miércoles, 13 de junio de 2012

MONÓLOGOS

En cuatro años, después de publicar 1620 entradas en el blog, con mas de veintidós mil visitas habidas, he recibido 53 comentarios. Una breve reflexión sobre estas cifras indica que me dedico, básicamente, al monólogo, no al modo en que lo hacen los monologuistas que salen a escena a recibir los aplausos o los abucheos del público, sino al de los personajes de Calderón que viven solitarios en una cueva una vida que no se sabe si es real o soñada, y recitan su discurso solo para ellos.

Aunque esto pueda ser así, no me deprime en absoluto, pues la necesidad de expresión del ser humano, creo yo, es mas fuerte que la del reconocimiento y esta forma solitaria de expresión tiene innumerables ventajas, sobre la de charlista  que suelta sus ocurrencias ante un público físico en un auditorio.

Hubo un personaje en este país, con una avenida dedicada aquí a un pariente suyo, que se llamaba Federico García Sanchíz y recorría los auditorios del país dando conferencias, que en realidad eran ocurrencias,con un lenguaje grandilocuente, pero como aún no se había inventado el blog, Don Federico dedicó su vida a hacer un montón de kilómetros para llevar su verbo florido a los demás, y se ganó la vida muy bien con eso, aunque, visto con la perspectiva de ahora, fue un simple monologuista que vivió en una época en la que la comunicación virtual todavía no había cambiado radicalmente los soportes del lenguaje, oral o escrito.
 (...)
Alguna vez he hablado para un público reducido, motivado por amigos que me han invitado a hacerlo, y me pareció una experiencia agradable, como siempre lo es el contacto directo con otras personas, para cualquiera que no abomine del todo del género humano, pero, que quieren que les diga, después de estos cuatro años, escribir para un público desconocido y ausente, o sea para mi, desde la serenidad de mi gabinete de trabajo, junto al paisaje arbóreo del patio vecino, con la flexibilidad que da no tener a nadie, editor, jefe de redacción, agente o productor, agobiándome con plazos, extensiones o compromisos, es un placer, ético y estético, que tiene algo de terapéutico.

Si un día no escribo, no pasa nada. Si otro escribo mas de la cuenta, tampoco. Si me meto con alguien de tal o cual partido, de tal o cual gobierno, de tal o cual institución, ahí están los comentarios para que me desmientan o rectifiquen. En fin. Todo son ventajas, creo yo, en esta actividad solitaria y a la vez, libre, que me permite expresarme casi a diario, aunque en cuatro años, solo haya recibido cincuenta y tres comentarios, lo que indica, considerando el número de artículos publicados, que el grado de respuesta a mi monólogo  alcanza la miserable cifra de algo mas del tres por ciento.

Esa flexibilidad, ese grado de libertad me permite, ahora mismo, dar la entrada por terminada,  aunque creo que tiene mas recorrido, porque debo ir a clase de Medios de Comunicación.

En fin. Monólogos.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 13-06-12.

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