miércoles, 7 de octubre de 2009

EL JARDÍN DE HELIÓPOLIS (V)

(….) “ El proyectista que me ayudaba en el estudio de diseño había visto 'El sol del membrillo', de Víctor Erice, y desde el principio me advirtió que lo que yo le pedía era imposible. Yo solo quería que coloreara el jardín, pero el me preguntó.

--¿A que hora? ¿En que lugar? ¿En que estación del año?

--¿Cómo que a que hora?, le dije yo, sorprendido. Solo quiero una primera prueba de color.

--¿A que hora?, insistió. El color es una consecuencia de la luz, que cambia constantemente. No es igual colorear un jardín nocturno, que tratar de reproducir el color de los pámpanos de una vid, desnuda ya de frutos, iluminada por la luz de poniente.

--Déjate de pámpanos. Solo quiero una primera prueba de color.

--¿Color? ¿Que color? ¿Te refieres a esas palabras primarias que la gente usa para entenderse, verde, rojo, anaranjado, violeta, o es algo mas serio?

--Me refiero a los colores que tengas en los archivos de imagen de tu ordenador.

--Son mas de cien mil y seguramente son insuficientes para conseguir una aproximación razonable, sobre todo si no colaboras y me das algunas referencias.

--Yo solo quiero una primera prueba de color, insistí.

--Pues tenemos un problema. Yo no trabajo así. Necesito mas información.

--Está bien ¿que quieres saber?

--Ya te lo he dicho, lugar y tiempo.

--El sitio es un lugar literario, no tiene coordenadas geográficas. Pongamos que es otoño, aunque luego será invierno, después primavera, no creo que llegue al verano.

--Algo es algo. Eso indica que hay que hacer tres bocetos, de momento. ¿Y la hora?

--Dale con la hora, que manía.

--Si hablamos de color, estamos hablando de luz, por consiguiente, la hora es imprescindible, ¿Tanto te cuesta de entender?

--Veamos. Por la mañana estaré escribiendo sobre el jardín, así que no tendré tiempo de contemplarlo. Será por la tarde.

--¿A que hora de la tarde?

--Variará. Entre las seis y el comienzo del crepúsculo.

--Haremos, de momento, seis bocetos. A esas horas se recibe una luz diferente en cada estación.

--Bueno, ¿ya está?

--No del todo.

--¿Que falta?

--Necesito la fecha de plantación de cada elemento vegetal, digamos su edad, aunque sea aproximada.

--Mira, esto es narrativa, no botánica. Los árboles son ejemplares adultos, maduros. El drago tiene mas de mil años y los helechos son del pleistoceno. Los cactus digamos que tienen una edad promedio de veinticinco años, las plantas florales y aromáticas son de temporada, los nenúfares no tengo ni idea, la edad que se les suponga para soportar el peso de un niño, los sauces deben ser jóvenes, en cuanto al seto del laberinto debe presentar un espesor de unos ochenta centímetros y una altura de un metro ochenta. ¿Te vale?

--Bueno, veré lo que puedo hacer.

--Insisto, solo quiero una primera prueba de color.

--No eres consciente de lo que pides.

--Tu haz lo que puedas. No te compliques.

Cuando salí del estudio del proyectista, de camino a casa, me detuve en un semáforo, frente a un edificio por cuya azotea asomaba un reflejo solar. Esa luz se proyectaba sobre una nube muy tenue
y al descomponerse, producía un efecto cromático semejante al que vemos a veces cuando ha cesado de llover.

Miré la hora exacta y comprendí que de haber pasado por allí unos minutos antes o después de ese momento preciso, esos colores no habrían sido los mismos.

Después de todo, es solo un boceto, una prueba de color, ¿no?.”

CONTINUARÁ

LOHENGRIN (CIBERLOENGRIN.COM) 7-10-09.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios