…) “El Paisajista le dijo que, para ubicar el laberinto, habría que duplicar la superficie prevista para la instalación del jardín, y que le proponía una réplica de uno que existió en Versalles, del que solo quedaban los planos. Le recomendó, además que, teniendo constancia histórica de que aquellos lugares laberínticos habían ofrecido escondites impenetrables para la práctica de la lujuria a las cortesanas de París y sus acompañantes, dedicara uno de ellos, que el había identificado en el plano, para residencia permanente de palomas y tórtolas, con el fin de que no le marearan la pajarera con su lubricidad extrema.
Lo del aumento de superficie no le preocupó, pues al tratarse de un jardín íntegramente imaginario, no habían adquisiciones patrimoniales de por medio, solo una representación gráfica a mayor escala, que permitiera integrar debidamente los diferentes elementos. La ubicación de palomas y tórtolas en el laberinto le pareció una buena idea. No sabía que hacer con ellas.
La fuente con menudos esqueletos de lémur podía ser un problema. ¿Que es un lémur? ¿Es un ser del Género de los primates prosimios, de la familia de los lemúridos? ¿ Es el alma de un muerto, un espectro nocturno, un fantasma, una sombra, un duende?
¿Que eran, para Cortázar, esos 'menudos esqueletos de lémur, entre los que bate su tiempo el corazón del agua' ? ¿Eran espectros, duendes, simples despojos animale? ¿Invocaban su memoria literaria mas antigua? Hace poco Marc leyó sus recién editados 'Papeles Inesperados' y no encontró allí ninguna clave. Imposible saberlo.
Optó por disponer un rótulo que dijera, 'fuente de los esqueletos de lémur' y renunció a darle otro significado ajeno al de homenaje a ese autor.
El paisajista desaconsejó incluir los cultivos de maíz, cereal y algodón, y a Marc le pareció bien, por ser elementos propios de la narrativa americana, ajenos a su tradición literaria, mas mediterránea.El aumento de superficie libre que supuso esa exclusión, permitió incluir algún elemento externo, real, ajeno a las páginas ya escritas.
Marc se dio una vuelta por Heliópolis y decidió incluir en su jardín un magnífico magnolio centenario que vio en un paseo ajardinado, con una copa enorme, muy intrincada, pero accesible. Pensó que allí podía encaramarse el barón rampante, de Italo Calvino, con quien había soñado la noche anterior insistentemente. Hacerlo encaramarse a ese magnolio y dejar que permaneciera allí durante toda la narración, observando, escéptico, las pequeñas miserias de los habitantes del jardín, tal vez le hiciera alejarse de sus pesadillas.
Aun le quedaba sitio para el rincón Zen. Podría disponer una alberca circular en cuyo centro flotaran, plácidas, aquellas plantas acuáticas que había visto en algún libro de su niñez, capaces de soportar el peso de un niño, sin hundirse.
Cuando Marc terminó de corregir las cinco primeras páginas, sonó el teléfono, Era Ariel, el creador del jardín.
--Marc?, como estás?
-¿Bien y tu, Ariel? Como me llamas a estas horas, ¿Pasa algo?
-Bueno ...verás... he decidido prescindir de tus servicios.
-Como....¿Me despides? Si acabamos de iniciar el proyecto...
-¿Para que te necesito? La tercera persona es una pendejada...¿no?
-Bueno, permite cierto distanciamiento, y …..
-Mira, con lo que me ahorro de tu salario puedo editar el libro de un político, que no se como echármelo de encima....
-No se que decir....
-No digas nada, piensa que la primera persona es mas directa, permite mayor dinamismo a la acción y en consecuencia, ahorra tiempo de escritura, y para ti, ahora, según creo, el tiempo es mas importante que el dinero, ¿no?
-Bueno, me había acostumbrado al papel de creador del jardín, que quieres, la verdad, nunca termino de entenderte, sobre todo tus cambios imprevisibles, en fin. Sea como tu dices. A partir de ahora desaparezco y todo se hará en primera persona. Chao.
Al día siguiente fui al estudio de diseño. Quería hacer una prueba con el Photoshop, ensayar la distribución final, probar el color, elaborar, en fin, una carta de navegación lo bastante realista que me permitiera comenzar el viaje que mi imaginación me sugería, sin perderme en el laberinto.”
LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM) 6-10-09.
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