miércoles, 5 de enero de 2011

EL FUNERAL DE OBAMA

He bajado al Maravillas y, como el perro no estaba, después de tomar un café con leche y un zumo de naranja, he salido hacia la solitaria mesa del exterior y, mientras fumaba el cigarrillo de las nueve treinta, he ojeado el 'Levante'.

Ver la foto de un señor de Cáceres con la cabeza rota por el botellazo de un fumador violento, y leer en un titular que el alcalde de Valladolid (PP), equipara la solicitud de Pajín de delatar al fumador, --desmentida anoche en la tele por Zapatero, el Ojeroso, quién aclaró que Pajín solo contestaba la pregunta de un periodista-- con el nazismo, me lleva a suspender, temporalmente, mi campaña en contra de la represiva ley antitabaco.

Simpatizo con los libertarios, aunque mi temperamento me acerca a la facción de los viejos cascarrabias, pero detesto la violencia física, por lo que sostengo la opinión de que la necesaria protesta civica contra los excesos de la política parlamentaria debe ser, en todo caso, no violenta.

Esa violencia física y verbal del agresor de la botella y el alcalde de Valladolid,
me ha dejado sin discurso, pero la lectura de la magnífica Carta a los Reyes Magos
de Jorge Dezcállar, diplomático y embajador de España en USA, (pag.24),un auténtico conocedor de los asuntos del mundo --creo que está en USA purgando sus errores de cuando fue jefe de los espías de aquí-- me ha inspirado para fijar mi mirada lejos
de nuestro pequeño y perdido enclave nacional.

Así, hoy comentaré el Funeral de Obama,que se celebra estos días en Estados Unidos.
(...)
Obama ha vuelto de sus vacaciones en Hawaii y se ha encontrado con que el Congreso de los Estados Unidos es ahora republicano. Yo no creo que los republicanos vayan a pedir su cabeza, ahora que tienen mayoría parlamentaria, pero si que se van a repartir los despojos de todo su cuerpo, en un banquete funeral del que solo se salvará su cabeza para seguir mostrándola en la tele, como si no pasara nada.

Obama es víctima de la realidad de su país, como aventuré en la página 'Obama y los límites de la política' de 9/01/08. Hay que ver como pasa el tiempo, y que asco me da que su paso termine afirmando mi escepticísmo.

Los republicanos salvarán su cabeza, digo yo, porque es la cabeza de un poeta que seduce a la audiencia, como también indiqué en la página, mas reciente, 'El predicador poeta', de 6-3-10, donde le reconocía la condición de pico de oro, como Felipe González, quien acabó sucumbiendo políticamente por su pragmatismo extremo, como parece que está a punto de sucederle a Obama.

Los republicanos han adornado con crisantemos los salones del congreso y se disponen a comenzar los largos rituales de un funeral, que se prolongarán hasta no se cuando, pero van a comenzar con el sacrificio parlamentario de la ley que prometía a los norteamericanos pobres una sanidad universal.

Los agentes funerarios que vigilarán que en ese proceso todo esté en orden, son las aseguradoras privadas que facturan ahora sus servicios a precios siderales. Quizás asista, como espectador, Paul Krugman, el Nobel de Economía, que al principio se entusiasmó con Obama, como todos, pero cuando vio que no aplicaba en todo su alcance las políticas que el dictaba desde su cabecera (de un periódico) se desencantó enseguida.

Obama es el símbolo visible de la enorme distancia que hay en las democracias actuales, entre las expectativas de la gente, y las posibilidades de hacerlas realidad, acotadas de forma despiadada por las relaciones de poder y los lobbys que las controlan.

A mi, Obama, la verdad, me importa un huevo, como Felipe González, que ha tenido la poca vergüenza, en la vejez, de dejarse contratar por un lobby energético. Que les den, a los dos.

Siento una compasión infinita por los millones de americanos que lloraron de emoción, en la plaza pública, el día de la investidura de Obama como presidente de los Estados Unidos, por sus esperanzas traicionadas, por sus ingénuas ilusiones de que su país podía cambiar.

Un país salvaje como el suyo, donde se deja en la estacada a veinte millones de pobres, sin sanidad pública gratuita, para satisfacer los intereses egoístas de los tres lobbys que lo dirigen.

Wall Street, los grupos aseguradores y la industria farmacéutica, o armamentística, mas los representantes de los intereses del Estado de Israel, (no confundir con los judíos) son los sacerdotes que se disponen a oficiar el ritual al que los votantes latinos, afroamericanos y de otras minorías asistirán, llorando otra vez, pero ahora de rabia, de impotencia, al ver que su esperanza de cambio social se ve truncada por la realidad y que del cadáver de Obama que van a despedazar, solo se salvará la cabeza.

La cabeza de un poeta. Eso si, un poeta pragmático, que intentará lo que sea para mantenerse en el escenario el mayor tiempo posible.

En fin. El Funeral de Obama.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM) 5-01-11.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios