sábado, 29 de enero de 2011

LA GRANJA

"El granjero bostezó, conectó la pantalla que recibía, a través de la red de satélites intergalácticos, las imágenes de su granja, un planeta marginal en una pequeña galaxia, que a nadie mas había interesado cuando el Consejo le concedió los derechos de explotación, y se dispuso a fraccionar la superficie de la pantalla en pequeños recuadros, con las lentes de alta resolución, para observar lo que sucedía en cada uno de los corrales en que había dividido su propiedad ganadera.

En ÉGON, el lugar donde vive el granjero, la gente se aburre, porque cada uno de sus habitantes vive a cientos de miles de kilómetros de su vecino mas próximo, y el único contacto que tienen entre sí es a través de tele conferencia, incluso las elecciones para el Consejo se hacen así, y nadie se conoce personalmente, lo que resulta bastante frío, pero reduce los conflictos entre los egonianos a una escala inapreciable.

Fue el aburrimiento lo que indujo a nuestro granjero a instalar la granja, de la que no obtiene ningún producto material, solo la distracción cotidiana de ver lo que allí sucede desde que se hizo cargo de aquel terreno improductivo, en la época en que su actividad volcánica hacía dificil cultivar allí cualquier cosa.
(...)

Al principio, una vez la actividad geológica se tranquilizó, aparecieron las primeras especies vegetales y aquello comenzó a poblarse de criaturas vivas, no sucedía gran cosa de interés. El aspecto de la granja iba cambiando, pero la actividad puramente vegetativa y reproductiva del ganado y las especies vegetales que iban surgiendo, no colmaba las expectativas que habían llevado al granjero a aquel experimento.

La cosa cambió cuando, haciendo caso omiso de las semillas certificadas por el Consejo que al principio utilizó para repoblar aquel páramo, decidió experimentar con una variedad obtenida en su propio laboratorio, y bombardeó
la granja con un material genético artificial, capaz de transformarse en un proceso muy lento en células parecidas a las que ahora configuran el noventa y siete por ciento del ADN de gorilas y chimpancés, dejando al azar que completara, o no, ese tres por ciento que ha llevado al surgimiento de los individuos que ahora distraen su aburrimiento, al contemplar su conducta en los recuadros de su pantalla."

"De niño, alguien me contó esta historia, que vivimos en una granja experimental para solaz de un granjero invisible y muy lejano que se distrae con nuestras avatares, nuestras pequeñas miserias trágicas y cómicas, y que la única razón de ser de nuestra existencia es divertir a quien nos contempla desde la distancia en una pantalla.

Entonces no creí esta historia, ahora veo que no es tan distinta de los mitos grecolatinos que nos hablan de Júpiter y Artemisa, de Eros y toda esa extensa nómina olímpica y parnasiana, presente en la cultura clásica.

Ocurre, además, que estos días, en el Aula de Teatro, estamos aprendiendo a contar chistes, sin público, repitiendo la misma versión, primero llorando y luego riendo,
o sea la tragedia y la comedia, lo que me ha llevado a pensar que, efectivamente, somos solo sujetos de un espectáculo que repite los mismos esquemas de la cultura antigua, y que tal vez lo hacemos, sin saberlo, para solaz de un solo espectador
muy lejano, que nos contempla desde una pantalla a la que llegan las señales de la red de satélites intergalácitcos."

"Es inverosimil, pero podemos imaginar a nuestro granjero deteniéndose en el recuadro que contiene la situación revolucionaria en algunos países árabes, pasar después a observar el corral de América latina, donde Chávez conversa en público desde un móvil con alguien del BBVA, a quien pone firme enseguida con la amenaza de nacionalización,fijar el foco en lo que pasa en nuestro país, donde el bipartidismo cierra filas mientras las cifras del paro se acercan a los cinco millones y los responsables políticos hablan de la creación de empleo, como si eso fuera cosa suya. El empleo, como seguramente sabe muy bien el granjero que nos observa desde hace mucho tiempo, lo crean y lo destruyen los empleadores, no los políticos.

El granjero que nos ve desde la distancia, sabe que lo que nos acontece no es mas que la consecuencia del material que el sembró para reirse con nosotros, con nuestras miserias, nuestras tragedias y nuestras alegrías,tiene la sensación de haber visto antes lo que nos pasa ahora, ha visto otras crisis financieras, otras revoluciones,conoce nuestras limitaciones para hacer de la granja un mundo habitable, también los heroismos de quienes, de modo recurrente, hacen un sacrificio personal para trascender esos límites.

La pantalla del granjero está dividida en dos. A un lado están los corrales de la granja mas convulsos y decadentes. En el otro, que ocupa una gran parte de su superficie, están los corrales cuya productividad crece a un ritmo que sorprende al granjero, al margen de las otras secciones ganaderas ahora en declive.

El granjero no entiende, como siendo semejante la materia que sembró, los resultados de esa siembra son tan distintos, pero como, desde que comenzó a explotar la granja, ha visto prosperar y declinar tantas secciones de su explotación, sin que el conjunto cambie sensiblemente, en realidad no es sorpresa lo que percibe, sino la confirmación de que el material que sembró llevaba la impronta de la diversidad.

En realidad, todo el esfuerzo que hizo el granjero para obtener aquel permiso de explotación, todas las pruebas realizadas en su laboratorio, antes de seleccionar el material genético con el que iba a repoblar su granja, no han dado los frutos que esperaba,porque cuando conecta la pantalla por las mañanas,lo que ve no es distinto de lo que había visto antes, hay diversidad, si, pero parece que siempre se repite la misma historia, y ya no le divierte."

En fin. La Granja.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM)29-01-11.

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