domingo, 16 de enero de 2011

LA EUFORIA DE LA DEUDA

Decididamente, mi modo de mirar el mundo, tal vez por la presbicia y esas cosas, difiere notablemente del enfoque que caracteriza la mirada de los políticos y de los medios de comunicación que, cada vez mas, les sirven de voceros acríticos.

(...)
No quiero entender, a pesar de que si quisiera podría, que nuestros políticos y los medios de comunicación, que les son mas o menos afines, se congratulen de la feliz noticia de que hemos conseguido aumentar nuestra deuda pública en tres mil millones de euros mas, gracias a la favorable acogida que ha tenido en 'los mercados' la última emisión de bonos del Estado.

Entendería esa euforia, si la buena nueva fuera que hemos disminuído esa deuda, que hemos amortizado tres mil millones de esa hipoteca que está condicionando la política social, económica y financiera de este país desde hace tiempo, y que está produciendo el extraño fenómeno de travestismo que acontece en nuestra vida política, merced al cual los socialdemócratas han ocupado todo el espacio de la derecha y los populares se pronuncian cada día como un partido extraparlamentario de extrema izquierda.

Estoy un poco hasta las huevos de la corrección política de los analistas y los editoriales, que seguro que se felicitan porque ese aumento de endeudamiento es una evidencia de que la confianza de los mercados en la solvencia de nuestro país se va consolidando con estas operaciones que nos hipotecan un poco mas.

Me toca bastante los cojones que la supuesta regulación del sistema de capitalismo global, neoliberal, especulativo, o funeral, que al inicio de la crisis se daba por hecha, haya derivado enseguida hacia un tiroteo indiscriminado contra el bienestar ciudadano que, aunque relativo, mas presente en unos Estados que en otros, es ahora la diana de las medidas de austeridad, con el falaz argumento de que todos estamos involucrados en la salida de la crisis, puesto que todos disfrutamos del auge económico de su burbuja.

Un estudio riguroso de la evolución de la distribución de la renta en los últimos años en los países ahora en crisis, demostrará que ese argumento es una completa falacia, pero los medios de comunicación, no se porqué, no son muy pródigos en la publicación de estos aspectos de nuestra realidad social y económica.

No hace falta recurrir a estudios macro económicos para darse cuenta de que lo que no es bueno en estos momentos para cualquier economía familiar, aumentar su endeudamiento de modo apreciable, sin que su capacidad para devolver esa deuda aumente en la misma medida, no es bueno para las cuentas públicas.

Nuestros políticos deben comenzar a acometer ya, una reestructuración del gasto público improductivo, dejando a salvo la sanidad y la educación, la atención a dependientes y esas cosas, y reducir el parque movil de sus autos, sus dietas y
pensiones, sus sueldos duplicados, y ponerse a trabajar de una puta vez en beneficio de los ciudadanos, antes de que lleguemos al extremo al que han llegado los tunecinos, no vaya a ser que a un parado le de por inmolarse a lo bonzo, y sea demasiado tarde para introducir el sentido común, la sobriedad y la ética en nuestra vida pública.

Tres mil millones de Euros mas añadidos a nuestra deuda pública no es motivo, en absoluto, para congratularse y celebrar la confianza de los mercados en nuestro país. Cada vez que el índice de confianza de los inversores en nuestra economía, aumenta, se produce un incremento exponencial en la desconfianza de los ciudadanos hacia los políticos que dicen representarnos.

Convendria que la mirada de los políticos no estuviera puesta solo en los inversores, sino en los ciudadanos, no vaya a ser que se nos hinchen las pelotas y tengamos que salir a la calle, eso si, sin palos ni cuchillos.

Ignoro si mi punto de vista, atípico, incorrecto, sobre los éxitos de nuestra deuda publica en los mercados, es compartido por mas gente. Espero que no, porque si así fuera, estaríamos muy cerca de un estallido social como el que estamos viendo en algunos otros países. Aunque en Murcia, sin ir mas lejos, el hartazgo ciudadano de los políticos, comienza a manifestarse de un modo violento.

Sería deseable que nuestra clase política mirara mas hacia el interior, se percate de cuales son las necesidades ciudadanas en este momento, y, sin dejar de prestar algo de atención a las preferencias de los mercados, centrara su política en las necesidades de los ciudadanos. Para eso se les ha votado. ´

En fin. La Euforia de la Deuda.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM) 16-01-11.

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