de la red los negocios bancarios globales, los productos financieros basura han inundado las economías de no pocos ancianos, convencidos para su adquisición por una nueva generación de directores mas jóvenes, pero menos honestos que aquel director que parecía un portero de discoteca.
Aquella imagen de solidez que conserva mi memoria del patio bancario del BV, viene a ser sustituida, ahora, por las que ofrecen las oficinas de Bankia, de Madrid, Barcelona y Valencia, como la que publica El País, en primera, de una protesta con cacerolas, porque es evidente que mucha gente ha confiado sus ahorros a las entidades agrupadas en esa marca, y sus gestores no han sabido responder a esa confianza.
Tal vez lo mas pintoresco de este relato de trazos gruesos, es el salto de la prudencia para salvar los intereses del banco, y también de sus clientes, desde aquellas manos rudas del bragado director del BV , a las sofisticadas del gestor actual de Bankia.
El tipo de Neguri, responsable de haber demandado una cantidad excesiva de dinero público para asegurarse un colchón cómodo en su gestión, ha provocado una alarma innecesaria que ha tirado las acciones de Bankia por el suelo, y ha provocado las protestas airadas en sus oficinas de los perjudicados. No es solo una opinión personal, creo haber escuchado la opinión del economista Ontiveros, nada sospechoso de excesos o demagogia, referirse a que el nuevo gestor 'se ha curado en salud' y El País cita el contenido de un informe crítico, cuyas conclusiones reproduzco.
'Va a dejar al grupo en una magnífica situación financiera, pues es una inyección brutal de fondos para que la sociedad incremente sus provisiones de forma notable, pero desgraciadamente ello se hace a costa de fondos públicos (2% del PIB ) y causando un grave perjuicio a los actuales accionistas, pues el efecto...va a provocar una enorme caída en la cotización de la acción'
O sea, se salva el banco, pero se sacrifica a los accionistas y a los contribuyentes. Una muestra de aplicación torticera del principio de prudencia, que debe ser proporcional a la situación de riesgo, y equilibrado en cuanto a sus efectos en los diversos interesados, gestores, accionistas, clientes, contribuyentes.
Para entender este acto pintoresco del actual gestor de Bankia, hemos de remontarnos algo atrás, pero no mucho. Concretamente a la página del blog, Neguri, de 30-9-09, en la que denunciaba que este tipo de Neguri fuera pre jubilado con 55 años, con una indemnización, en mano, de 3 millones de euros, y un fondo de pensiones de unos 53 millones de euros, al abandonar su función de Consejero del BBVA, aunque, claro, era dinero del Banco, no de los contribuyentes, todo hay que decirlo.
El final de este pintoresco brochazo no puede ser otro que resaltar la paradoja de que sea, precisamente, un pre jubilado, aunque sea de lujo, quien está dejando en la indigencia a muchos jubilados que han comprado acciones o participaciones de Bankia, sin haber sido advertidos del riesgo financiero en el que incurrían, por una generación de directores de sucursal, que nada tienen ya que ver con aquel tipo bragado que vigilaba los intereses del banco desde el patio de operaciones, pero aún tenía una clara conciencia de lo que se podía y no se podía hacer, para no matar la gallina de los huevos de oro.
En fin. El Negocio bancario.
LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 2-06-12.
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