miércoles, 19 de enero de 2011

LA TRAMPA

El mono de Millás, el de su columna de hoy en la última de 'Levante', tal vez comenzó a humanizarse, después de bajar a la sabana, cuando construyó la primera trampa para cazar gallinas. Quizás excavó un hoyo en la tierra, lo cubrió con hojas secas y cuando trincó la primera gallina se la comió con plumas y todo.

Aprender a desplumar esas gallinas robadas, antes de comérselas, ya situó a aquel homínido en la vía del homo sapiens. El hombre contemporáneo, dicen que es el sucesor de aquel homínido que construía trampas para robar gallinas. Durante milenios
la humanidad se ha familiarizado con el uso de trampas, pero nunca estas habían alcanzado tal nivel de complejidad y sofisticación como las que nos tienen pillados
a todos, incluído al pobre Zapatero, el Ojeroso.

Esa trampa que tiene pillado a todo el país es tan llamativa, que ha atraído a expertos de todo el mundo para investigarla, entre ellos, a los del F.M.I.

(...)

Hay dudas razonables sobre el significado de las siglas de esa institución, F.M.I. cuyos representantes están estos días en la Moncloa, haciendo un test sobre nuestra salud económico financiera, en presencia de Zapatero el Ojeroso. Hombre, los partidarios de los índices indirectos, solo observando las ojeras del Presidente ya se harán una idea de la salud del país.

Unos sostienen que esa institución que nos visita es el Fondo Monetario Internacional, pero algunos escepticos piensan que esas siglas amparan, en realidad, a la Federación Mafiosa Internacional, y que sus representantes obedecen, directamente, los dictados de ese club informal de altas personalidades que cuando se reúnen nunca publican el contenido de sus acuerdos y decisiones, pero son los que están organizando el nuevo orden mundial.

Aún prescindiendo de esa hipótesis conspirativa y asumiendo que el F.M.I. es una expresión institucional del orden internacional, como lo pueda ser la Organización Mundial de la Salud, el Banco Mundial o cualquier otra institución, si tiramos de hemeroteca y recordamos los desastres que esa institución llevó a cabo en las economías latinoamericanas no hace tanto tiempo, su presencia en la Moncloa hace que uno se eche a temblar.

La historia del F.M.I. es la de una persona jurtídica dedicada a hacer posibles con sus actuaciones, préstamos usurarios cuyas condiciones leoninas en términos de intervención en las economías de los países beneficiarios de esos préstamos, fueron tan brutales, que solo cuando se libraron de su intervención diciendo, no, gracias, latinoamérica ha levantado la cabeza.

Ya no estamos en la época del Dr. Kissinger, ni de la United Fruits, que al parecer trabajaron en equipo con el F.M.I. en los setenta. Es decir, que esas siglas, en la actualidad, no representan los mismos intereses, pero está por ver la funcionalidad y la eficacia del nuevo F.M.I. en la salida de nuestra trampa, y si los países que requieran de su intervención van a ser o no los conejos de indias de una política de laboratorio que podría funcionar con el método de la prueba y el error.

¿En que consiste nuestra trampa nacional? Desde mi punto de vista es algo muy sencillo, y muy complejo a la vez. Todos ustedes saben que, antes del derrumbe del ladrillo y de la crisis financiera de 2007, nuestras cuentas públicas tenían un elevado superávit y el crédito fluía hacia el personal como un maná.

¿Cual es la situación ahora? Nuestros bancos tienen, no se si la mitad de sus recursos invertidos en ladrillos,y en solares que solo se convertirán en dinero transformándose previamente en ladrillos. La conversión de esos inmuebles en dinero puede tardar años. El resto de sus recursos, las entidades financieras los colocan en Deuda Pública, a unos tipos de interés cada vez mas interesantes, y sin ningun riesgo, lo que les permite asegurarse una mínima rentabilidad para atender sus dividendos y defender su cotización en bolsa. Naturalmente, con esa aplicación de sus recursos, no queda financiación para el sector privado que permita su recuperación.

Como la economía productiva no levanta cabeza por falta de financiación, y de expectativas claras, los ingresos públicos caen, y el gasto público aumenta, por las prestaciones del desempleo. El déficit de las cuentas públicas, cada vez mas abultado, obliga al gobierno a recurrir a mas deuda, lo que resta recursos para la recuperación del sector privado. He aquí la trampa.

Una de las cosas curiosas de esta trampa es que tiene pilladas, de un lado, a la economía productiva, que no se recupera, y a las cuentas del Estado, cada vez mas deficitarias, pero no a las cuentas de la Seguridad Social, y esto, amigos, hemos de agradecerlo a los denostados políticos que, en su momento, en el Pacto de Toledo, decidieron constituir un Fondo de Reserva muy cuantioso, aunque es sabido que se está utilizando, con los consiguientes intereses a favor de ese cajón, para financiar la Deuda Pública, lo que permite un presupuesto de la Seguridad Social,no solo equilibrado, sino con mas de dos mil millones de Euros de superávit, por ahora.

Ya se ve que la trampa es sencilla, pero salir de ella es complicado, y que nos implica a todos, hasta el punto de que uno creía que los acreedores de la deuda eran 'los mercados', los chinos y eso, y resulta que somos todos a través de las inversiones en Deuda con recursos de la Seguridad Social.

Este lío monumental es el que vienen a husmear los usureros del F.M.I. que están estos días en la Moncloa.

El mejor modo de librarse de los usureros es no agotar los canales de financiación normales, pero si cada dos por tres lanzamos emisiones de 3.000, de 6.000 millones de Euros, en lugar de amortizar parte de nuestra abultada deuda, no sería extraño que al final acabemos en manos de la usura. Aunque tal vez lo estamos ya, a juzgar por los tipos de interés de las últimas colocaciones de Deuda.

En consecuencia, aplicando el viejo truco de enunciar como conclusión lo mismo que
ya afirmaba en las premisas, la Deuda es el primer obstáculo para esa recuperación, por la ausencia de liquidez, y esa insuficiente recuperación del sector privado, a su vez, genera cada vez mas necesidades de Deuda al Estado. Es de cajón que, si no se rompe ese círculo poco virtuoso por algún lado, no habrá recuperación económica.

Desde mi falta de información, no veo que puede hacer el F.M.I. para ayudar a la recuperación de la Economía española, si no trae alguna fórmula para romper esa trampa. Tal vez vengan con algún manual gordo de Historia Económica, porque el mecanismo de esa trampa que yo he descrito de un modo tan burdo, está sobradamente documentado por experiencias anteriores.

Lo que pasa es que nuestros pobres y ojerosos políticos, seguramente cuando se derrumban en el sillón después de una agotadora jornada de trabajo, prefieren evadirse con una novela policíaca de Dasshiell Hammett, antes que someterse a la tortura de hojear los manuales de Economía, esa cosa abstrusa que no se quien dijo que podía explicarle a Zapatero en un par de tardes.

Es una opinión, desinformada, como casi siempre.

Señores del F.M.I., bienvenidos, vayánse pronto, no nos vayan a joder aún mas.

En fin. La Trampa.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM) 20-01-11.

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